Capítulo 14.

—¿Saben cómo distinguir entre un desmayo real y uno fingido?

Que me lleve el diablo...

El doctor Scott levanta el brazo de la mujer recostada en la camilla, sosteniéndolo por unos segundos en el aire.

—¿Doctor Scott...? —Pregunta la doctora Lily con cautela.

—Observe con atención, pasante uno —Responde, ignorando por completo la pregunta. Luego suelta la mano.

Doy un paso al frente alarmada esperando que el brazo caiga pero no lo hace, sigue extendido en el aire inmóvil.

—El cuerpo no miente —Añade mirando a mi compañera con una sonrisa que me da miedo.

—¿Estaba fingiendo?

—Es una prueba para detectarlo... en fin ¿Comprendió como hacer la diferencia? —Gira su rostro en mi dirección—. A la pasante dos no necesito explicárselo ya que ella es una experta.

Aprieto los puños dentro de los bolsillos de mi bata ¿Quiere provocarme?

—¡Sí, estoy fingiendo! —Grita de pronto la mujer sentándose de golpe.

Me sobresalto del susto.

—Pero tengo una buena razón —Añade.

Oh... me acerco con curiosidad digo, cualquiera puede tener una buena razón para fingir un desmayo ¿no?

—¿Una buena razón? —Protesta Lily visiblemente molesta—. Fingir un desmayo es peligroso.

—Tal vez tenía sus motivos —Respondo a la defensiva.

Ambos doctores giran para mirarme. Scott alza una ceja con interés mientras Lily frunce el ceño molesta.

—Doctora Baker...

—¡Su aliento era horrible!

—¿Disculpe? —Los tres volteamos en su dirección con una cara de entre sorpresa, desagrado e incredulidad.

Ella se lleva las manos al rostro. El doctor Scott cierra mejor la cortina y lo conozco tan bien que sé que esto se puso aun más entretenido para él.

—Fui a una cita con alguien que estuve escribiendo por redes... ¡Él no era como la foto!

—Increíble —El doctor Scott se sienta en la silla al lado de la cama escuchando con atención.

—No es que sea superficial ¿De acuerdo? Pero me encontré con un hombre mucho mayor con pinta de vivir en un basurero... cuando me vio se acerco para saludarme con un beso y del susto no supe más que hacer que me desmaye —Ella parece sentir escalofríos—, una mujer de la cafetería corrió a ayudarme y así es como termine aquí —Asustada me observa—, ¿Ya se fue? —Asiento con la cabeza y ella se relaja.

—Para mi esto parece una razón convincente —Dice de pronto el doctor Scott—. Digo, no es como si fingiera un desmayo para evitar parecer una acosadora...

—¿De qué demonios está hablando? —Pregunta Lily en mi dirección y siento una gota de sudor caer en mi frente.

—¡Claro que no! ¿Por quien me toma? Eso ya es demasiado.

—Mm, como la situación no es grave voy a ir a ver que más hay en la sala —Digo y sin escuchar respuesta salgo de allí con la cara roja de ira.

¿Por qué es tan infantil? Desde el momento uno donde lo conocí siempre busca momentos como estos para su diversión... agh no lo soporto.

Me detengo al ver al residente que empezó la semana pasada. No sé su nombre, solo que tuvo la mala suerte de quedar a cargo de uno de los doctores más malhumorados del hospital. Es joven e inexperto y por cómo luce debe estar pasándola realmente mal.

Por curiosa me acerco a escuchar mejor sobre el caos que se formo a su alrededor mientras me siento en una de las sillas. No puedo interferir así que solo escucho.

El hombre de la camilla estaba cubierto de polvo y sangre seca. Vi la fractura en su pierna derecha y los raspones en sus brazos. A su lado, como un accesorio mal ubicado, un casco descansaba sobre la camilla.

—¿Llevabas el casco puesto? —Escuché preguntar a uno de los paramédicos mientras tomaba notas.

El paciente dudó apenas un segundo.

—Sí... me lo saqué después del golpe. No podía respirar bien —Dijo evitando la mirada.

Desde donde estaba noté el leve temblor en su voz. Arrugue el ceño, miré al residente que parecía no percatarse de la mentira, me puse de pie cuando escuche que su diagnostico era solo una fractura expuesta y posible conmoción. ¿A caso el caso quedo en el olvido?

Me acerqué un poco más una vez que el doctor a cargo se alejo, sé que no debería meterme pero soy incapaz de quedarme de brazos cruzados. Observe el nombre del residente en el pecho "Dr. M. Torres" miraba al paciente con una mezcla de duda y nerviosismo.

—Disculpa... —Dije, bajando la voz para no hacerlo quedar mal frente a los demás—. ¿Te diste cuenta que mintió sobre el casco?

El chico frunció el ceño pensativo y luego me miró como si acabara de iluminarle el cerebro.

—Mira sus heridas —Insistí, señalando disimuladamente—. Si hubiera tenido el casco puesto, no tendría esos raspones en la frente ni ese golpe en el parietal y mucho menos ese temblor al hablar.

Su expresión cambió lentamente de duda a horror. Mantuve silencio esperando que lo completara él mismo.

—Puede ser una hemorragia cerebral.

—Bingo —Respondo soltando un suspiro.

El paciente que había estado fingiendo dormitar abrió los ojos observándome directamente a mi.

—Por favor... hoy es el cumpleaños de mi hija —Su voz se quebro—, No quiero perderme su pastel otra vez...

Su voz me encogió el corazón pero no podía hacer nada al respecto asi que me agaché a su altura para explicarle la gravedad de la situación.

—Entiendo que quiera irse pero esconder un golpe en la cabeza es gravísimo —Necesitaba aclararselo—. No hacerse los estudios podría costarle la vida.

Él tragó saliva derrotado sabiendo que tenía razón bajo la mirada y asintió.

Volteo en dirección al residente pero fruncí al ceño al percatarme de que me observa como si acabara de presenciar un milagro médico.

—Voy a pedir la tomografía y hablar con mi supervisor —Respondió pareciendo mucho más seguro.

Y ahí fue cuando todo se fue al demonio...

—Doctora Baker —Escuche una voz molesta—. ¿Puede explicarme qué hace interfiriendo con un residente que no está a su cargo?