Amor de Hada

Capítulo 12: Luciano

Erik abrió sus ojos sorprendido para luego mirarme con enfado. 

—Así que tu eres la nueva Cooper —La profesora suspiró —Creí que era suficiente con uno —Miró de reojo a Erik. —Espero seas mejor alumna que él. 

—Erik es muy inteligente —lo defendí 

¿Qué le pasaba a esta profesora? ¿era normal que hablase así de un alumno?

Erik golpeo su frente y mordió su labio inferior avergonzado, supongo.

—Ya lo veremos —la profesora me señaló una banca libre.

Me senté y saqué los libros. 

Me tocó sentarme al lado de un muchacho de cabello rubio con ojos color miel. Este me miraba muy atento. 

—¿Te puedo ayudar? —hablé al ver que no me quitaba él ojo.

—Mi nombre es Mariano, es un gusto —Sonrió.

—Ah, soy Mia —sonreí

—Lo se, lo comentaste delante de la clase.

Rei —Es verdad.

—No piensas prestar atención Cooper —la profesora gritó.

—¿Eh? —Dijimos al unísono con Erik.

La profesora nos miró molesta —Señorita Cooper, ¿piensa presta atención?

—Si, lo siento —sonreí.

—Dime —colocó la tiza sobre el pizarron y dio unos golpecitos —¿Quienes conforman la tripe alianza en la primera guerra mundial? —Sonrió.

—Profesora, usted sabe que —

—Esta bien —interrumpí a Erik que intentaba defenderme —La primera guerra mundial enfrento a dos bloques de países: Los aliados que formaban la Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia a los que luego se unieron, entre otros, Bélgica, Italia, Portugal, Grecia, Serbia, Rumanía y Japón) y las potencias centrales de la Triple Alianza (El imperio Alemán y El imperio Austro-húngaro, apoyados por Bulgaria y Turquía)  

—Bueno, veo que has estudiado —la profesora me miró molesta y continuo con la clase. 

Le guiñe a Erik y comencé a tomar apuntes en la carpeta. 

Un timbre que resonó por toda la institución hizo que empezara el bullicio.

—¿Qué está pasando? —le pregunté a Mariano. 

—Es el recreo —me miró confundido. 

—Ah —susurré

—Todo el mundo sabe lo que significa el glorioso timbre —Rió —¿Por qué no sabes?

—Esta es la primera vez que vengo a un colegio —hablé con orgullo. 

—¿Me estas tomando el pelo?

—No —reí —es verdad.

—Mis respetos. Le plantaste cara a la profesora y todo y solo vas un día de clases —carcajeó. 

—Estudié intensivamente por dos semanas, si no me lo sabía me golpeaba yo misma y luego Luciano —reí.

—Luciano Cooper —susurró.

—Si, ¿por qué susurras?

—No es bueno hablar sobre él, nos meteremos en problemas

—¿En problemas con Lu? Imposible es todo un caballero, si tiene sus cosas —recordé el choque y lo que bebía —pero es una gran persona. 

—¿Oigan? —un chico se paró detrás nuestro. 

—¿Si?

—¿Que andan comentando de Luciano?

—Te lo dije Mia, no hay que hablar de él —volvió a susurrar. 

—Mucho gusto, soy Mia Cooper. Le estaba comentando que Luciano no era una mala persona —sonreí.

—¿Cooper? ¿Así que eres su hermana?

—Si

Aquel chico me tomó del uniforme y se acercó a mi.

—Luciano no tiene hermanas —gritó frente a mi rostro.

—Me escupiste —me limpie la mejilla. 

A todo esto Mariano negaba asustado.

Me agarró mas fuerte y comenzó a arrastrarme hacia algún lado. 

—¿Oye? —grité

No respondió.

—Él es mi hermano, sino busquemos a Erik. Él va a confirmarlo. 

—Nos iremos a esperar a Luciano en el estacionamiento. 

Lo miré molesta, yo podría soltarme fácilmente de él pero eso implicaba mostrar mis habilidades.

—Cuando se entere que estas hablando de él y que además te haces pasar por su hermana se enojará tanto —carcajeo.

No podía creer lo que decía ¿Luciano enojado?

Llegamos a una zona no explorada del estacionamiento y allí había otros muchachos. 

—¿Qué traes ahí? —hablo uno de ellos.

—Una muchachita que dice ser la hermana de los Cooper.

Todos rieron.

—Niña, los Cooper no tienen hermana.

—Pues, ahora si. Aquí me ves imbécil. 

Lo ciento, necesitaba actuar malota. 

Mi miraron sorprendidos. 

Uno de ellos se acercó y me golpeo el rostro. 

Puse mi mano en la mejilla golpeada y apreté los labios. 

Si supieras que puedo convertirte en cerdo no estarías golpeándome. 

Me tomó del brazo y apretó mi muñeca.

—Después de esto no querrás ser la hermana de los Cooper, mentirosa. 

Cerré los ojos asustada, no quería ver como su puño se aproximaba a mi rostro.

—¡Hola! —escuche a Luciano 

Abrí los ojos me solté y corrí a abrazarlo. 

Todos se quedaron callados.

—Mia, ¿qué haces aquí? —me abrazó protegiéndome. 

—No entiendo —él muchacho que me golpeo habló.

—¿Qué le hicieron? 

—Me pegaron —los miré molesta. 

—¿Le pegaron a mi hermana? —gritó enojado. 

—Creímos que era mentira ¿Desde cuando tienes hermana?

—¿Y no podían esperar a que llegara?

—Se molestaron por que estaba hablando de ti —lo solté y lo miré a los ojos. 

—Ah —susurró.

—¿Por que no se puede hablar.. —no termine la pregunta. 

—No es nada no te preocupes por ello, ahora ya saben que no ¡Tienen que tocarte un pelo!

—No quiero que golpeen a nadie Luciano —hablé molesta.

—No es lo que piensas Mia —se excusó. 

—Me enteraré y la próxima vez que Sebastian venga a pedirme ayuda por que estas borracho y en calzones en el piso de tu cuarto no iré a cubrirte con nuestro padre. 

Él me miró en silencio

—No lastimes a las personas, todos tenemos libre expresión y podemos hablar de quienes queramos libremente.

No respondió. 

—Bueno, gracias por llegar, si no estaría peor ahora. 

—No te preocupes, vamos, te llevaré al aula. ¿Qué materia te toca?




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