Amor con aroma a café

TRISTE FINAL

ESTIMADOS LECTORES: 

Primero, quiero agradecerles por continuar leyendo esta historia, seguramente han encontrado una infinita cantidad de errores de redacción, ortografía, etc., sin embargo me ha gustado tanto escribirla, que ha veces he obviado hacer una previa y minuciosa revisión de la redacción y de evitar problemas ortográficos, con el afán de publicarla rápidamente y que ustedes continuen la secuencia de esta historia. 

También quiero contarles que he confesado a mi señor padre, que estoy escribiendo esta historia y se ha emocionado mucho, aunque al final, la historia no terminará como realmente sucedió, porque tálvez no sea del gusto del lector, quiero contarles que me complace saber que mi personaje principal, esta de acuerdo con todo lo que aquí se ha escrito. También quiero decirles que estoy a su disposición por cualquier duda que pueda surgirles con relación a algunas frases o palabras que ha aquí se han escrito; recuerden que soy 50% Guatemalteca, 50% Salvadoreña; por lo que usualmente mezclo un poquito de la jerga de ambos paises. De nuevo reitero mi agradecimiento por el seguimiento de esta historia.  Bendiciones!!!

ROSE

No he podido dormir, tengo un profundo dolor en el pecho, una sensación de ansiedad y también de vacio, por lo que he tomado mi vehiculo y me he dirigido directamente al hospital. Fue dificil que me permitieran ingresar a estas horas, pero la enfermera tuvo pena al verme en el estado en el que me encuentro, que me autorizó estar con mi padre unos minutos. 

Estoy a su lado y lo observo dormir, su respiración es lenta y cada cierto tiempo hace pequeñas gestos de dolor en su rostro; sufro mucho al ver a ese hombre que siempre fue tan fuerte y sano, encontrarse en ese estado de salud. Su dolor se ha prolongado mucho y aunque deseo tenerlo más tiempo a mi lado, no puedo seguirlo viendo así. Tomo su mano y el abre los ojos lentamente. -Padre, duermete, no quise despertarte, descansa por favor-. El desea hablarme, pero no tiene fuerzas, además tiene la mascarilla puesta. Trato de leer sus labios y logro comprender que dice "te amo". Tengo un nudo enorme en la garganta. Lo abrazo y le digo al oido - "Yo te amo papá, con todo mi alma".- El me sonrie y cierra lentamente sus ojos. Me quedo tomando su mano por lago rato y empiezo a recordar mi vida junto a él, vivimos tiempos dificiles, pero también momentos inolvidables, siempre fue un padre pendiente de mis necesidades y de mi vida y eso jamás lo olvidaré. El aparato en el cual se encuentra conectado y le ayuda a respirar, empieza a dar señal de alarma, inmediatamente entra una enfermera, seguida de un médico, la enfermera me pide que salga de la habitación y yo me rehuso a hacerlo, sé que está pasando y ésto aunque sabia que sucedería me está desgarrando el alma. La enfermera me obliga a salir y cierra la puerta. Me quedo sentada en el piso, rezando porque puedan volverlo a la vida; tengo una lucha interior por gritar de frustración y de dolor, o mantener la fé en que se repondrá de esta recaída. 

De repente siento un fuerte empujón, he olvido que estaba sentada en el piso y recostada sobre la puerta;  las personas que estaban con mi padre estan saliendo de la habitación. La enfermera me ayuda a ponerme de pie, necesito ayuda, porque he perdido la fuerza en mis piernas. -Señorita, lamento darle esta noticia; su padre acaba de fallecer-. No habia sentido este dolor, desde que pensé que mi hija habia muerto, el vacio, la frustración, la tristeza, la soledad y todo ese tipo de sentimientos se unen para provocar en tí, que te estás muriendo por dentro, que el dolor te está quemando el alma.

La enfermera me ayuda a sentarme; no tengo fuerzas ni palabras. -Señorita, llamaré a su madre para comunicarle....- Escucho a lo lejos que avisarán a mi madre y reacciono, mi madre no puede estar sola cuando reciba esta noticia, no podrá soportarlo. -Noo, noo, señorita, por favor no lo haga, yo lo haré-. -Pero..es mi deber...- -Espere, ya cumplió con informarme a mí que soy su hija, yo lo haré con mi madre-. No me quedo para escuchar su respuesta, salgo del hospital, totalmetne desorientada, hasta el punto que no recuerdo donde dejé mi auto. Finalmente lo he ubicado y entro en él; comienzo a llorar recostada sobre el timón,  lloro como niña, grito y golpeo; necesito desahogarme, porque siento que mi corazón va a explotar. Finalmente conduzco a mi casa y doy la noticia a mi madre; fue necesario llamar a los paramédicos porque entró en un shock nervioso y tuvo problemas de presión arterial.

Hemos asistido al funeral de mi padre, John nos ha acompañado en todo momento y hemos estado acompañados de los viejos amigos de mi padre. De regreso a casa y  cuando me encierro en mi habitación, recuerdo la primera vez que entré en ella, con esa misma sensación de vacío y de dolor; cuando pensé que mi hija habia muerto al nacer. 

Mi padre fue un hombre fuerte, que cometió errores, pero que se arrepintió de ellos y estoy consciente que murió en paz, tranquilo con su conciencia y feliz de saber que tenía una familia que lo amaba mucho.




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