44.

Horas después.

Antonela: ya eran altas horas de la madrugada y no aguantaba más estar aquí, Así que le pedí a mi tío que me llevara a la casa, él aceptó, Así que me despedí de mis hermanas y en este momento me encontraba saliendo directo hacia la salida.

Romina: Anto, dijo deteniéndome.
sabemos sobre tu separación con Jesús, queremos que sepas que estamos de tu parte.

Gaby: sí, estábamos muy preocupadas porque no sabíamos nada de ti, pensamos que te había pasado algo.

Antonela: como son las esposas de los amigos de Jesús, pensé que ustedes también estarían de su lado.

Gaby y Romina: noooo.

Romina: Los Plebes Y nosotras, no estamos de acuerdo con las cosas que está haciendo Jesús.

Gaby: Sí, así que cuentas con nosotros para lo que necesites.

Antonela: gracias.

Romina: Cuando llegamos, Tu mamá nos dijo que no estabas aquí.

Antonela: no, porque ya no vivo aquí.

Gaby: ¿por qué? ¿en dónde estás?

Antonela: es una historia bastante larga y ahora no se las puedo contar, pero estoy en casa de mis tíos en Culiacán.

Gaby: Bueno, si tienes el mismo número, después hablamos y nos vemos si quieres.

Antonela: sí sí, me tengo que ir, nos vemos después.

Gaby y Romina: adiós.

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Piyi: ¿Ya te vas? dijo recargado en la puerta, junto a sus amigos.

Antonela: sí, ya cumplí con mi dever de hermana, así que me voy.

Piyi: mmm ¿quieres que te llevemos?

Antonela: no, vine con mis tíos.

Perris: Anto, Romi y Gaby, querían hablar contigo.

Antonela: Sí, ya las vi y ya hablé con ellas

Perris: okay.

Piyi: ¿te quedaste sola no? digo, toda tu familia te dio la espalda por lo que hiciste ¿Ya ves? Si no tuvieses separado de mí, las cosas serían distintas, dijo con burla.

Sebastián: te equivocas, Antonela no estás sola, tiene a su tía, sus primos, sus hermanas y a mí y déjame decirte que lo que estás haciendo, No es de hombres, Pero bueno, qué se puede esperar de un morro de cerebrado ¿vamos Anto?

Antonela: vamos.

Perris: ¿Por qué haces eso?

piyi: porque me hierve la sangre que ni siquiera quiera darme la hora.

Nini: ¿y crees que haciendo eso y portándote así lo va a hacer.

Perris: Ya, vente, vamos adentro.

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Días después.

📍 Culiacán Sinaloa, México.

Antonela: Hola...

Gaby, Brenda y Romina: Hola.

Brenda: Qué bueno verte, Hace mucho que no te veíamos.

Antonela: Sí, es que después que me separé de Jesús, volví a mi casa, le conté todo a mi familia y bueno, no lo tomaron muy bien y tuve que salir de ahí.

Romina: ¿te corrieron?

Antonela: ues sí.

Brenda: ¿¡Y por qué no nos llamaste!?

Gaby: sí.

Antonela: porque no, además tenía mis tíos que me ayudaron y es a donde estoy ahora.

Brenda: entonces sigues viviendo en El Dorado.

Antonela: no, ellos viven aquí en Culiacán porque mi tío trabaja en el cuartel militar.

Romina: ¿qué irónico no? tus tíos trabajan en el gobierno y Jesús es buscado por el gobierno.

Brenda: ¿tus tíos trabajan en el gobierno?

Antonela: sí, Uno es policía y el otro trabaja en el cuartel militar.

Romina: pero bueno, queríamos decirte que nosotras ya estamos enteradas de todo lo que pasó y queremos que sepas que estamos de tu lado.

Gaby: Sí y cuentas con nosotras a pesar de todo.

Antonela: gracias.

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