Luciano con su pulgar hizo a un lado aquella lagrima.
—Escúchame, vamos a poder romper este ciclo, todos vamos a poder terminar nuestras vidas como debería ser y no vamos a morir a manos de nadie, solo a manos de la vejez.
Asentí poco convencida.
—Tu, tienes un poder, mucho más grande de lo que crees. Misha la Reina de las hadas —sonrió —¿Crees que solo puedes cambiar tu atuendo con ella? —me miró con orgullo.
Él se incorporó y fue en busca del libro.
—Este que tengo aquí se llama libro de la vida.
Volvió a sentarse junto a mi.
—Con el puedes ver tu pasado, cada una de tus vidas esta aquí. Tienes que cuidarlo muy bien ya que en manos de otro puede jugar en tu contra. Este libro te guiará por cada una de tus vidas mostrándote donde fallaste para poder arreglar aquel error en tu presente, en nuestro caso, si lo logras descubrir puede que podamos romper el ciclo, pero tranquila nadie te presiona. —suspiró.
—Pero, si siempre tuve esto... ¿cómo es que no rompí el ciclo ya?
—No es sencillo, este libro contiene tanto dolor, tantos momentos que odiaste y odiaras —apretó sus labios —Momentos que yo odio —masculló.
—Lo lograremos —acaricie su espalda —Lo haremos juntos y cuando Erick esté listo lo haremos los tres. —intenté darnos ánimos, aunque ni yo confiaba en mis propias palabras.
Treinta vidas, treinta muertes ¿realmente lo lograríamos?
—Aunque duela, no nos alejes. Prométeme que —se quebró su voz —Prométeme que no intentarás hacer todo sola, sabes lo mucho que luchamos con Erick para poder volver junto a ti cada vez, si nos alejas y nuestras vidas no tienen sentido en la misión, no sabremos si podremos volver. ¡No podremos volverte a ver! —gritó con frustración.
—Lo prometo.
—Si me haces dudar nos tocará hacer algo que no queremos hacerte hermana, pero entiende, no puedes ganar sola.
Asentí —En serio, créeme, no los haré a un lado.
—Por más que duela, tienes que revivir cada vida que has tenido. Tienes que revivir cada hoja de ese libro, por que en el está la solución.
Mordí mi labio nerviosa.
—No tienes que hacerlo necesariamente sola, solo una persona puede acompañarte a recorrer tus vidas pasadas, solo que nunca nos has dejado ayudarte. Pero si deseas hacerlo, ve con Erick, estoy seguro que él puede comprender cada situación mejor que yo. Aunque lo veas como un idiota impulsivo, está mucho más capacitado que yo para soportar aquellas cosas que pasaste Misha, yo no podría soportarlo y terminaría creando un conflicto que podría hacer enojar al libro de la vida y lo que menos queremos es eso.
—¿Eso es posible? ¿Enojar a un libro? —me asombré.
—A este libro, sí —afirmó.
—Entiendo, haré lo que me dices no iré sola. Estoy segura que entre dos llegaremos más fácil a resolver lo que sea que nos esta atrapando en esta mierda.
—Por favor, esta vez pide ayuda. Se que eres muy capaz de hacer las cosas por tu cuenta, pero te será mas fácil con ayuda.
Hacer las cosas por mi cuenta, ya van treinta vidas y aún no lo resuelvo.
—Si —susurré.
Leo se incorporó y en silencio se fue de la habitación, ya era media noche y mañana tenia que ir al colegio.
Giré sobre mis talones, cambiando con algo de magia mi ropa por mi pijama, fui a lavar mis dientes y luego intenté dormir.
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Gracias por leer ♥