Leticia
— Miro este vestido de novia, es el que usó mamá, no puedo evitar recordar lo hermosa que era. Recuerdo también a papá, estaría tan orgulloso de que me casara con este hombre tan bueno. Cada día de mi vida lo he vivido para ser la hija que siempre desearon que fuera. Duele saber que ya no están aquí, aunque los llevo en mi corazón siempre. Aquel accidente me robó a mis padres pero no a mi hermano. Tuve que ser fuerte y cuidarlo como si fuera su propia madre, no hay nada ni nadie a quien ame más. Por él haría lo que fuera. Ahora a solo un día de mi boda agradezco a la vida haberme permitido rodearme de personas que me guiaron en mi camino tal es el caso de Alejandro... Un día más y podré cumplir mi sueño, seré esposa del famoso empresario Alejandro Martínez. Soñé muchas veces con este día y por fin llegó. Alejandro entró a mi vida como una tormenta sin avisar pero en el momento preciso. En ese momento sentía que el frío del invierno parecía devastarme. Mi hermano lo único que queda de mi familia está muy enfermo y Ale me ayudó con todo. Él es director de muchos hospitales famosos y cuando nos casemos pagará el costoso trasplante de mi hermano Lorenzo. Le debo mucho.
— ¿En qué piensa la novia?— dice Sofía sacándome de mis pensamientos.
— En lo feliz que soy, o bueno casi feliz. Cuando mi hermano Loren se recupere lo tendré todo; una familia, un trabajo que más que un trabajo es mi pasión y por último y no por ello menos importante a ti mi mejor amiga— digo esto y no sé porque sus ojos no vuelven a brillar como antes. — ¿Qué te pasa? ¿Es que no estás feliz por mí?— cuestiono.
—Si tú eres feliz yo también lo soy— responde ella, mirándome con mucho cariño— es que no creo que lo que sientas por Alejandro sea amor.
— ¿De qué hablas?— respondo poniendo mis ojos en blanco como si yo misma no supiera que es cierto.
— Hablo de cómo le miras, de cómo le hablas. Ambas sabemos que cuando estás con él tu mirada refleja más que amor agradecimiento porque te ayudó a terminar tu carrera como doctora y ha pagado las medicinas de tu hermano, pero eso lo hizo porque quiso, nadie se lo pidió. Tú no le debes nada— explica ella achicando la voz temerosa de mi reacción, pues no soporta que estemos enojadas.
— ¡No, no es así!— exclamo sacudiendo frenéticamente la cabeza— yo lo quiero muchísimo y por lo que me ha dado pienso pagarle hasta el último peso, no quiero que nadie piense que me quiero aprovechar de su posición económica.
— lo quieres muchísimo dices tú. ¿Ves?, ese es el problema. No confundas el cariño con el amor. Ni siquiera te atreves a decir que lo amas mi amiga.
— Claro que lo amo— pronuncian mis labios con voz temblorosa y pienso en lo que me acaba de decir, joder tiene razón, pero ya no hay vuelta atrás: mañana me caso.
— Ya te quedaste pensando otra vez— Intuye ella al ver mi mirada perdida. Creo que no estás segura.
— Claro que estoy segura— respondo enojada — ¡ya no se hable más del tema por favor!.¡Mañana será un gran día!
— Lo siento amiga. Es que has cambiado mucho tu versión de lo que es el amor, por favor piensa, aún estás a tiempo. Prométeme que serás feliz.
—está bien, no lo sientas. Sé que lo dices por mi bien, pero no te preocupes Alejandro me hará muy feliz. Si no lo hace así te llamaré y dejaré que acabes con él. Ambas nos reímos pues meterse con Sofía no es muy inteligente. Ella sabe diversas artes marciales y es muy buena.. Te lo prometo.
— Te quiero mucho, amiga. Para mí eres como la hermana que nunca tuve. Siento una especie de celos ahora que te casas. Me da miedo que te olvides de mí.
— No, no lo haré, tú eres imposible de olvidar además qué haría yo sin ti. Espero que cuando seas tú quien se case hagas lo mismo.
— ¿yo casarme? ¡jamás!— afirma ella— me encanta pasar un buen rato con alguien de vez en cuando pero hasta ahí. Yo no pretendo arruinar mi vida planchando los calzoncillos de nadie y luego vienen los mocosos.
— eso dices ahora mismo, pero cuando el amor llegue a ti ya me podré reír. Y más le vale al elegido portarse bien— respondo, luego nos abrazamos y reímos mucho tiempo y luego ella se queda dormida, hoy ha trabajado mucho con los preparativos. Yo intento quedar dormida, pero estoy muy emocionada y dejo lugar en mi mente a los recuerdos.
Flashback:
— te amo Let— dice el chico de 12 años frente a mí, es de ojos verdes y cejas gruesas, es muy guapo y alto— te prometo que un día te buscaré y nos casaremos. Entonces deja una hermosa rosa roja en mi mano.
— yo también te amo— digo dejando un suave beso en su mejilla, entonces dejo una pulsera que hice yo misma en su brazo— esto para que no me olvides, por favor consérvala y cada que la mires recuerda que yo te espero.
— ¡¡Adrián!! No te dije que no te juntaras con esa mugrosa!, menos mal que hoy mismo nos mudamos— interrumpe la voz de su padre, un tipo rudo y siempre vestido de negro— ¡Eres igual de débil que tu madre! Jamás debí de permitir que te quedaras a vivir con ella. Yo te voy a convertir en un hombre de verdad— ¡camina!— le ordena él como si fuera su esclavo, no su hijo.
— Entonces se lo lleva a la fuerza ,nuestras lágrimas no dejan de escapar. Ni siquiera puede decirle que mi nombre no es Rosa, que soy Lety, no pude explicarle nada.