Amor con aroma a café

CELOS

TOMÁS

Ya ha transcurrido un mes desde que Rose y yo iniciamos nuestra relación, durante este tiempo he tratado de evitar ilusionar con palabras o gestos a Vilma. Trato de ayudarla sin tener que conversar mucho con ella, aprovecho ayudarle por medio de su hijo; sin embargo estoy consiente que está confundida por todo este cambio y hoy me ha invitado a almorzar, está claro que quiere hablar al respecto. El gringo aún continua en casa de Rose, por lo que hoy no vendrá a la finca, hemos quedado de reunirnos en casa de Julita, ella dirá a sus padres que debe ir a dejar algo a casa de ella y así tendremos unos minutos para vernos.

-¡Hola desaparecido!-, -Hola Vilma, ¿como están? Su hijo que se encuentra a su lado me regala una enorme sonrisa. -Bien muchas gracias, acá viendo que los amigos se alejan poco a poco de nosotros- indica. Yo he entendido claramente la indirecta y cambio la conversación. Conversamos por un rato y ella toma los alimentos que tiene guardados en una vieja canasta de mimbre, preparo un fuego improvisado con ramas y hojas secas que el cipote me ayuda a reunir; preparamos unos asadores con ramas de café y calentamos nuestra comida. El menú de hoy es: Tortillas tostadas, arroz con chorizo y frijoles cocidos.  Conversamos animadamente durante la comida, cuando me despido y agradezco por la comida, ella se acerca más a mí y me indica. -No soy más que tu amiga Tomás, pero tengo que decirte que esa relación es un error, el "don" de la finca no permitirá que su princesa esté enredada con un campesino, tenes que acabar con ésto, saldrás lastimado y vos sos muy importante para mí.- Esas palabras me tomaron de sorpresa, estoy consiente que tiene razón, pero mi corazón jamás lo comprenderá. No contesto, unicamente me alejo. 

Durante mi recorrido por la cuadrilla, he encontrado al guardia de seguridad del "don". -Tené cuidado chero, que aquí los arboles tiene ojos y oidos, al patrón no le va a gustar saber lo que andas haciendo-. Ignoro su comentario y me alejo del lugar. Tengo claro que ultimamente Rose y yo no disimulamos mucho nuestro sentimiento; no tengo miedo por mí sino por ella; tenemos que pensar como resolver ésto. 

Ha llegado casi la hora de encontrarnos; compro algunos dulces y me acerco a ella, se encuentra a la orilla de la puerta de la pequeña casa donde vive Julita. La tomo de la mano y la llevo a la parte trasera de la casa, le doy besos juguetones por el cuello y cuando me observa, noto algo diferente en su rostro. Se ve bastante decaída, ojerosa y talvéz sea mi imaginación pero la observo un poco mas delgada. -¿Estas bien cariño?, hoy no te veo muy bien-.  Ella me besa con ternura y añade. -Desde el incidente con los encapuchados, no me he sentido muy bien, creo que fue el susto y talvéz un poco de cansancio.-  Me preocupa mucho su estado de salud, su corazón debe estar débil después de la operación y todo su tratamiento; esta clase de sustos deben afectarla mucho. 

-Debemos hacer algo- indico - No puedo arriesgarte más, quiero estar junto a ti todo el tiempo, pero no puedo permitir que corras un riesgo tan alto como el de ese día, necesitamos pensar en algo-. Yo tengo claro que quiero hacer, quiero raptarla, llevarmela al lugar mas lejano, construirle una cosa, formar con ella una familia, hacerle el amor todas las noches y envejecer a su lado. Pienso. Sin embargo no puedo presionar la situación, ahora más que su salud es débil. Le propongo que para evitar arriesgarnos a vernos por las tardes en la finca, alquilaré una pequeña habitación a la salida del pueblo. Le parece muy bien mi propuesta y seguimos conversando al respecto.

Caminamos juntos por una calle de piedra, bastante alejada de su casa, donde podemos conversar con tranquilidad,  cuando escucho a mis espaldas. -Hola Tom, ¿te espero a almorzar mañana también? Julio quiere enseñarte unos juguetes que aprendió a hacer de madera. -  Me giro y puedo ver a Vilma, que nos observa con una gran sonrisa y me apresuro a contestar: - No se lo sé Vilma, mañana tendremos mucho trabajo, no llegará el otro caporal y debo estar a cargo de dos cuadrillas.- -Esta bien Tom, si no puedes llegar, solo dime donde estarás y llego a dejarte el almuerzo-. y se aleja del lugar.

Rose tiene las mejillas encendidas, no veia esa expresión desde nuestos primeros encuentros accidentados. -O sea Tom, que no has tenido que comer el menú de la finca estos días, porque ya tienes quien te lleve almuerzos especiales, verdad?. Trato de tomarla de la mano y darle una explicación coherente, sin embargo se gira y comienza a caminar de regreso a su casa.  Parece una cipota malcriada haciendo un berrinche. Intento explicarle pero esta muy molesta, por lo que la tomo del brazo, la giro y acerco hacia mí e indico: -¿Porque te pones así? Hace unos dias yo acepté tu explicación con relación a tu amistad con el gringo, me prometiste que no habia nada entre ustedes y yo lo entendí; ¿porque ahora no quieres escucharme y aceptar que ella es solamente mi amiga?. 

-Ella no te ve como amiga, ¿no lo entiendes? es evidente que está interesada en tí.- -¿Y tu crees que no es lo mismo que el gringo siente por tí? Me grita furiosa. -Entonces lo aceptas Tomás, ¿también aceptarás que has tenido una relación con ella? Yo no he tenido elección, el vino de visita y he tenido que atenderle, sin embargo tú voluntariamente has ido a almorzar con ella.- Entiendeme Rose, yo le tengo afecto a su hijo y a ella, pero eso no significa que quiera tener una relación sentimental con ella, yo te amo a tí y te lo he demostrado muchas veces-. Hemos llegado cerca de la puerta principal de la casa de Rose. -Debo irme-.  Y me quedo plantado frente a la puerta viendola alejarse.




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