—¿Estás preparada? —me preguntó Lucas.
—No —dije nerviosa.
—Nada va a pasarte —dijo —Estoy aquí.
Asentí repetidas veces —Okey, como practicamos en la arena —dijo —Ahí viene una.
Comencé a remar como Lucas me había explicado y cuando sentí la fuerza de la ola me sujeté de la tabla para luego ponerme de pie, pero no me salió el movimiento y caía al agua.
Escuché a Lucas reír, salí a la superficie y lo fulminé con la mirada.
—No te rías idiota.
Él se puso serio —Lo siento.
Habían pasado unos días desde la reunión en la casa de Lucas, no nos habíamos visto mucho luego de eso, pero hoy cuando fui al lago había una nota escrita en la arena, me decía que fuera a encontrarme con él en la playa y eso fue lo que hice, no imaginé que quisiera enseñarme a surfear, pero estaba emocionada con la idea. Aunque claro que surfear es más difícil que aprender a nadar.
—Maia debes tranquilizarte, dejarte llevar, estás muy tensa —me dijo.
—Okey, voy a relajarme —dije y volví a subirme en la tabla.
Cuando vino otra ola volví a intentarlo, pero de nuevo terminé cayendo.
—No puedo coordinar bien el movimiento de las piernas —dije.
—Déjame mostrarte —se acercó más a mi y sujetó mi tobillo —El movimiento es así —dijo moviendo mi pie —¿Lo tienes? —preguntó.
—Creo que si, pero me serviría si tu lo haces.
Asintió y se subió a su tabla, me mostró varias veces como debía pararme hasta que estuve segura de que me saldría.
—Esta vez si me saldrá —dije sonriéndole.
—Así se habla.
Primero remé, luego apoyé mis brazos a los costados y me impulsé hacia arriba quedando parada.
—Si —gritó Lucas haciéndome sonreír.
No duré mucho en pie, pero al menos lo había conseguido.
—Lo logré —dije con entusiasmo abrazándome a Lucas.
—Lo hiciste —dijo de igual manera —Ahora sigamos practicando, quizás para el próximo verano seas mi competencia.
Me reí —Si, por supuesto.
Seguí practicando por algunas horas, Lucas también practicó, el concurso empezaría en cuatro días y él aún no me había dicho que pasaría si yo perdía la apuesta.
—¿Te has divertido hoy? —me preguntó cuando íbamos de camino al hotel.
—Claro. ¿Tu no?
—Yo si, sobre todo cuando te caías —dijo con una sonrisa burlona.
—Cállate —le di un golpe en el brazo sin dejar de sonreír —Debo admitir que eres buen entrenador —dije un momento después.
—Claro que lo soy, no hay nada que yo haga mal —dijo con tono arrogante.
—Pues eres mal amigo —espeté.
Había tratado de no pensar en eso durante el día, sobre todo porque Lucas estaba haciendo que me divirtiera mucho, pero de todas maneras no podía pasar por alto el hecho de que se había olvidado de mi cumpleaños.
—¿Lo soy? —preguntó mirándome.
Asentí —Lo eres —aseguré.
Una gran sonrisa apareció en su rostro al tiempo que abría la puerta del hotel para mi.
—Feliz cumpleaños —gritaron todos.
Abrí la boca sorprendida sin saber que decir, desvié mi vista a Lucas, él sonreía complacido.
—Feliz cumpleaños —me dijo —¿De verdad creíste que no sabría que era hoy? —preguntó un poco ofendido.
Me reí —Gracias —le susurré, él me giñó un ojo en respuesta.
Las chicas llegaron hasta nosotros y me aplastaron con un abrazo grupal.
—¿Te gusta? —preguntó Cami —Lucas nos dio instrucciones de lo que debíamos hacer.
Asentí —Claro, gracias —dije.
—Hija —me di la vuelta para ver a mi padre, tenía una caja envuelta en papel de regalo rojo con un moño blanco —Feliz cumpleaños —me lo entregó y luego me dio un abrazo y un beso en la mejilla —Hay una sorpresa más.
Lo miré confundida y luego me di la vuelta para ver hacia donde él lo hacía, Vero y Pame se hicieron a un lado dejándome verla.
—Mamá —grité y corrí a abrazarla —¿Qué estás haciendo acá? —pregunté sin poder creerlo, hace unos días me había dicho que no podría venir a mi cumple.
—Quería darte una sorpresa, jamás me perdería tu cumpleaños —dijo dándome un beso en la frente —Luego te doy tu regalo.
—El mejor regalo es que hayas venido —dije sonriendo.
No podía creer que estuviera aquí y que Lucas hubiera hecho todo esto para mí.
—Ve a cambiarte, las chicas ya te buscaron ropa.
Asentí y salí corriendo hacia el ascensor, Vero me acompañó mientras me contaba todo lo que habían hecho.