Amor comprado

Capítulo 18

—lety.

—ya ha amanecido y pongo a cargar mi móvil, pues con todo lo ocurrido el día anterior lo he olvidado y se me ha apagado. Me voy a la cocina y preparo un delicioso café y unas tortillas con salchichas realmente deliciosas y voy donde Sebastián. No puedo creer que no lo veo en la cama, anoche tomó de más y pensé que estaría dormido y con dolor de cabeza. Salgo y miro fuera y lo observó con un hacha picando madera supongo que para calentarnos de noche, pues esta ha hecho mucho frío. Me dirijo hacia él—buenos días, ya veo que amaneciste muy bien.

— así es, estoy bien, ¿Qué es eso que traes en la mano?, ummm qué delicioso desayuno has preparado, pero no entiendo, el café y las salchichas están bien, pero ¿por qué llevas en la bandeja una jarra con agua fría?

—esa era para despertarte de tu resaca, pero no me pude dar el gusto—contesto a lo que él sonríe y nos sentamos a desayunar tranquilamente.

—bien, ya la madera está cortada y hemos desayunado, ahora ven conmigo, hay un sitio que quiero mostrarte

— está bien —respondo—voy por mi móvil y nos vamos

—no, definitivamente prohibido, no llevaremos celulares, este tiempo es exclusivo y no habrá distracciones ni fotos, eso lo podrás hacer luego.

—Pero y¿si alguien llama?, quizás nos necesiten en casa—insisto.

—Lety del Valle he dicho que no y no es no—dice pronunciando por primera vez mi supuesto apellido.

—nos adentramos en algo así como un bosque, todo está bonito, hay árboles majestuosamente grandes y cuyo follaje verde resulta espectacular, todo este ambiente unido al trino de las aves hacen que mi cuerpo y mi mente se relajen y pueda sentir que respiro aire puro y fresco. Llegamos al punto que él quería mostrarme y entonces saca un arma, mi corazón se dispara, tengo miedo …

—pum,pum—dice y se burla apuntado a mi pecho.

—¿Qué haces? Te has vuelto loco—digo temblando de miedo.

—ja, ja,no tengas miedo no te haré daño—contesta rozando su arma por mis pechos—toma esta es para ti —dice sacando otra de su bolso y colocándola en mis manos.

—¿Para qué quiero yo eso?

—por dios Lety, eres la esposa de Sebastián Guerrero, tengo muchos enemigos y debes de cuidar de Caleb a toda costa—dice mientras me rodea por detrás para enseñarme cómo sujetar el arma.Sus fuertes brazos rodean mi cintura y hacen que mi cuerpo se estremezca.—suéltame —reclamo—puedo hacerlo sola

—a bien, así que puedes sola, pues dispara a ese árbol y da en aquel punto en blanco que he dibujado y trata de no matar a nadie—se burla desdeñosamente.

—yo tomo el arma como de pequeña aprendí a hacerlo y apunto a ese blanco dándole justo al centro, luego disparo a una lata que él ha colocado cerca, puedo ver que está completamente asombrado, no se lo esperaba ni en mil años, ahora me le hacerlo apuntado a sus partes íntimas y pregunto¿Ahora quién es el que tiene miedo?

—Vaya, vaya, debo admitir que esto no me lo esperaba, eres realmente impresionante usando esa arma, ¿Quién eres en verdad?—cuestiona Sebastián.

—soy Lety y ya, pero hay muchas cosas que no sabes de mí.

—ya sospechaba yo que tú no eres quien dices ser, cuando te investiguen había muchas incoherencias, pero lo averiguaré pronto. Por ahora toma esa arma y llévala contigo a dónde vayas.

—No soy una asesina Sebastián, sé usar un arma, pero eso no quiere decir que vaya a hacerlo.

—¿Ni siquiera para salvar la vida de Caleb?

—no respondo su pregunta solo tomo el arma mientras observó cómo sus ojos se clavan en los míos buscando respuestas que yo no pienso darle.

—bien Lety, estamos aquí solos en medio de la nada, yo ya guardé mi arma, tú aún llevas la tuya en tus manos y eres toda una experta, ¿Qué te detiene? Disparas, ya eres mi esposa y tienes derecho a mi dinero, salvas a tu hermano y te libras de mí

—ese es el caso, no soy cómo tú, yo no resuelvo mis problemas matando gente, yo prefiero el camino de la justicia de Dios y la paz.

—dices que no eres cómo yo, ¿Qué sabes tú? Yo también tenía un alma noble y me la arrebataron—puedo ver el dolor en sus ojos y como intenta esconder la lágrima que rueda por su mejilla.

—siento mucho lo que has pasado, yo también he tenido que superar mucho, pero el camino de la venganza no es el mejor, el precio es demasiado alto y lo pagas tú y los que aman. Recuerda que Caleb solo te tiene a ti y te necesita mucho ahora que no tiene a sus padres.

—bueno suficiente por hoy, vayamos a casa, tengo hambre—dice Sebastián.

—camino a casa todo se vuelve silencioso, y mi mente vaga por los recuerdos de mi pasado, cuando usé esa arma por primera vez. Hemos llegado a casa y reviso mi móvil en cuanto llego, hay muchísimas llamadas perdidas de Sofía así que con el susto en el pecho la llamo yo a ella¿Qué pasa Sofía, está bien Caleb?—pregunto.

—Ay amiga, no se trata de Caleb, es Lorenzo —dice ella entre sollozos.

—¿Qué le ha pasado a mi hermano?—digo llorando a gritos

—ha sufrido un ataque al corazón, los médicos están con él

—¿Que, cómo es eso posible? ¿Qué dicen los doctores, cómo es su estado?—trato de respirar.

—no sé amiga, no nos han dicho nada más—dice preocupada.

—ya salgo para allá ahora mismo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.