Amor Bajo Llave

Capítulo 2: ¡Lo que veían mis ojos!

 

No sabía con exactitud el tiempo que pasó ni que había sucedido exactamente, solo sabía que al abrir mis ojos él estaba ahí, sosteniéndome en sus brazos con una mirada totalmente preocupada, nunca en todo nuestro tiempo juntos me había observado tan intensamente ni había sentido tan de cerca su calor, estaba plenamente perdida en la inmensidad de sus ojos y en la perfección de su rostro, podía morir feliz en el candor de su mirada, acurrucada en sus muy fuertes brazos.

No pude evitarlo, una sonrisa tonta se apoderó por completo de mi rostro mientras veía embelesada como movía sus labios y me ayudaba a ponerme de pie. Parecía bastante preocupado y aunque sonara egoísta, me alegraba eso quería decir que le preocupa.

Él seguía revisando mi cuerpo para ver si tenía alguna herida mientras sus guardas de seguridad ya tenían inmovilizados a los hombres encapuchados y llamaban a la policía. Afortunadamente nadie había resultado herido.  Todos se observaban entre sí, mientras Neythan seguía comprobando mi estado, parecía un sueño hecho realidad, ante su escrutinio y temor todo el miedo que minutos antes había dominado con frenesí mi cuerpo, de repente había desaparecido, estaba hipnotizada y para nada me importaría pasar el resto de mi vida así. ¡Le importo!. Este, pese al gran susto que había padecido, era un mágico momento, al menos eso pensé hasta que escuché su voz arrogante teñida por la incredulidad y el enojo decir. 

—¿Qué rayos hacías aquí? ¿Por qué viniste? —Y sí, con esas sencillas y molestas palabras mi período de hipnosis había culminado. Ahora no tenía un hombre preocupado ante mí, no, ahora que ya había comprobado que no tenía ni el más leve rasguño, era el enojo e incertidumbre lo que dominaba su rostro.

Sus ojos ahora parecían emitir pequeños rayos invisibles de fuego y unas muy minúsculas gotas de sudor estaban en su frente. ¿Cómo podía alguien ser tan voluble y cambiar tan rápido de carácter? ¿Acaso no podía seguir cerciorándose de mi estado y volver a verificar que estaba completamente ilesa? Los segundos continuaron pasando y la tensión que ya estaba en el ambiente iba creciendo con ella. ¿Qué se supone que debía decirle? No podía simplemente decirle:

 

“Amor, por cierto, un desconocido me envió un mensaje diciéndome que estabas siéndome infiel, y como siempre he estado enamorada de ti y dado que nuestro matrimonio es más frío que la frialdad misma y nuestros encuentros eróticos tan escasos, que sin lugar a dudas lo creí y luego me topé con la muy desagradable sorpresa de que todo fue una trampa y querían matarme, pero afortunadamente apareciste a tiempo, así que podemos irnos a casa, tomarnos una taza de té y olvidarnos de todo”. 

 

Ojalá fuera así de sencillo, pero no lo era, aunque en el peor de los casos resultara ser verdad lo de su infidelidad, no tenía pruebas de ello y había arriesgado mi vida por una simple trampa

En la vida había momentos en se necesitaba hacer uso de recursos no nobles, y este era uno de esos momentos, así que hice lo único que se me ocurrió en ese momento, lo que había visto a mi madre hacer en múltiples ocasiones y que detestaba por completo, había fingido lentamente un desmayo, yendo a parar una vez a sus brazos. Una vez estuve ahí se apresuró a llevarme con cuidado a su auto mientras maldecía en voz baja y se recriminaba a sí mismo por su falta de tacto, si solo tuviera la más mínima idea. 

Pensé que después de depositarme en la parte trasera del auto nos iríamos inmediatamente a casa, pero no fue así. En cuanto comprobó y llegó a la conclusión de que solo estaba "desmayada" por la impresión, se dirigió directamente a los encapuchados que ya estaban inmovilizados por los guardas y empezó a preguntarles quién los había enviado, qué querían, nunca había percibido tanta furia en su voz, no pude evitar que un frío intenso recorriera todo mi cuerpo y este se intensificó vertiginosamente cuando escuché como les desgarraba lo que cubría sus rostros y empezaba a golpearlos salvajemente.

 

Con sumo cuidado de no ser descubierta, me moví y empecé a ver a través del vidrio como sus manos de repente se cubrían de sangre, por los pelos de la barba de mi abuelo, los iba a matar, necesitaba hacer algo para impedirlo. ¿Pero cómo, si se suponía estaba desmayada?, ¿Qué estaba pensando? Me reprendí a mí misma, no dejaría que nadie muriera ni que Neythan se convirtiera en un asesino, solo por no terminar con mi pequeña farsa, así que salí del auto y grite a viva voz. 

—¡Para! —Se giró en automático al escuchar mi voz, parecía ido como si de repente hubiera vuelto de otra realidad paralela, mientras yo observaba por primera vez el rostro descubierto de mis agresores. Lo que pasó a continuación sucedió tan rápido que me pareció irreal, de pronto la policía había invadido el lugar mientras Neythan hacía una llamada misteriosa, para luego acercarse con cuidado hacia mí y juntos nos habíamos dirigido a nuestra casa.

 

 

*****

 

 

Recosté mi cuerpo en nuestra cama, en cuanto llegamos a la casa, me cargo con sumo cuidado a nuestra habitación, como en nuestra noche de bodas, estaba aún impresionada, yo podía caminar perfectamente, claro que era un secreto que me guardaría para mí.

 

Luego Neythan se dirigió a la ducha mientras yo seguía tratando de asimilar que todo lo vivido había sido parte de la realidad y no de un simple sueño, uno tan feo como la más tenebrosa pesadilla. Lo esperé en nuestra cama matrimonial mientras esperaba que finalizara con su ducha. Un fuerte sonrojo se apoderó de mis mejillas cuando salió envuelto en toallas, cerré mis ojos por instinto mientras se ponía su pijama y una sonrisa burlona se apostó en su rostro. Siempre era lo mismo, me alteraba y llenaba de nervios a la vez de solo imaginar que estaba cerca de mi desnudo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.