Amor de Hada

Capítulo 32: El Plan

Ambos bajamos a la cocina y nos sentamos a desayunar junto a los demás.

—¿Ya tienes un plan? —Jash le preguntó a Leo

Erick y yo solo nos dedicamos a comer y escuchar.

—Si —tomó un sorbo de café —. Vamos a seguir yendo al colegio, tenemos que encontrar a la mayor cantidad de seguidores posibles para ir deshaciéndose de ellos —pasó la mano por su cuello dándonos a entender que había que matar a la mayor cantidad posible.

—¿Es realmente necesario?

—Lo es —tomé la mano de Radra y lo miré fijo a los ojos —Cuantos más seguidores tenga menos poder tendrá. Después de todo nosotros solo somos cinco y con suerte encontremos a algún pixie por algún lado en nuestro camino.

—Exacto, él ya se apareció en los sueños de Mia, eso significa que tenemos unos... —hizo una pausa —. Unos tres días más.

—Tenemos que matar a sus seguidores antes de que él llegue así podremos tener más oportunidades contra él.

—Para nosotros el colegio es una falsa —Luciano aclaró —pero la mayoría de sus seguidores se la pasa observandonos, vigilandola y algunos intentan matarla con sus propias manos. Con el fín de obtener la posibilidad de una vida más larga.

Jashlen y Erick escuchaban con atención. Para mi hijo era muy comprensible y estaba dispuesto a matar a quien fuera necesario pero por otro lado Erick, no entendía mucho la situación, él no recordaba y estaba aterrado y confundido.

Tomé su mano y le sonreí —Tranquilo, mientras me cuides no es necesario que mates a nadie hasta que recuerdes. Leo y Jashlem pueden hacerse cargo de eso mientras tú puedes recuperar tu memoria.

—En resumen, puedo ser un inutil.

—No eres un inutil, no lo serás tampoco.

—Como digas —él se levantó y se fue de la mesa.

—Es muy difícil para él aceptar el no poder hacer nada. —Leo aclaró.

—Lo se, papá siempre fue el más valiente, solo hay que darle más tiempo ¿no mamá?

—Si, él no dejará que nada me pase. Aunque no recuerde, sus instintos no le defraudarán. 

Luciano miró el reloj en la pared y se incorporó.

—Si nos apresuramos podemos llegar a tiempo para entrar a clases.

Terminé lo que quedaba de mi desayuno y fui al cuarto de Radra.

Entre, aunque la puerta estaba con seguro.

Las luces estaban apagadas y la persiana cerrada, no se lograba ver casi nada.

—Si la puerta está cerrada es por que no quiero que me molesten —habló desde la cama.

Sonreí levemente y me acerqué a él.

—Tenemos que ir a la escuela.

—No puedo ir, no puedo ayudarlos a matar personas.

Me senté a su lado —No tienes que ayudarnos, solo cuidarme. ¿Podrias cuidarme?

—Es más que obvio que no quiero que nada te pase, siempre intento cuidarte.

Él recostó su espalda sobre la pared y suspiró —Es solo que me siento perdido, confundido. —volvió a hablar —Un día soy Erick, un chico normal rompiendo corazones y al otro tengo una familia y más de 100 años —sonrió irónico.

Me senté sobre sus piernas quedando frente a él y lo abracé.

—Todo estará bien. Entiendo tu confusión, entiendo lo que estás sintiendo pero te necesito. Te necesitamos. Somos Radra y Misha siempre juntos —besé su mejilla —. No podría hacer esto sin ti.

Él estaba nervioso y tenso por mi cercanía.

—No se que hacer —susurró y apoyó su cabeza sobre mi hombro.




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