Amor con aroma a café

EL TIEMPO NO VUELVE...

TOMÁS

Desde que fuí informado a la puerta de la finca, que una mujer habia venido de visita, todos los presentimientos que habia tenido en los últimos días se fueron agrupando en mi cabeza, hasta darme cuenta que todo ésto no era una coincidencia. 

Un profundo temor se apoderó de mi cuerpo, he vivido momentos difíciles a lo largo de mi vida, pero jamás habia sentido tanto miedo como hasta ahora. Mi hija, mi vida, mi mundo cambiaría a raíz de esta visita.

No tuve el valor para entrar a casa de Julita, estaba seguro que en ella se encontraba Rose. Volver a verla era uno de los grandes deseos de mi vida, sin embargo, también su presencia me provocaba muchos sentimientos diferentes.  El pasado regresa como un oso que despierta después de invernar, con la fuerza y las energías recargadas para seguir enfrentandose a la vida. 

¿Que busca? Durante estos años no supimos nada de ella y ahora, de repente regresa a nuestras vidas. 

Después de acceder a entrar a la casa y de haber escuchado todos los detalles de lo sucedido, siento tanto dolor, enojo y frustración, fuimos utilizados como marionetas a su antojo y a causa de sus maquinaciones cambiaron rotundamente nuestras vidas.

Finalmente nos hemos quedado solos. Estoy frente a la misma hermosa mujer de la cual me enamoré hace tantos años y se convirtió en la dueña de mis pensamientos, deseo tanto acercarme a ella y envolverla con mis brazos y no soltarla jamás.  Sin embago y con mucho esfuerzo trato de sonar sereno y tranquilo. -Rose, no sé que decir, perdona si te he tratado mal; durante estos años creí que nos habias abandonado, .....- Ella me pide silencio con sus suaves dedos sobre mi boca y una chispa  se enciende en mi interior a su contacto.  -Detente Tomás, eso no ocurrió, jamás lo habría hecho-. Mi cuerpo tiene vida propia, ya no puedo luchar contra su afán de tenerla cerca y volver a sentirla, no me resisto al deseo y me acerco a ella, le tomo el rostro con las manos y me deleito en su suave sabor, mi cuerpo se estremece a su contacto y la beso sin ninguna prisa, recorro sus labios y el interior de su boca; mi mente me exige revivir cada recuerdo y en cada contacto mis sentidos se encienden cada vez más. Ella no se resiste y acepta mis caricias, de repente la magia se acaba. -Espera Tomás, tienes que saber que estoy comprometida y que me casaré con John- . Siento como la desolación vuelve a apoderarse de mi cuerpo y extermina las ilusiones que estaban naciendo en mi interior. -Esta bien Rose, como sé que lo que te ha hecho regresar ha sido la existencia de Margarita, es necesario que hablemos de ella-. Ella asiente.

Durante un tiempo que no fue posible precisar, hablamos de Margarita y de mi firme resolución de no permitirle que se vaya con ella; Rose lloró inconsolablemente y aunque estoy profundamente conmovido, no permitiré jamás que mi hija se vaya de mi lado. Julita ingresó nuevamente a la casa a indicarnos que la niña estaba muy inquieta y que era necesario que salieramos de casa a hablarle. Le indiqué claramente que no le ibamos a esconder la verdad, pero que evitaríamos en lo que fuera posible, manchar la memoria de su padre.

Durante toda mi vida, jamás habia vivido sentido tanto miedo, decirle a mi hija que su madre no habia muerto y que habiamos mentido, fue el momento más duro que me ha tocado vivir, temía a recibir su rechazo, sin embargo mi hermosa niña me abrazó y con lagrimas en los ojos me dijo que me amaba con todo su corazón y que me perdonaba. Finalmente y con mucha cautela se acerca a Rose, quien sumamente nerviosa y con lagrimas en los ojos esperaba la reacción de nuestra pequeña hija.  La niña, se acerca lentamente, con sus deditos limpió sus lagrimas y luego la abraza,  repitiendo lentamente. -Mami, mami-.

Rose rompe en llanto y fue necesario ayudarle a sentarse, antes de que cayera al suelo por todos los sobresaltos que acababa de vivir. Mi niña con lagrimas en los ojos esperaba pacientemente la reacción de su madre. Finalmente Rose se recupera y acuna a la niña, hablándole dulcemente al oido. 

-Margarita, creo que a tu mami le gustaría que le mostraras  tus rosas y claveles- Ella asiente con una enorme sonrisa y toma la mano temblorosa de su madre. -Mami, venga, le voy a enseñar el jardín del abuelo y mío-. Ella le sonrie con timidez, pasa a mi lado de la mano de nuestra hija y con un "gracias", se aleja hacia el exterior. Era necesario alejarla de mí, necesito reponerme de todo ésto y tomar decisiones con mente fría. Agradezco a Julita por toda su ayuda y ella me regala un beso en la mejilla -Vamos sípote, todo estará bien-. Camino hacia la casa, mi padre también debe estar esperando una explicación de todo lo que está sucediendo.

Durante aproximadamente una hora, Rose y Margarita, estuvieron recorriendo el jardín, la niña conversa animadamente con Rose, como si hubiese vivido con ella toda su vida. Mi padre y yo contemplamos la escena desde el patio de la casa. Mi padre, con su madurez y sabiduria, me ha pedido que no tome decisiones de las que luego pueda arrepentirme y que debo pensar en la felicidad de la niña.




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