Cuidados intensivos está en otra área del hospital, Peter me dejo hasta la puerta de entrada deseándome suerte en mi día, me explico que tendría un turno largo así que me pidió que no me saltara las comidas luego de eso nos despedimos. A partir de hoy me las tendré que empañar sola, sé que el Doctor Lee es como un amigo para Peter y me comentó que es serio cuando está en su rol profesional pero que suele ser más relajado al terminar su turno.
Con eso ya en mente me acomodo la bata y me adentro a la UCI que será mi lugar de trabajo los próximos tres meses.
El doctor Lee me espera junto al escritorio de enfermería con una carpeta en mano.
—Lista para tu primer día en la área silenciosa del hospital —Dice y señala con la cabeza los cubículos alineados detrás del vidrio.
—¿Silenciosa?
—La mayoría no habla. Están sedados, intubados o simplemente demasiado enfermos para decir algo —Levanta su mirada en mi dirección—. Muy diferente al área de urgencias donde estabas.
Me dice que el Doctor Morgan llegó hace unos minutos y que ya le dio un encargo se unirá a nosotros en un rato.
—Tenemos a nueve pacientes hoy así que primero quiero que hagas un recorrido conmigo.
—Entendido, doctor Lee.
—Y no te sientas mal si el primer día no entiendes nada —Agrega lo cual me sorprende—. Ni Peter entendía nada el primer día y míralo ahora... cree que es Dios con bata blanca —Murmura con una sonrisa apenas perceptible.
Siento que mi corazón da un salto al oír la mención de su nombre pero me obligo a centrarme. Camino con la libreta contra el pecho siguiendo al doctor Lee que no ha dicho mucho desde que entramos. Un suspiro involuntario se me escapa... echo de menos la forma en la que Peter solía caminar a mi lado a veces haciendo bromas o señalando algo sin decirlo directamente esperando que lo notara.
El doctor Lee se detiene de golpe frente a una cama y por andar de pensativa casi lo choco.
—Doctora Baker —Habla y hasta parece que le cambio la personalidad—. ¿Qué ve en el monitor?
Me acerco de inmediato sin dudar reviso los signos, los valores del respirador y la saturación.
—Presión estable, frecuencia ligeramente elevada, saturación de oxígeno en 92%... está en soporte ventilatorio controlado.
Anota algo en su carpeta mientras asiente, no me felicita y tampoco es como que lo esperara pero su forma de llevar las cosas si que es diferente a la del doctor Scott.
—No está mal —Comenta mientras nos movemos a la siguiente cama.
Entonces aparece el doctor Morgan, pensar en lo que dijo Peter de que parece un modelo el cual su pasarela son los pasillos del hospital me causa risa. Desprende seguridad, acomoda su cabello mientras camina sonriente hacia nosotros, el doctor Lee a mi lado suspira.
—Deje los análisis con la enfermera.
—Bien —Responde sin levantar la mirada de la hoja.
El doctor morgan se acerca para susurrarme algo.
—¿Ya te dieron el tour? Porque si quieres puedo enseñarte el Hospital más tarde.
Le doy una mirada indiferente y levanto mi palma.
—No, gracias.
Él ríe por lo bajo como si mi reacción le divirtiera aún más.
El doctor Lee se gira hacia nosotros observándonos de forma intercalada.
—Doctor Morgan, por favor, revise el caso 312 y prepare un informe —Se gira en mi dirección—. Doctora Baker, caso 310 —Sale caminando y cuando parece que nos va a dejar solo levanta la mano—. Para antes del medio día.
—Sí, doctor —Respondemos al unísono.
Camino hacia el cubículo 310 con la carpeta en mano, intentando recordar todos los parámetros que el doctor Lee suele priorizar así que me concentro en el sonido constante de los monitores y en los ventiladores automáticos.
El paciente es un hombre de mediana edad, inconsciente, con ventilación y un tubo torácico drenando líquido desde el costado.
—Paciente masculino, cincuenta y cuatro años, posoperatorio de toracotomía por derrame pleural... —Murmuro mientras leo el historial clínico—. Saturación 93%... presión levemente baja...
Hago anotaciones rápidas, concentrada en lo que debo hacer siguiendo paso a paso lo que Peter también me había explicado. Reviso el drenaje, las vías y las constantes en la hoja aún estoy en eso cuando escucho pasos detrás de mí. Me tenso un poco esperando que sea el doctor Lee.
—Te mueves bien —Dice una voz masculina en tono casual—. Se nota que vienes de emergencias.
Giro la cabeza apenas. Es el doctor Morgan no sé si está observando mis manos o el monitor pero mantiene esa expresión de interés relajado.
Que me lleve el diablo, no lo soporto. No está haciendo nada pero su mera presencia me molesta.
—Gracias —Digo a secas.
Él da un paso más cerca como para revisar los tubos por encima de mi hombro.
—Yo tardé semanas en aprender a leer estos drenajes sin confundirme —Comenta en voz baja—. Aunque claro... debo admitir que no soy tan aplicado como tú.
—Me alegra que no te confundas ahora —Digo alejándome—. Los pacientes no parecen que vayan a perdonar errores.
Él suelta una risa leve y me pregunto que parte de lo que acabo de decir fue chistosa.
—Touche —Responde acomodándose el cabello para atrás creo que lo ha hecho como cinco veces en lo que llevamos del día—. Bueno... si necesitas algo estoy dos cubículos más allá —Dice al fin volviendo a su tono más neutro—. Aunque si me ves con el café en mano tendrás que esperar que lo termine.
Asiento sin verlo irse, siento que aún estoy bajo observación pero me concentro en terminar la evaluación y organizar los signos para el informe. Me dispongo a salir del cubículo cuando un pitido agudo irrumpe el aire de la sala. Me asusto pero el sonido no proviene de mi paciente sino del de a lado corro en dirección al sonido y observo el monitor cardíaco que comienza a marcar una línea irregular que rápidamente se convierte en una alerta inconfundible.
—¡Paro en el cubículo 308! —Grita una enfermera desde el escritorio.