Capítulo 23: Pesadillas

Hice tiempo mirando otra película hasta que llegara Luciano, él sabía que era lo que había pasado y necesitaba alguien con quien hablar sobre todo eso.

Se hicieron las cinco y media y tocaron a mi puerta.

—Mia, ¿estas despierta? 

Corrí a abrir la puerta y tiré del brazo de Luciano para que entre rápido.

—¿Todo bien? —me miró sorprendido.

Lo abracé —tenia miedo de estar aquí sola —susurré —Si algo me pasara aquí ¿quien me ayudará? Estoy sola, Sulma no creo que sea de ayuda.

—Nada va a pasarte, lo de hoy no dejaré que se repita. 

—Pero estaba sola y ¿si alguien entra por la ventana e intenta matarme?

Él comenzó a acariciar mi cabello intentando tranquilizarme. —Nada va a pasarte —suspiró —Te cuidaremos.

—Erick vio lo de mi cuello —me separé —Le dije que era algo sin importancia, pero no me creyó. 

—Él no es estúpido, sabe o intuye lo que te pasó. —Colocó sus manos en mis hombros —Pero tranquila, si no le dices no va a obligarte. Si hay algo que destaco de Erick es que es muy respetuoso.

—Excepto cuando esta desbordado de rabia —reí.

—Si, excepto cuando su paciencia se acaba —me sonrió —.Vamos a comer algo, tienes que alimentarte.

—No tengo hambre —murmuré

—Lo se, pero es importante que tengas energía para afrontar todo esto. —me tomó de la mano —Solo toma algo calentito y come unas galletas 

—Solo por que no puedo decirle que no a mi hermano —suspiré. 

Él besó mi frente —Vamos a salir de esto, trabajemos juntos y no bajes los brazos.

Asentí y me dejé llevar al comedor. 

Al llegar Erick y Sebastian estaban allí. Luciano me guió hasta el asiento y me ayudó a acomodarme.

—Pareces una princesa —Sebastian hablo divertido. 

—Es la princesa de la casa —Luciano le siguió el juego —También ella es tu princesa —le picó la nariz al pequeño. 

—Mañana te ayudaré yo con tu asiento —rio Sebas. 

—Dejamé que te traiga algo para tomar y beber —Lu habló para luego irse rumbo a la cocina. 

—No tienes calor —Erick señaló el cubre cuello. 

—No, estoy bien —sonreí.

Él sabía por que lo traía puesto y aun así me molestaba por ello ¿acaso quería que Sebastian viera a su hermana herida?

—Mentirosa —musitó. 

Lo miré molesta y decidí ignorarlo. 

—Princesa Mia —Sebas habló —¿Sabes a que hora llegará papá?

—Él debe de estar por llegar —sonreí. 

—Papá llegará a eso de las ocho, pero no se perderá la cena te lo aseguro —Erick aclaró. 

Era tan buen hermano con el pequeño, se veía que lo quería mucho.

—¿Cómo va Katy? —Sebastian preguntó.

—¿Quién es Katy? —miré a Erick.

—La novia al menos una de ellas —rió con picardía.

—Te dije que era un secreto enano —Erick se cruzó de brazos.

—¿Así que una de ellas? ¿Cuantas novias tienes? —reí molesta. 

Ni siquiera sé por qué estoy molesta, él no me gusta, pero intenté tanto no pedirle nada para no intervenir en su relación y ahora me entero que no es nada serio en ese tema.

Él no respondió, Luciano llegó con nuestra merienda, un café con leche y unas galletas con chips. Luego de hacer mi tarea junto a él llegó nuestro padre. Las horas pasaron rápido y nuevamente me encontraba sola, en mi cuarto intentando conciliar el sueño; pero cada vez que cerraba los ojos lo veía ahí, estrangulándome.

Grité y me incorporé asustada, las luces estaban apagadas y sentía que él estaba ahí, acechándome listo para volver a intentarlo, listo para matarme. 

La puerta de mi cuarto se abrió haciendo un gran estruendo.

—¿Mia? ¿Estas bien? Te escuché gritar.

—¿Erick? Estoy bien. 

Unos pasos apresurados se escucharon desde el pasillo.

—¡Mia! —Luciano entró y se acercó a mi lado. 

—¿Qué sucede? —Erick estaba confundido. 

—Solo fue una pesadilla —murmuré intentando retener las lagrimas. 

—¿Soñaste con... eso? —Lu intentó descifrar. 

—S-si

—¿Qué es "eso"? —Erick sonaba molesto. 

—Me quedaré aquí hasta que te duermas.

—Si alguien se quedara seré yo —Radra habló.

—No te preocupes hermano, no me molesta quedarme —Luciano intento echarlo.

Erick se acercó, lo tomó de la ropa y lo sacó del cuarto. 

—Me quedaré —afirmó —Tu duerme tranquila —cerró la puerta dejando fuera al mayor.