Jamás pensé que un chico idiota cambiaría mi vida por completo.
Ni que una de mis tantas vacaciones aburridas se convertiría en los mejor días de mi vida.
Y mucho menos que eso me rompería el corazón.
Pero siempre está ese memento de la vida en el que te das cuenta de que todo puede pasar, de que todo va a cambiar, para siempre, y ese día, fue el mismo día que conocí a Lucas.
Cada vez que el viento azota mi cabello, que escucho el ruido de las olas y siento el olor del mar, su imagen aparece en mi mente, porque siempre, sin importar lo que pueda pasar, él será mi único AMOR DE AGUA SALADA.