Amor comprado

Capítulo 25

Sebastián.
—claro que te amo , no solo me enamoré de esa cara preciosa y ese cuerpo de diosa. Me enamoré de la manera que enfrentas cada situación, de la manera en que tratas a las personas, a Caleb, de cómo nos cuidas a todos y no te rindes ante nada. Lety tú eres la mujer perfecta para mí y eso no lo descubrí ahora, eso lo supe desde aquel día que llegó a la escuela esa niña rubia con enormes lentes. Ese día que te sentaron justo enfrente mío y con algo de timidez te pedí ser mi amiga y a la semana siguiente te robé un beso, un beso que nunca logré olvidar .

—¿Adrián? ¿Eres tú?—retrocede par de pasos —siempre sentí que ya te conocía. Ese día que me secuestraste y pusiste tú rostro cerca del mío, tú olor, tus ojos tu boca todo me recordó a ti, pero me negué a creer que te hubieras convertido en eso. No entiendo nada¿Sabías que era yo y aun así me trataste mal y me obligaste a casarme? ¿Por qué no me dijiste quién eras? Incluso amenazaste con matar a mi hermano—sus ojos no vuelven a brillar, ahora están opacos por las lágrimas que los cubren.

—mi amor por favor primero escucha te pido, luego juzga y no llores, no hay por qué.

—No sé si quiero escuchar más—intenta irse de mi lado, pero la tomo del brazo


Yo no sabía que fueras Rosa. Yo también sentí algo extraño ese día , sentí que ya te conocía, sentí una conexión que me volvía loco, pero te hacías llamar Lety y nada de lo que investigué de ti me apuntaba a saberlo. Lo supe ese día en el hospital, cuando te desmayaste y acaricié tu cabello y descubrí la misma manchita debajo de tu cerquillo, exactamente igual y yo solo sé que nadie más la tiene y eso unido a tu gran parecido me llevo a la conclusión correcta.Aun así quería estar seguro e investigué algo y aunque nada concreto pude saber que sí eras tú aunque todavía hay cosas que no entiendo.

—entonces tú estás enamorado de Rosa no de mí. Ahora me convertí en Lety —menciona haciendo puchero como una niña pero sorprendida de todo.

— ¿No entiendo por qué las mujeres son tan complicadas. Acaso no es la misma Rosa que Lety?

—No, Rosa tuvo que hacer cosas de las que arrepentirse. En cambio, Lety se abrió camino sola entre la multitud y se convirtió en alguien de la que los demás podrían sentir orgullo.

—pues yo las amo a las dos, a la pequeña que le robé un beso y a la gran mujer en que te has convertido, aunque tengo muchas dudas de tu cambio de nombre y de Por qué a pesar de que te busqué no te podía hallar, cada vez que tenía algo no tenía lógica, es como si te hubieras desaparecido del mapa.

—Mis padres murieron en aquel accidente cuando mi hermano y yo éramos muy pequeños y ese día nos querían internar en un orfanato—dice dejando caer sus lágrimas como gotas de lluvia— pero apareció una mujer que dijo que era nuestra tía y nosotros dijimos que era así con tal de que no nos separaran. Desde entonces quedamos a su cargo, pero era muy cruel. Ella me obligaba a robar, incluso me obligó a llevar siempre un arma y a usarla. Un día tomé aquella arma cerré mis ojos y le disparé. Luego salí de allí prendida de la mano de mi hermano y jamás la he vuelto a ver. Supe que nos buscaba para vengarse y cambié nombre y nuestro apellido. Desde entonces trabajé sin descansar un solo día por las noches y estudié cada día para ser lo que soy hoy—dice limpiando las lágrimas que los recuerdos le han traído.

—Todo lo que me acabas de contar me hace amarte aún más. Ya entiendo por qué sabías usar esa arma. Eres una mujer increíble, saliste adelante y de la forma correcta. Estoy orgulloso de ti.

—ok, te creo que me hallas buscado, el que no lo hallas logrado sé que es debido a lo mucho que nos escondimos y ¿por qué te cambiaste el nombre a Sebastián?

—Adrián es el nombre que mi padre eligió al nacer yo, pero mi madre eligió Sebastián. Al ella morir quise que todo el mundo me conociera por este nombre que al parecer le traía un recuerdo grato del que nunca habló. No es que no me siga llamando Adrián, es que ahora soy más conocido por mi segundo nombre.

—Entiendo que culpas a tu padre, Humberto, de la muerte de tu hermano y tu madre ¿Por qué lo crees?

—UFF, Lety parece que ya estoy siendo investigado por una sexy detective—digo acercándome a sus labios.

—Nada de besos, tengo mucho que procesar —reclama y veo cómo se va a la cama.

—¿Qué le pasa a la tía?—me pregunta el pequeño que la ha visto irse algo enojada .

—Se ha puesto brava

—uf, las mujeres son así, nadie las entiende

—por qué dices eso— y muero por escuchar la respuesta.

—Claudia se ha enojado—reclama y no puedo evitar reír.

—¡vaya, vaya con que Claudia he! Así que así se llama tu novia. ¿Por qué crees que se haya enojado?

—um, no lo sé, ese mañana estaba muy bonita e íbamos a hacer las tareas antes de clase y a los pocos minutos ya estaba enojada, no la entiendo porque primero estaba feliz y de un momento para otro se fue brava.

—um, ¿Se lo dijiste?—pregunto al pequeño

—¿Qué tenía que decirle? Tío no soy adivino.

—no eres adivino, pero te diste cuenta de que esa mañana estaba más bella que nunca¿Se lo dijiste?

—pues no —dice el pequeño rascando su cabeza.

—No te preocupes, por suerte aquí está tu tío experto para ayudarte, pero a cambio tendrás que ayudarme tú a mí con Lety.

—Okay—responde el pequeño chocando sus manos y siendo más cómplices que nunca niño y tío.




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