Amor comprado

Capítulo 5

Capítulo 5. — Pensaba que tenía en mis manos el guion de mi vida. Me sentía segura de mis expectativas. Jamás pensé que la vida me fuera sorprender de la manera que lo hizo. Unos lo llaman destino y otra casualidad, yo prefiero llamarlo maldición. A estas horas estaría recién casada, en la habitación de un prestigioso hotel con mi esposo y, sin embargo, estoy aquí con los pies y manos atadas.

—¡suéltame!—grito—¿qué quieres de mí? ¡Destapa la venda de mis ojos para que pueda verte maldito infeliz! —¡nunca había sentido tanta rabia y coraje. Este tío acaba de arruinar el día más importante de mi vida y no puedo ni imaginar lo preocupado que debe estar Alejandro y que decir de mi hermano que no puede recibir emociones fuertes. Si le pasa algo lo mataré con mis propias manos—déjate ver!!

—¿Segura? ¿Quieres verme? No vaya a ser que te enamores— dice el tipo que parece ser un auténtico ingerido

—¡joder qué creído! Entonces destapa mis ojos y no puedo creer lo que veo, parece que tengo ante mí al mismísimo diablo, pero más bello que un ángel. A leguas se ve que es un malas pulgas, pero su cuerpo es simplemente fascinante—¿qué quieres de mí?— cuestiono recobrando el juicio—¿y mi amiga dónde está ? ¿Acaso te atreviste a tocarla infeliz?

— No te preocupes por ella, la dejé ir, la que me interesa eres tú—se acerca con sus labios a los míos y quita sus gafas mirando fijamente mis ojos.

—no sé porque siento una conexión indescriptible, es como si ya hubiera estado cerca de esos labios y esos ojos que me recuerdan tanto el pasado, pero no, eso es imposible no puede tratarse de él—pienso.

—Sebastián ya hicimos lo que nos pidió. La chica está bien, para cuando recobre la conciencia ya estará en su cama— dice un señor mayor que entra a la habitación.

—Uf, que alivio, pienso, su nombre es Sebastián así que no se trata de quien yo pensé por más que parezca e intuyo que hablan de Sofía.

—¿Bien, Alfredo ya puedes retirarte, busca mis hombres y ellos te pagarán como acordamos. Viste? Te dije que tu amiga está bien—dice volteando a verme esta vez

—¿Entonces que quieres de mí?, si se trata de dinero te daré lo que pidas, solo déjame ir hay gente que me espera—ya estoy desesperada

—Quiero hacerte una propuesta. Tú no me conoces, pero yo sé muchas cosas de ti. Sé que necesitas urgentemente dinero para la única manera de salvar la vida de tu hermano y yo te lo voy a dar.

—A sí, ahora me vas a decir que me raptaste el día de mi boda porque quieres ayudarme. ¿Qué clase de cínico es usted?—cuestiono, este es imbécil o se hace.

— Pues aunque te parezca extraño en realidad si es así. Yo te ayudo con ese dinero que para mí es algo fácil y a cambio

—A cambio nada, no necesito su ayuda, señor. Es que usted todavía no se entera hoy me casaba con el amor de mi vida y él me apoya con todo el asunto de mi hermano. No sé qué clase de loco sea usted, pero por favor devuélveme la libertad, usted acaba de arruinar mi boda y mi vida.

—Creo que ya todo eso estaba arruinado antes de llegar yo—afirma él—llevas mucho tiempo viviendo en una mentira

—estás loco si piensas que voy a caer en tus juegos

—así que mis juegos. Yo te voy a enseñar quién es el que juega aquí.

—No sé qué trata de hacer este hombre, me agarra fuerte del brazo, tanto que estoy segura dejará marcas.me sube a un auto ligero que supongo será el suyo porque es negro igual que su alma y conduce a toda velocidad hacia una casa que ya conozco. —Espera esta es la casa de Rachel, la hermana de Alejandro¿acaso recobraste el juicio y me dejarás ir?

— él no contesta solo abre la puerta y sin más me deja salir. Corro a toda prisa y entro, pues la puerta estaba entreabierta y subo por las escaleras suponiendo que está en su habitación y para mi sorpresa escucho la voz de Alejandro, pero junto con esa voz sonidos de placer como si alguien estuviera teniendo sexo, me asomo discretamente por la cerradura que tiene una pequeña ventanilla y no puedo creer lo que mis ojos ven. Ahí está Alejandro con esa mujer encima de él haciendo el amor. Siento tanta rabia y enojo que toco desesperadamente su puerta y cuando Alejandro abre le doy tal cachetada que mi mano duele.

—Mi amor, ¿dónde estabas?, ¿qué te pasa? —dice el muy cínico, pues piensa que no sé nada

. —¿qué qué me pasa? Así que esta zorra era tu hermana?—digo mirándola a ella con intención de alarle los pelos, pero conteniendo ese deseo, pues no pienso rebajarme al lugar de ella —¿pensaste que nunca me iba a enterar? Pues ya ves, se terminó tu juego. Escupo su rostro y le tiro su maldito anillo de compromiso en sima tras lo cual salgo desprendida de allí Y sé que él corre tras de mí seguro queriendo intentar engañarme otra vez con alguna estúpida explicación. No lo pienso y subo al auto de este que me había secuestrado y que al mismo tiempo me salvó de cometer el peor error de mi vida. Me lleva de camino a su casa otra vez y mirando por las ventanillas dejo mis lágrimas caer, no sé cómo puede ser tan estúpida e ingenua. Nunca sentí que yo amara realmente a Alejandro solo pensé que era un buen hombre y que me ayudaría con el problema de mi hermano¿qué será ahora de él? ¿Cómo voy a conseguir el dinero que necesito?




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