Amor con aroma a café

AQUI ESTOY

Ha llegado la mañana, no he podido dormir pensando que lo veré de nuevo, temo por su salud, pero tengo la esperanza que podrá sobreponerse de tod ésto, es un hombre fuerte y sano.

El viaje fue corto, no hay mucha distancia entre el pueblo y la capital. Mi madre sugirió buscar un laboratorio privado para relizar mis examenes. He insistido sin parar que prefiero hacerlo en el hospital público, le he dado todo tipo de argumentos para convencerla, no habia contemplado que ella planearia ir a un centro médico privado para que me realizaran los examenes, finalmente he logrado convencerla y ya nos encontramos en la puerta del hospital.  Un caballero muy amable nos indica el lugar al cual debemos acudir, sin embargo hace referencia que mi madre no podrá acompañarme, que en ese caso tendré que ir sola. Mis planes finalmente están saliendo como lo esperaba.

Ha llegado mi turno, mi madre se ha quedado con los guardias de seguridad en el área de espera y acompaño a la enfermera hasta la sala en la que me realizaran los examenes. Empiezo a entablar conversación con ella, para que me platique de los pacientes que recibieron por lo del enfrentamiento armado, me comenta que ninguno de los pacientes falleció. Me siento feliz de escuchar esa noticia y en silencio doy gracias al cielo.  Le pregunto si es posible verlos y me indica que dentro de una hora empezará el horario de visitas y me indica que si podria visitar a los pacientes. 

Ya me han tomado todas las muestras, la última fue la de la sangre. La enfermera me indica que el doctor solicita también verificar si me encuentro embarazada. Nuevamente mi corazón se acelera y olvido que efectivamente continua mi retraso menstrual. Sin embargo vuelvo a argumentar que ésto ha sucedido por todos los últimos acontecimientos que me ha tocado vivir. 

Me indican que los resultados los tendrán en dos días y que ya puedo retirarme. Sin embargo le pido a la enfermera, su nombre es Berta, que me ayude a llegar hasta el área en que se encuentran los pacientes, le doy una breve explicación y me ayuda a pasar sin ser vista por mi madre. 

Me muestra la habitación en la que se encuentran los pacientes y se retira. Le regalo una sonrisa de agradecimiento y ella me guiña un ojo.

Voy en busca de la persona a la que deseo ver con tantas ansias, hay muchos hombres en ese pabellón, se quejan de dolor y siento una tristeza grande en mi corazón; en mi mochila he colocado fruta y la ofrezco a los pacientes que se encuentran despiertos. Finalmente veo al final de la habitación a mi moreno favorito. Sobre  él se encuentra una mujer y mis mejillas se encienden. Estoy a punto de regresar por donde entré, cuando él me observa y me regala una hermosa sonrisa, estira su mano y me llama a acercarme. Yo me acerco con duda y le regalo una sonrisa. La mujer que está a su lado es morena, de baja de estatura, delgada, de unos 25 años  y con mucho parecido a él.  -Amor, has venido!! necesitaba tanto verte, te he extrañado tanto-. Él me habla con tanta emoción que ha olvidado a la mujer que tiene enfrente. Ella se aleja para que yo pueda acercarme y me regala una sonrisa. Empiezo a entender quien podria ser esa mujer y me olvido de todo. Lo beso con todo mi amor y en mis mejillas empiezan a correr lagrima. -Beso su nariz y sus ojos. Estoy tan feliz de verlo. El me sonrie y me aleja un poco. -Estoy bien amor, no te preocupes, yo no podria irme y dejarte!. Me acaricia la mano con sus dedos e indica. -Rose, te presento a mi hermana Mariana.- Extiendo la mano para saludarla y ella se acerca y me abraza. -Gracias por querer tanto a mi hermano-. Le sonrio.- No me des las gracias Mariana, yo estoy agradecida por haberlo conocido.-

Ella se disculpa e indica que irá a comer algo para que podamos quedarnos un rato solos. Yo tengo tantas cosas que decirle, necesito sentirlo cerca y así olvidar todo este dolor que he sufrido. Él me explica todo lo que ha sucedido y yo escucho atentamente, le pido que trate de descansar, aún está muy débil. La bala no tocó organos vitales, sin embargo debe estar hospitalizado unos días, número que aún no se conoce. 

He olvidado a mi madre, debo irme pero  no quiero hacerlo. Sin embargo han venido mas personas a visitarlo, he conocido al resto de sus hermanas, su madre no pudo viajar porque tuvo un accidente y se quebró el hueso del pie y se encuentra recuperándose.

Su familia es muy sencilla, pero dulce y sincera. Ha llegado la hora de la despedida, le prometo que regresará a verlo. Veo la tristeza en su mirada, yo tambien estoy luchando internamente; pero no hay otra opción, tengo que regresar.

Mi madre está muy molesta, me indica que nunca más regresará a un hospital público, que la espera ha sido terrible; aunque su enojo aumenta cuando le indico que dentro de 2 días tendremos que regresar por los examenes de laboratorio, sin embargo añado que puede quedarse, que yo puedo viajar sola con los guardias de seguridad. No contesta, pero creo que está considerándolo. 

Regreso a mi casa más tranquila, después de lo sucedido creo que podré dormir una noche completa, mi corazón ya se encuentra un poco más en paz. 




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