TOMÁS
Son las 5:00 A.M. y estoy sentado en las escaleras de nuestra casa, desde hace unos días no logro dormir mas de 3 horas consecutivas; por lo que he decidido levantarme, tomar una taza de café e iniciar las labores del día. Estoy ahora esperando que se presenten los caporales para asignar tareas.
El sol empieza a aparecer en el horizonte, entre las montañas; el paisaje es realmente fabuloso. Escucho el ruido de un automovil y no puedo creer lo que ven mis ojos. Mi estómago se contrae y tengo dificultad para tragar sáliva. Del pick up desciende una mujer y no dudo ni por un segundo quien es la hermosa mujer que se acerca cada vez a mí. Me regala una timida sonrisa y yo trato de controlar los latidos de mi corazón, que obviamente es completamente inútil.
-Hola Tomás-, -Hola Rose, ¿que haces aquí a esta hora?-. -Acabo de llegar del aeropuerto y no podía esperar para ver....., para ver a Margarita-. -hmmmm, ella aún duerme, pero puedes ir a su habitación-. -Gracias Tomás...y... tú ¿como estas?-. -Muy bien Rose y tú como has estado-. -Perfectamente-. -Me alegro mucho por tí-. Puede ser mi imaginación pero siento que desea decir algo más y no tiene el valor para hacerlo.
Rose se aleja y yo me quedo observándola como un tonto, mordiéndome los labios para reprimir el deseo de tenerla cerca de mí y sentir su respiración.
Me alejo de la casa y trato de mantener mi mente ocupada, necesito controlar mis emociones, porque en este momento no tengo ningún autocontrol. La hora del almuerzo ha llegado y yo evito regresar a casa, me uno al grupo de trabajadores que alegremente disfrutan del almuerzo que la finca les proporciona diariamente.
-Patrón, que bueno verlo por acá, supimos que la mamita de Margarita está de regreso-. -Sí, así es-. -Que bueno patrón esperemos que ahora sea para quedarse!!!-. Contesto con un gruñido y la señora, que nota mi descontento se queda en completo silencio. Termino la comida de mi plato y me dirijo nuevamente al interior de la finca; ahora mismo lo que necesito es estar completamente solo; recorro los zurcos de café y lejos de encontrar paz siento un enorme tormento en mi interior, hasta hoy, este lugar habia sido el lugar donde encontraba completa paz y tranquilidad, pero hoy ha fallado en su tarea de ayudarme.
Estoy molesto conmigo mismo, no puedo creer que un ser humano sea tan cobarde para no poder ganarle al amor y olvidar a quien no le ama. Elena, esa dulce y buena mujer ha luchado cada día para hacerme olvidar a quien se rehusa a salir de lo profundo de mi ser, pero ambos, hemos perdido la batalla y ahora, que la tengo tan cerca, la lucha será mas dificil. Aún no sé cúal es el plan que tiene para esta visita, pero ahora mismo, no estoy preparado para enfrentarla de nuevo; por lo que cobardemente la mejor solución es mantenerme alejado.
-Patrón, necesitamos que vaya a ver un problema con la máquina para pesaje-. Ahora esto es lo único que me sirve, trabajar como burro para mantenerme mi mente ocupada y mi cuerpo tan cansado, que no pueda desear lo que no puede tener.
Editado: 13.03.2019