Amor con aroma a café

LAS CHICHARRAS

TOMAS

Después de mi inesperado encuentro con la fotógrafa, me siento de muy mal humor; he terminado de distribuir el trabajo en las cuadrillas y recuerdo que aún no he desayuno, también que mi amiga Vilma me mencionó que hoy traería una de mis comidas favoritas para el desayuno, chorizos con salsa de tomate; me acerco hasta la cuadrilla en la que ella se encuentra y ahí está cortando café con su canasta amarrada a la cintura y junto a su hijo de 9 años, tratando de alcanzar las ramas más altas del árbol de café y que está llena de frutos rojos. Me acercó y le digo: -Hola Vilma, que tal va todo por acá? Me observa con el rostro que refleja alegría y me indica: -¿Hola buenos días, pensé que no te gustaba el desayuno que había ofrecido para hoy y que por eso no habías venido? – Le sonreí y le dije: - No, es que estuve muy ocupado, pero acá estoy, listo para acabar esa dura tarea. - Me indicó el lugar donde se encontraba un fuego improvisado el que aún había algunas brazas encendidas. – Me gritó. –Calentá un poco la comida y el café, ya debe estar frio-. Le contesto con un asentamiento de cabeza y me preparo para tomar los recipientes de la canasta y me pongo en la labor de calentar mis alimentos. Tomo una pequeña rama y quito todas las hojas verdes para convertirlo en un pequeño asador, solo que no será para un pedazo de carne, sino para unas tortillas de maíz, las cuales coloco a un costado de las brazas. Terminado mi sabroso desayuno y agradezco a mi amiga y talvez futura novia por el detalle del desayuno, ya que nos conocemos desde hace un par de meses y aunque no he querido insinuarle nada porque no quiero darle esperanzas de una futura relación sin sentirme más seguro, creo que podría ser una buena pareja; por el momento seguiré cerca de ella, necesita ayuda para hacer más fácil su trabajo y creo que puedo ayudarla. Me despido del cipote con un pequeño golpe en el brazo, al cual me contesta con una sonrisa alegre; le recuerdo que el domingo tenemos partido de futbol en la cancha que está cerca del mercado del pueblo y que debe prepararse para ser uno de nuestros defensores, luego me retiro para continuar con mi trabajo. Al mediodía tomo mi plato y vaso para ir por el almuerzo, en el cual nos regala la administración de la finca, frijoles y tortillas y así podernos ayudar económicamente con los gastos de alimentación. Tomo mis alimentos y curiosamente me siento a disfrutarlos en el sitio en el cual la fotógrafa cayó después del golpe que nos dimos en nuestras cabezas; quisiera saber que llamó tanto su atención que la distrajo, y entonces pude observar un grupo de chicharras de varios tamaños colocados en las ramas de café, se observaban muy ocupadas en lo que sea que hacían, y pensé que éramos muy privilegiados de tener estas maravillas a nuestro alrededor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.