Capítulo 1.

— ¿Medicina?

—Aja —Con una gran sonrisa asiento, mi vista se pierde más allá de mi madre debido a unos ojos cafés que invaden mi cabeza. Mi madre chasquea los dedos para que le preste atención.

—Cariño... estoy feliz de que al fin tomaras una decisión pero... ¿No pudiste elegir algo más fácil?

Suspiro. En parte tiene razón, sé que es una de las carreras más difíciles y que lleva años de formación para poder ejercer como médico pero al estar en esa situación tan riesgosa y sin poder hacer nada... me sentí tan inútil, hasta que aquel residente apareció y pude hacer algo, capaz solo fue una ayuda sin importancia pero el sentirme útil y la adrenalina que corría por mis venas fue algo que nunca antes había experimentado.

— ¡Es que debiste verlo! No dejó de intentar reanimarlo hasta que lo logró.

Ella deja uno de los artículos que estaba limpiando sobre la mesa, se sienta a mi lado en el sofá y acomoda mi cabello tras mi oreja.

— ¿Si quiera sabes que especialidad te gustaría?

— ¿Especialidad?

Ella se ríe mientras menea la cabeza, mechones cobrizos salen de su moño casi perfectamente arreglado y me acerco para acomodárselo tal y como ella hizo conmigo.

—Mi niña, hagamos una cosa. Investiga, ve a leer en Internet sobre la carrera.... y si todavía te sigue gustando voy a apoyarte.

Sonriente la abrazo con mucha fuerza hasta que termina quejándose, dejó un beso en su frente y me voy directo a mi habitación.

— ¡No voy a dormir esta noche! —Chillo.

Y no mentía, desde que había encendido la laptop me puse como loca leyendo y dándole clic a todo sin parar de buscar información, casi mis esperanzas se fueron al piso al ver que necesitaba mucho más de lo imaginado, tener que estudiar más y también tendría que pasar un examen de admisión en medicina para poder si quiera intentarlo. Me mordí las uñas nerviosa, y me puse a pensar en toda la carga que tendría... pero apretando los puños me dije a mi misma de que por lo menos lo intentaría y daría lo mejor de mí misma. Tal vez podía fallar en el camino, pero si no lo intentaba estaría eligiendo el camino fácil y eso no iba conmigo. Es mejor intentarlo a no hacer nada.

Luego de pasar toda una madrugada informándome, y leyendo toda la información que mi cerebro pudiese retener llegué a una conclusión... me convertiría en un médico de urgencias. La cirugía no me llamaba la atención tanto como atender a pacientes y ayudarlos en momentos claves, eso me atraía bastante.

Aunque también estaba segura de que no sería para nada un trabajo sencillo. Así que cuando mi alarma sonó a las 6:33 de la mañana me levante como un resorte, me duche y fui directo a mi nuevo objetivo. La biblioteca, este será un largo y difícil camino... pero estoy motivada a cumplir este sueño.

Quién sabe, algún día podría cruzarme con el residente Scott y agradecerle, porque ahora si tenía un objetivo claro...

Y un primer tonto enamoramiento adolescente.

Más de 10 años después...

La Clínica de urgencias Todson. ¿Qué puedo decir? Conseguir lugar para poder hacer una pasantía para mi especialización es difícil, pero yo tuve la suerte de pensar en esta clínica. Mis notas como eran de esperarse no eran las mejores, pero había superado cada año literalmente con sudor, lágrimas y mucho esfuerzo. Era más lenta que mis compañeros a la hora de aprender, llevaba mi propio ritmo entonces solía atrasarme pero con mi objetivo siempre en claro no deje que eso me desanimara.

Mi madre fue una persona crucial para finalizar la carrera de medicina. Noches en donde me dedicaba tanto a estudiar, o días en los cuales ni siquiera podía ir a verla en la tienda debido a la Universidad o residencia fueron más difíciles de pasar para ella que para mí. Su único familiar soy yo, y ni siquiera podía verme todos los días, aun así aunque se había creado una distancia entre nosotras nunca dejo de mostrarme su apoyo, llamándome, haciendo visitas, llevándome comida por más ocupada que debía estar... le agradezco cada una de esas bolas de arroz que aprendió a hacer porque cuando creía que estaba cayendo recordaba que había alguien que me estaba apoyando, y defraudarla no iba ser una opción. El primer semestre fue difícil, estudiaba tanto pero no era suficiente, mis notas no parecían reflejar las noches en vela que había pasado.

Era muy frustrante, aunque daba todo de mí... los resultados no eran lo esperado.

Hasta que lo conocí, Ivan Davis, mi mejor amigo. Fue uno de esos días en donde ya no daba más... estaba en la biblioteca llorando porque no había comprendido un tema especifico del libro, por más leídas que le había dado parecía estar todo escrito en otro idioma. Hasta que de repente alguien colocó un jugo de naranja frente a mí y mi vista se levantó directo al individuo.

Lo reconocí de inmediato, el más inteligente y apuesto de la clase. Sin decirme nada estiro mi libro y comenzó a explicarme el principio, unas horas después su novia se acercó hasta nosotros, sin decir nada tomó asiento al lado de él y comenzó a estudiar como si nada.

Tamara Len, estaba un año más adelante que nosotros pero también en esa época era la mejor de la clase, su relación ya llevaba varios años según me habían contado pero uno no diría que eran pareja debido a que no actuaban como una... o eso pensaba.

Después de ese día, ambos me ayudaron mucho a estudiar sin siquiera pedirme algo a cambio y nos hicimos buenos amigos. Llevaba algo para comer luego del estudio como muestra de agradecimiento y eso los hacía felices, era buena horneando pero mi madre aún más. Cuando se entero que por fin tenía buenas amistades y que eran una buena influencia para mí no pudo dejar pasar esa oportunidad de largo y llenó a mis amigos de dulces, era divertido cuando iban aunque eso significaba que iba ser por fines de estudio. Cuando Tamara tuvo que ir por su residencia a Los Ángeles, Ivan y yo continuamos estudiando hasta que ambos fuimos junto a ella para poder continuar con nuestra residencia allá, no hubo ningún momento en donde llegamos a separarnos, aunque nuestras personalidades no eran parecidas encajábamos bien.