Amor de Invierno

Capítulo X

ArribaAbajoCapítulo X

Sara tampoco dormía. Se había lavado la cara viendo con pena cómo la vejez reaparecía cuando el agua se llevaba su ilusión de juventud química. Había dado de comer a los gatos sus trozos de hígado, y regaló a Bush con un trozo de torta que sin vergüenza alguna había pedido al mozo que le envolviera.

-Soy demasiado ordinaria y él es tan caballero -se dijo a sí misma-. Capaz que piense que soy una vieja calentona, sobre todo cuando le dije esa estupidez de que las cosas -nuestras relaciones- deben tener un sentido. Levantó una ceja como hacía Tirone Power hace un millón de años.

Comprobó que las puertas y ventanas estuvieran cerradas y los animales afuera, y fue a acostarse.

-No lo hice con mala intención. Me vino a la cabeza cuando vi que el joven mozo besaba como al descuido a la chica del mostrador, ella se enojaba, pero se había puesto colorada y reía. Los vi llenos de propósitos y de promesas, y tuve envidia. Por eso dije lo que dije, pero no me estaba insinuando, como puede pensar él. Y si lo pensó, me avergüenza, aunque tengo una disculpa. No se sabe cuándo una mujer deja de ser mujer, o cuándo una mujer es huera, frígida, estéril o indiferente. No sé cuándo pero lo que sé es que no hay poder en el mundo que le diga a mis hormonas «levántense y anden». La fe mueve montañas, pero no resucita nada de lo que en la mujer murió para siempre.

Lo que me atormenta es no comprender si una mujer que dejó de ser mujer, es todavía mujer. Y si es mujer, para qué, si lleva adentro sequedad y frío. Entrañas muertas, Jesús mío.

¿No entendió o simuló no entender?

¿Pero cómo va a entender él si yo misma no entiendo lo que quise   —46→   decir? Un beso furtivo entre dos jóvenes puso palabras en mi boca, pero ningún pensamiento en mi mente, y ninguna calentura en mi sangre.

Me siento intranquila. Soy, o fui, de las que piensan que todo propósito de pareja lleva a la cama. Pero me juro que no pasó por mi mente semejante barbaridad. Lo malo sería que él pensara que yo estaba pensando en... eso.

¿Y qué tal si me pide que hagamos el amor? Los hombres se sienten alentados por cualquier cosa. Interpretan mal una palabra, o le dan un significado erótico a una sonrisa. Jesús mío, si me pide que hagamos el amor me da un patatús. Además, desnuda parezco una mortadela gigante. Aunque se puede apagar la luz y...

¡Sara, estás loca!

No, lo que pasa es que soy más joven que él, menos seca que él, y las mujeres no tenemos próstata.

¿Qué demonios les pasará a los hombres con la próstata inflamada que hacen el amor? Eso es algo que tengo que averiguarlo, aunque no sé para qué, porque él es un caballero y no se le ocurrirá eso de pedirme hacer el amor. Es un hombre respetuoso. Demasiado.

Pero así y todo, debería haberme dado una respuesta, en vez de levantar una ceja como Tyrone Power. Es mucho más culto que yo, y debe saber para qué... ¿para qué qué? Al diablo, me confundo. Sencillamente para qué.



  —47→  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.