Capitulo 36.

No esperaba que mi cuarto día en el área coronaria comenzara con una clase de anatomía impartida por una pequeña niña de nueve años.

—¿Quieres ver esto? Tengo un corazón loco —Dijo apenas crucé la puerta.

La pequeña está sentada en su cama sonriente con las piernas cruzadas y el suero colgado a su costado pero lo que más llamaba la atención eran los dibujos que estaban rodeándola, me acerque más y pude notar que las fundas estaban llenas de stickers de colores.

—¿Qué me vas a mostrar? —Pregunto con un tono jugueton.

Levanta un poco una hoja al observarlo es el dibujo de un corazón pero no un corazón cualquiera sino uno lleno de faroles de distintos colores que brillan mucho.

—Mi abuela dice que mi corazón es especial y no es como el de las demás niñas... el mío late como una canción desafinada creo —La sonrisa en su rostro parece forzada—, por eso me canso a veces.

No dije nada y me acerque a revisar el historial luego le pedí que se acomodara mejor para escuchar sus latidos. Ella ya parecía acostumbrada así que respiro profundamente sin que tuviese que decirle nada.

Ahora entendía porque hacía esa comparación con su corazón... mis ojos van hasta la pequeña mientras escucho el latido errático, voy inspeccionando su rostro y se encuentra muy pálida, sus dedos que sostienen el lapiz de color parecen temblorosos y estar haciendo un gran esfuerzo para continuar pintando. Sus ojos se cruzaron con lo míos y sonrío.

—Hoy soñé que tenía un corazón nuevo —Me sorprende como tiene energía para hablar tanto—, muy bonito que brillaba porque estaba lleno de luces como un arbolito de Navidad ¿Crees que después de la cirugía va a ser así?

El aire se sintió un poco más pesado y trague saliva.

—Tu corazón ya brilla, Leia.

Ella parpadeo sorprendida con mi respuesta y con una sonrisa más sincera volvió a su dibujo.

La puerta se abre dando paso al doctor Rhoades, se aguanto un bostezo al entrar y niego con la cabeza disimuladamente, Maddy me comento que no ha salido del hospital desde ayer y se notaba porque esas ojeras son difíciles de ocultar. Asintió como saludo al verme y fue directo a checar el monitor.

—¡Doctor panda! ¿Vino a ver mis dibujos?

Una risa pequeña se me escapa al entender el apodo.

—Hola Leia, las veré dentro de un rato ¿Sí? —La pequeña asiente emocionada.

—¡Tengo nuevos stickers de corazones! —Dice mostrandolos—. Te voy a dar uno... tu sabes que solo le doy mis creaciones a las personas queme caen bien.

—Lo sé y me siento honrado pero trata de bajar la voz y quedarte sentada.

Ella asiente y vuelve a su dibujo. Creo que deberé preguntar más sobre este caso al doctor... algo no me huele bien.

—¿Cómo está ella? —Pregunte en voz baja luego de acercarme al doctor.

—Necesita cirugía en menos de una semana... Estamos esperando respuesta del Todson central para ver si nos mandan los insumos o la trasladamos pero… lo veo difícil.

Abrí la boca como para quejarme de lo injusto que era aquello pero me dio una mirada para que guardara silencio y cabeceo hacia la pequeña por lo que me detuve, este no es el lugar adecuado para hablar de esto.

—¿Cuándo recibiremos una respuesta?

—No lo sé Adhara... Ella viene de una familia bastante humilde —Sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo—, creo que entiendes que el dinero es el problema.

—Pero...

—Tranquila Adhara... ya conseguimos el dinero necesario junto al plantel del hospital pero para que las cosas se agilicen siempre uno necesita más... —Suspira pero se obliga curvar sus labios y voltear hacia la pequeña—. A ver a ver que ha dibujado la pequeña artista el dia de hoy... Espero que no sea otro cachorro creo que ya tengo una colección en mi consultorio.

—¡Dibuje corazones! —Ríe y para haciendo una mueca.

El doctor Rhoades se acerca para examinarla mientras me hace una seña para que continúe con mi rotación por lo que salgo al pasillo con el corazón achicharrado ¿Cómo es posible que este hospital esté de este modo?

La angustia se instalo en mi pecho... si estuviese en la central esto no estaría pasando ya que el hospital cuenta con todos los recursos necesarios entonces me pregunto ¿Qué les cuesta ayudar a este?

Meto la mano en mi bolsillo en busca de mi celular y siento algo así que veo de que se trata y saco un pequeño sticker de corazón... debió haberlo metido en mi bolsillo cuando la estaba chequeando. Trago saliva y me alejo para realizar una llamada a Peter... como si del destino se tratase mi celular comienza a vibrar y al ver el nombre me invade las ganas de llorar.

—Adivina, adivina la noticia que traigo —Es lo primero que dice cuando contesto la llamada—. De acuerdo no puedo esperar a que adivines... ¡Se soluciono el inconveniente del área coronaria!

—¿Qué? —Digo confundida.

—Que puedes volver a terminar tu rotación aquí —Me recuesto contra la pared sorprendida—. Puedes volver cuando quieras no te preocupes por nada yo puedo...

—No voy a volver.

El silencio en la otra linea me golpea.

—Oh... —El tono de su voz cambio por completo—. Lo siento, debí de preguntarte primero si querrías volver...

—No, no, no no es eso lo que pasa es que... —No aguanto y comienzo a llorar lo cual empeora para Peter porque no entiende lo que está pasando.

—Adhara... —Peter dice mi nombre con cautela—. ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Intento responder pero se me forma un nudo en la garganta por lo que trato de tranquilizarme y me limpio la cara con la manga de la chaqueta blanca aunque sé que no sirve de nada. Me da rabia que justo hoy él tenga buenas noticias para darme y yo no pueda recibirlas como debería porque no creo que irme sea una buena opción ahora.

—Es una niña —Logro decir entre suspiros—, tiene nueve años y un corazón que no aguanta más... y aquí no tenemos ni lo básico para operarla...

—Así que es debido a un caso —Escucho que remueve unas cosas al otro lado—. Trabajar con niños es duro en casos como estos... —Su voz suena más tranquila ahora.