Lety
—no puedo creer lo que mis ojos ven. Nelson está vivo y me ha hecho un vídeo del cual Sebastián no sabe, no me da detalles, pero me dice que todo fue un montaje, que Sebastián lo único que hizo fue salvar su vida de alguien más y que por favor cuide mucho de su amigo. ¿Desde cuándo son amigos?¿De qué lo salvó Sebastián? No entiendo muchas cosas, pero no paro de sonreír, ya no tendré que separar a Caleb de su tío, y en cuanto a su plan de venganza pondré todo mi empeño en mostrarle el camino correcto y sanar sus heridas, aunque nuestro matrimonio no sea real, no lo dejaré solo. Caleb necesita a su tío y no voy a permitir que lo pierda otra vez. Me dirijo hacia dónde está Caleb con Sofía y están muy entretenido. Caleb se lanza en el tobogán y Sofía lo mira de lejos.
—oye ¿Por qué tan rápido?—dice al sentarme yo al lado de ella—y espera, por qué la cara de felicidad?, cuenta qué ha pasado.
—pasa que estoy enamorada.
—Lo sé, ya me di cuenta, pero es del diablo de quien te has enamorado.
—Pero este no es cualquier Diablo, es uno muy apuesto, sexy y fuerte—digo como adolescente enamorada y le cuento todo lo que he descubierto.
—¿Qué esperas?— cuestiona mi amiga
—¿para qué?— respondo
—Ui, para qué va a ser, para meterte en la cama de ese dios esculpido.
—pues me gusta y mucho, pero después de lo que he pasado no quiero nada con nadie, las ganas me las aguanto. Además, yo no le gusto y no le haré entender lo que siento.
— pues no sé cómo harás eso
—¿tanto se me nota?
—pues sí y además dices que no le gustas, pero no más hay que ver la forma en que te mira para darse cuenta de que está loquito por ti.
—Créeme, sé por qué te lo digo. Yo s ese hombre no le gusto nada. Ya busca a Caleb y vamos.—ella va dónde Caleb, pero me resulta muy curioso que se secretan mucho y es como si fueran cómplices de algo, es gracioso—¿De qué hablan?, par de pillos—cuestiono cuando se acercan.
—cosas de nosotros —responde el pequeño con la barbilla en alto .
— así que cosas de ustedes, ¡van a ver¡—corro detrás de ellos y hago cosquillas a Caleb!
Sebastián.
Lety ha llegado a casa después de salir a pasear con Caleb. El brillo que traen sus hermosos ojos cautivadores me confirman que le ha ido bien. Ya la noche asecha y me recuesto en el sofá de siempre, pero veo a Caleb bajar de su habitación.
—¿Qué pasa pequeño?
—es que no puedo dormir ,tuve un sueño muy feo y tengo miedo ¿Puedo dormir con ustedes?
—Sí, ve y sube con tu tía.
—pero tío, ¿Es que están enojados? ¿No dormirán juntos?
—sí,sí —contesto sin siquiera saber bien qué decir—di dormiremos juntos.
Subo a la habitación de Lety de la mano de Caleb y le explico lo que quiere el niño. Al final nos acostamos los tres en la cama, el peque en el medio y nosotras de frente a él. Puedo notar como ella se siente algo incómoda y nerviosa.
—¿A dónde vas?—le pregunto a ella
—el niño ya se ha dormido, iré a prepararme algo de comer y luego iré al sofá, obvio no pienso dormir contigo.
—voy contigo, yo también tengo hambre
Lety
Maldición, por qué ha tenido que decir que vendrá conmigo, ni siquiera tenía hambre, solo estaba nerviosa de cómo me miraba. Bajamos y comienzo preparar un sándwich. No sé por qué últimamente me mira así de esa forma, como si me deseara, esa mirada y esos labios parecen prometer la cima y el abismo al mismo tiempo.
—Dame agua —pide él.
—Cogétela tu mismo, no soy tu sirvienta
—pero quiero que me la des tú.
— claro, si todo hay que hacerlo por ti. Bien aquí está su agua “señor”
— Tírala, ya no quiero
—¿Qué? Eres tonto? ¿Entonces qué quieres?
—Te quiero a ti—dice acorralando mi cuerpo contra la pared, mi corazón late desesperadamente, yo escapo y no entiendo lo que acaba de pasar .
—Hagamos un pastel—dice él
—¿un pastel? A esta hora? Sabes hacerlo?
—sí, soy muy bueno usando las manos —responde guiñando un ojo.
—no quiero ser mal pensada, pero juraría que lo ha dicho con doble sentido y sí sabe hacer pastel lo que ha dejado la cocina hecha un desastre.
—bien, terminado—comenta y corta un pequeño trozo que lleva a mi boca rozando sus dedos por mis labios.
— está delicioso —digo nerviosa.
—te dije que era bueno con las manos.
—lo eres —sonrío aunque no creo que ahora esté hablando de pastel
—y estás manos no solo saben hacer pastel, espera tienes un poco aquí —dice limpiando mis labios llenos de azúcar, yo me ruborizo y él parece disfrutarlo—ya está bien así—no aguanto más y quito sus manos, mi corazón quiere estallar.
—¿Sabes Lety? También soy muy bueno con los labios y muero por besar los tuyos—dice y se coloca frente a mí, a solo unos centímetros de mi boca mientras fija sus ojos en mis labios y su mirada encantadora y profunda promete entregarlo todo en un beso, un beso que desea mi cuerpo, mi alma ,un beso eterno, un beso que está a punto de ocurrir porque juré que no, pero no me resisto a sus encantos y he perdido la cordura por este hombre.
—¿Tía, Tío?—nos interrumpe esa pequeña voz.
—Mi vida estamos aquí, hacemos pastel.
—¿, pastel? qué rico ¿Puedo comer un pedacito Lety?
—claro que sí mi pequeño—digo y ambos sonreímos de verlo disfrutar tanto. Luego subimos a la habitación y en la cama ya mi corazón se pregunta si todo habrá sido un sueño y mañana quizás despierte y esto solo lo haya imaginado.