Capítulo 13.

Ser cargada por el doctor Scott no estaba en mi lista de bingo del día de hoy... bueno ni siquiera me imaginaba pasar por este tipo de situación y mucho menos debido a un desmayo fingido que tuvo que haberse visto lamentable. Pero aqui estoy yo, sintiendo el calor de su pecho mientras camina rumbo al edificio, con una facilidad que me hace preguntarme si realmente peso tan poco como dice mi madre.

Apreté los ojos todo el camino hasta el elevador porque temía abrirlos sin querer y tambien por miedo de ver la reacción de Peter o de la pareja. Melisa murmuraba algo de que podía tener la presión baja mientras su esposo le preguntaba a su hermano porque no me llevaba al hospital pero el doctor scott no respondió en ningun momento.

Una vez dentro del elevador, me atreví a abrir apenas los ojos. Desde mi perspectiva lo primero que vi fueron las paredes metálicas reflejando nuestras siluetas. Mi vista subió con lentitud hasta toparse con el rostro de Peter. Justo en ese instante su mirada bajó y se cruzó con la mía.

Cerré los ojos de golpe, como si no hubiese pasado nada. Sentí cómo su pecho vibró apenas, tal vez por contener una risa.

Luego, su cabeza se inclinó más cerca de la mía hasta que su aliento cálido rozó mi mejilla. Susurró muy pegado a mi oreja:

—Si vas a abrir los ojos así… nos van a descubrir.

No respondí ya que seguía "inconsciente", y creo que debo mantener mi dignidad al menos un poco.

Cuando finalmente llegamos al piso, Peter reajustó su agarre con cuidado, sentir su cuerpo de esta forma hace que mi temperatura suba... caminó unos pasos más hasta llegar a la puerta de su departamento y a este punto no sé si los otros nos siguen pero solo quiero terminar con este momento de vergüenza ya.

Le da las llaves a su hermano y apenas escucho la puerta abrirse, camina apresurado hasta bajarme con cuidado en lo que creo es un sofá. Intento resbalar de forma delicada y elegante "o eso es lo que quiero creer" pero esta vez vuelvo a escuchar una risa leve.

Escuché cómo Shawn y Melisa se mueven por la sala. Alguien dejó bolsas o mochilas sobre la mesa y Melisa preguntó si podía poner agua a hervir Peter le dio permiso y luego el sofá crujió un poco cerca de mí.

—Nuestra madre está molesta contigo, ¿Lo sabes? —Preguntó Shawn con tono divertido probablemente sentado en algún sillón.

—¿A qué se debe?

—¿Lo preguntas en serio? No has ido a visitar a nuestros padres en meses... y no salgas con que la llamas a menudo. La conoces muy bien y sabes que te la va cobrar despues.

—He estado ocupado.

—Oh, claro —Dice con un tono de burla—. Mis disculpas, es que estás muy ocupado salvando vidas, haciendo turnos interminables… cargando mujeres desmayadas por la ciudad…

Estuve a punto de toser por la risa pero me aguanté.

—Deberías venir pronto —Continuó Shawn—. Y llevar a tu novia a casa, si quieres puedes llevarla en brazos de nuevo... No pensé que eras de ese tipo.

Se hizo un breve silencio hasta creo que deje de respirar, espere que Peter lo corrigiera con "No es mi novia, es la pasante dos del hospital" o cualquier cosa con su humor raro que evitase que me ponga más colorada pero...

Pero no dijo nada.

Nada.

Me sentí como una figura decorativa de lo más incómoda en ese sofá, fingiendo un desmayo mientras un malentendido monumental flotaba en la habitación… y el supuesto dueño de la verdad no hacía nada por despejarlo.

¿Oh?

Y paso obviamente paso... poco a poco comence a sentir mi cara calentarse y aunque no pueda verme a mi misma sé, oh dios, lo sé. Debo lucir como un tomate.

Siento que Peter se levanta, luego de unos segundos algo suave cubre mi cuerpo, una manta, agradezco el gesto aunque me molesta que sea debido a que está tratando de ocultar un poco mi rostro por mi sonrojo, ¿Por qué soy tan fácil de leer? Respiro con cuidado por miedo a delatarme.

—¿Seguro que está bien? —Pregunta Melisa con preocupación—. Tiene las mejillas muy rojas… parece fiebre.

—Estuvo con un cuadro viral leve —Responde Peter con total naturalidad—. Ya pasó lo más agudo pero aún tiene algo de febrícula.

¿Febrícula? ¿En serio? ¿Ahora soy un caso clínico?

—Shawn —Continúa sin inmutarse—, ¿A qué se debe la visita?

Así sin más el tema anterior es totalmente desviado.

—Vine por una reunión con el centro veterinario de aquí, estamos viendo si expandimos una unidad en esta zona. Nos ofrecieron una buena alianza con una clínica local.

—Y yo vengo porque él no sabe empacar una caja sin romperla —Añade Melisa desde la cocina—. Además, quería ver si tu departamento realmente existe o si sigues viviendo entre quirófanos.

No sé cuanto tiempo pasa pero mientras ellos tienen una conversación mi cabello es el juguete de Peter, no sé que está haciendo pero creo que está jugando con el mientras mantiene la conversación con su familia.

—¡Oh Shawn! Mira la hora... Nosotros deberíamos irnos antes de que el tráfico nos atrape. Nos vemos pronto… y tú —Dice, y puedo imaginar su dedo señalando a Peter desde la distancia—. Come bien y duerme.

Las voces se van alejando hasta que la puerta se abre, se oyen despedidas, risas suaves… y finalmente, la puerta se cierra.

Silencio.

Silencio absoluto.

Luego, un suspiro.

—Puedes dejar de fingir ahora —Dice Peter con voz calmada. Muy calmada. Sospechosamente calmada.

Ah, perfecto. Showtime.

Como si nada me saco la manta y me siento en el sofá con la cabeza gacha sin moverme un centimentro.

—Entonces… ¿vas a seguir ahí como estatua o piensas moverte un poco?

Levanto la cabeza en su dirección olvidando mis mejillas sonrojadas.

—¿Podrías tener un poco de consideración por la salud mental de una paciente desmayada?

—No sabía que las pacientes desmayadas eran tan selectivas con lo que escuchan.

Maldición, claro que sabe que me puse así porque escuche lo que dijo su hermano.