Amor con aroma a café

LA FOTOGRAFA

Rose, es una hermosa mujer de ojos grises y largas pestañas, cabello negro, largo y ondulado, de estatura mediana y de cuerpo delgado, pero sobre los pantalones que lleva puesto, se puede observar que tiene unas piernas ejercitadas y firmes. Tiene una hermosa y pequeña boca, con labios rosados. Me parece que tiene un gran parecido a su padre, ya que no se pueden notar mucho parecido a su madre, con excepción del color de los ojos; por lo que se notan sus rasgos latinos, puedo calcularle unos 20 años, y me parece una mujer muy bella, viste unas botas, pantalones azules, una blusa celeste y un suéter blanco, sobre su pecho lleva una cámara fotográfica; me quedo observándola y olvido que todos a mi alrededor se han ido.

Ella está muy distraída tomando fotografías a la casa comunal; me quedó observándola y de repente escucho un grito fuerte de don Macabeo – Tomás, puedo saber ¿porque las personas de tu cuadrilla aún no han sido distribuidas para el trabajo? - . – Lo siento mucho le digo, en un momento estaremos todos listos -. El me recrimina y me indica – Que no se vuelva a repetir, ahora menos pueden suceder estas cosas con la visita del dueño acá en la finca-. Levanto mi mano a manera de despido y salgo corriendo para adentrarme a los surcos de café. De repente siento un fuerte dolor en la cabeza, creo que debo tener un "gran chinchon",  me he topado con una persona por mis prisas....

Chichón: Bulto que resulta de un golpe que se hace en el cuero de la cabeza.

Cuando bajo la vista puedo observar a la fotografa, está en el suelo, el golpe la dejó sentada y tiene en el rostro una cara de molestia y al mismo tiempo de dolor. Me dice con un tono fuerte y seguro – ¿Que pasa contigo?. No puedes ver por dónde vas, ¿tu estas ciego? Me quedo observándola callado y de repente dice nuevamente. – y tú ¿no pretendes disculparte o no puedes hablar?. Con esas últimas palabras, salí del shock temporal que me produjo el golpe y la miré molesto y le dije. –señorita, disculpe por el accidente, espero que no le haya hecho mucho daño. - Me miro seriamente y continúe con mi frase. –Pero también usted debe disculparse conmigo, porque por estar tomando fotografías, no observó que yo también venia hacia este lugar, por lo que yo merezco también una disculpa-. Se lo dije viéndola a los ojos, con toda la seguridad que pude poner en mis palabras. Ella me miró indignada y me dijo. –No es posible que pretenda que yo me disculpe con usted, esto es inaceptable-. La miré molesto y le dije. –¿Sabe? Ya no perdamos más el tiempo con esto, yo tengo cosas más importantes que solo estar observando el paisaje-. Y me alejé del lugar.

 

 

 

 




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