Amor comprado

Capítulo 8

Lety: —El agua corre deliciosamente por mi cuerpo, está tibia, mojo mi cabello y dejo que la ducha moje mi rostro, no quisiera salir de ahí. Realmente en las últimas horas esto es lo más relajante que he hecho. —Apúrate, dice él tocando bruscamente la puerta, ya Caleb está casi listo para la cena y no me gusta que nadie haga esperar a mi sobrino. —yo que estaba disfrutando tanto mi ducha y ya vino este a estropearlo todo, salgo a toda prisa y me dispongo a cambiarme, pongo las prendas que usaré encima de la cama cuando de repente en la cama veo una enorme araña, de pequeña tengo pánico de estos animales. ¡Auxilio!—grito desesperadamente—y comienzo a moverme de un lado a otro de la habitación como una loca. Sebastián: —¿Qué le pasa? ¿Por qué grita? ¿Acaso está loca? Corro a toda prisa, pensando tal vez en algún hombre armado, algunos de mis tantos enemigos. Pero al entrar solo veo una pequeña e indefensa arañita que ella apunta con su dedo como si de un moustro se tratase y no puedo evitar llevarme por la maldad de mi imaginación. — ¿Qué haces? ¿Por qué la acercas a mí?—grita ella—Aléjala por favor—ahora súplica. —Me encantas cuando me suplicas así querida mía, amore mío—me burlo y luego de deshacerme del inocente animalito puedo observar como se me acerca muy enfadada, realmente nunca la había visto así. Pero cuando intenta darme una cachetada la toalla que cubría su cuerpo desnudo cae al suelo y yo me quedo cautivado por su belleza, jamás había visto una mujer tan hermosa, es increíblemente perfecta. Reuniendo toda mi fuerza de hombre y batallando contra mi mente y deseos pongo la toalla en su cuerpo otra vez y salgo de prisa antes que pueda notar la reacción que ha producido en mí. Lety Me muero de vergüenza, ese hombre me ha visto desnuda ¿Cómo pude ser tan tonta y dejar la toalla caer? ¿Y cómo puede burlarse de mí así de esa manera? Me siento muy furiosa, enojada, qué sé yo, no entiendo por qué algo me molesta, no intentó tocarme ni un solo pelo luego de verme desnuda ¿Es que no le gustó lo que vio? No entiendo por qué doy tantas vueltas a esto, mejor así, no lo quiero cerca, él es una mala persona y yo espero librarme de él en cuanto pueda. Espero cumpla su palabra y pague la operación de mi hermano , luego lo borraré de mi mente al fin y podré vivir normalmente mi vida. Me miro al espejo y este vestido rojo de gran escote y elegante me queda muy bonito, espero al señor cascarrabias le parezca bien lo que me he puesto. Siento que alguien llama cordialmente a la puerta y por la suavidad de sus manos puedo sentir que no se trata de ese demente. Abro la puerta y puedo observar a una señora algo mayor, pero parece ser muy dulce y delicada y en su rostro se dibuja una sonrisa como si me conociera, como si sintiera mucho cariño por mí y yo no sé por qué, pero a pesar de que me ha generado diversas inquietudes devuelvo la misma sonrisa sin darme de cuenta. —es usted muy bonita —dice ella—seguro traerás mucho amor y felicidad a esta casa. Mi nombre es María y trabajo en esta casa, desde ahora mismo estoy a tu disposición, haré lo que me pida. —Es un placer María —respondo —y no se preocupe yo haré lo que pueda por ayudarle, me parece usted una persona muy amable, me alegra saber que en esta casa hay alguien así, ya no me sentiré tan sola—digo poniendo mis ojos en blanco al recordar que debo compartir habitación con ese idiota. —El joven Sebastián no es como seguro usted piensa señorita, él ha sufrido mucho, pero usted misma podrá darse cuenta de que tiene un gran corazón. —¿un gran corazón?, pienso yo, imposible. No puedo dejar de recordar ese vídeo que me mostró, pobre de mi chófer, este me la va a pagar, a su debido tiempo. Bajo junto a esta agradable señora a dónde cenaremos y puedo ver en la mesa a ese idiota y a un muchacho joven en la mesa, pero no veo por ningún lado a un niño. Ese muchacho seguro es la persona especial que dijo que vendría, pero ¿y el niño? ¿Dónde está Caleb? Sebastián: La veo bajar por las escaleras y puedo jurar no haber visto mujer tan hermosa, ese vestido le queda como a una diosa. Pero luego miro la cara con la que la mira mi primo Samuel y me lleno de celos. La mira con deseo y locura. Me levanto de la silla inesperadamente y antes de que ella llegue a nosotros la tomo del brazo y la hago subir a la habitación. — ¿Qué haces?—pregunta ella —¿acaso no querías que bajara? ¿Y dónde está ese niño que debo conocer? — no hagas más preguntas y entra de una maldita vez—digo empujándola hacia adentro de la habitación, ella deja escapar una lágrima y siento pena, no sé cuándo cambié tanto, antes jamás habría tratado a una mujer así, pero ella se lo ha buscado. —¿Qué pasa? Ahora, ¿Qué hice mal?—replica ella. —esto hiciste mal —digo agarrando el escote de su vestido—dale a ponerte otra cosa más decente antes de que el niño bajé de la habitación. —no entiendo que tiene de malo lo que llevo, pero no importa, me cambiaré—responde ella obediente y yo le contesto: —así que no sabes que tiene de malo, pues te lo diré, está muy escotado y ese abierto en la pierna …es delante de un niño que te presentarás, trata de verte como una señorita, no una cualquiera, pareces un put…no me deja terminar la frase y siento como impacta su mano en mi cara.me lleno de ira y en ese momento llega muy a tiempo María y dice: —el niño espera abajo señor, dense prisa. —ella corre a cambiarse y bajamos juntos. En cuánto el niño la ve corre hacía ella y la abraza muy fuerte exclamando: —¡Doctora Lety!




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