Sebastián.
—Mi padre no ha dejado de llamar, quiere que siga trabajando para él, pero no tiene idea de que hoy mismo lo entregaré a la policía. No he cogido sus llamadas ha de estar muy enojado. Ya tengo suficientes pruebas en su contra, hoy entregaré a la fiscalía pruebas que lo dejaran encerrado el resto de su miserable vida. Yo por mi parte estoy muy enamorado. Pienso casarme realmente con Lety y hacer una familia con ella y con Caleb. Comenzaré de cero, un nuevo proyecto de vida y un nuevo trabajo. Mi madre sería muy feliz viendo cómo levanto otra vez su empresa y lograré que sea tan eficaz como antes. Quiero darles a los míos el mejor futuro.
— Saúl¿Ya tienes todo lo que necesitamos?—pregunto
—Sí, señor—responde la voz tras el contestador.
—muy bien, esta misma tarde, cuando se encuentre el fiscal Marko en su oficina, entregaremos las evidencias. Solo podemos confiar en él. Cada paso tenemos que medirlo, mi padre puede tener gente dentro para protegerlo, tenemos que estar precavidos.
—No se preocupe, señor, conozco bien a Marko y es de confianza.
—entonces hoy será un gran día —digo y cuelgo la llamada. Esta mañana hemos regresado muy temprano de casa de Sofía y Lorenzo. En dos días comenzaremos a trabajar juntos y Lety comenzará a trabajar de nuevo en el hospital , así que aprovecharemos el tiempo que tenemos juntos y salimos afuera al jardín a tomar un exquisito desayuno que Lety ha preparado.
—te ha quedado exquisito el desayuno, mi amor —digo y no miento.
—gracias, Caleb me ayudó a prepararlo—dice ella y el niño asiente.
—hoy la mañana está hermosa y Caleb no tiene clases, podríamos hacer algo juntos¿Qué creen?
— Sí, sí—exclama el pequeño y Lety concuerda.
—¿Qué podemos hacer?—pregunta ella.
— dejemos que el niño decida.
—mmm, jugaremos béisbol—exclama el pequeño.
—pues prepárense para la derrota—desafía Lety—soy muy buena.
—ya veremos qué tan buena eres con el bate —carraspeo y dejo un suave beso en la mejilla de Lety y uno en la frente de Caleb. Pasamos la mañana en el campo jugando, Caleb se divierte mucho,Lety parece una niña, es muy tierna y además no mentía cuando dijo que era muy buena.
—eso no se vale, es trampa, ustedes son dos contra uno —me defiendo cuando me ganan en carreras, claro, porque yo sé lo he permitido.
—es que nosotros somos mejores—grita el pequeño.
—es cierto, me rindo, han ganado.
—¿te rindes tío? ¿No fuiste tú quien dijo que un buen Guerrero no se rinde sin haber dado todo en la batalla?
—cierto—sonrío al recordar esa frase que mamá nos enseñó de pequeños a mi hermano y a mí. Entinces meto un jonrón que empata el partido y lo culmina.
—si sé no te digo nada, tío, te hubiéramos ganado.Pero luego vendremos y ya veremos—dice el pequeño.
—está bien, ahora vayamos a merendar algo tanto correr, me ha dejado con hambre—caminamos camino a casa. Yo sujeto la mano de Lety mientras ella toma la del niño.
—seño yo le dije que usted no estaba en casa, que no podía pasar, pero él no me escuchó —dice María al llegar nosotros.
y
— pero no te pongas nerviosa, dime ¿Quién está aquí?—no acabo de terminar de preguntar y veo a mi padre acercarse—Humberto¿Qué haces aquí?—pregunto.
—¿Humberto? ¿Así recibes a tu padre? Como no respondías mis llamadas vine hasta aquí.
—He estado ocupado, no tenías que venir.
—¿Ocupado?, ya veo en qué—dice mientras mira de arriba abajo a Lety —yo a ti te conozco
—no lo creo señor —dice ella algo temerosa. Mi padre es un hombre que infunde miedo.
—Sí, definitivamente eres la mocosa aquella que tuve que alejar de mi hijo¿Cómo te atreviste a buscarlo?
—No te permito que le hables así a Lety, ella ahora es mi esposa, no te le acerques y no se te ocurra volver a insultarla.
—¿Lety? ¿Por qué el cambio de nombre? Esta es una cualquiera igual que su tía, solo busca tu dinero hijo.
—yo no busco el dinero de nadie señor, no me vuelva a insultar—
—vete de aquí o no respondo Humberto—me pongo frente a él, ya no soy el niño que le tenía miedo y eso lo descoloca un poco.
—ok, luego no digas que no te lo dije.
Pero si te vuelvo a llamar y no respondes, vendré otra vez.
—espera, señor—dice Caleb. Yo me pongo a su altura e intento detenerle, pero el pequeño escapa de mis brazos y se para junto a él—¿Usted es el padre de mi tío y mi papá?
—eso dicen—responde mientras se dibuja una asquerosa sonrisa en su rostro
—¿Entonces usted es mi abuelo? ¿Por qué no lo había visto nunca?
—lo soy supongo —dice y se coloca a su altura—?, sabes? Me agrada, eres un chico inteligente y valiente. Me gustaría conocerte mejor¿Puedo?
—no lo sé, mi tío, él …
—tu tío no importa, tú y yo podríamos llegar muy lejos. Nos veremos pronto chaval.
—Humberto si ya has terminado por favor retírate—digo y hago que Lety suba al niño a la habitación. Él se retira no sin dejar su asqueroso olor a tabaco por todo el lugar. Yo llamo a Saúl y me pongo en marcha para la fiscalía. Estoy más decidido que nunca alejarlo de Lety y más aún de Caleb. No pienso permitir que se acerque tanto nuevamente a mi familia, hoy se atrevió a demasiado. Haré que pase su miserable vida tras las rejas, no volverá a acercarse a nosotros nunca más.