Quisiera decir que esta historia terminó en final feliz: me mudé con él (o él se regresó a la ciudad de origen), nos casamos, tuvimos hijos y somos una familia feliz… Pero eso no fue así.
La realidad de las cosas, es que, estos escritos fueron del 2018-2020 (si no que un poco antes), pasó lo de la pandemia y como saben, era muy difícil salir de casa; así que pasamos hasta 3 meses sin vernos, y cuando nos veíamos solo era dentro de su casa sin salir a algún lugar de los descritos aquí, como una cafetería, un bar o ver el atardecer en un parque.
La distancia se hizo más grande, muchos malentendidos, discusiones; simplemente acabó como tuvo que terminar y tal vez eso es para otra historia.
Para contar un poquito de eso, terminó mal. Con una infidelidad de parte de él, me la confesó y yo tontamente tenía esperanzas de volver y olvidar eso. Yo estaba locamente enamorada, con las ilusiones de vivir juntos algún día, que me propusiera matrimonio, tener hijos, una gran casa y vivir felices. Al final viví “mi luto” y hasta sufrí crisis de ansiedad; fui al psicólogo, me desahogué con los escritos, música, ejercicio, un poquito de magia y platicar con la gente alrededor mío… y así digamos que conocí al que ahora es mi esposo.
Quiero agradecer a las personas que llegaron hasta el final de esta historia y ser de los primeros en leer pedacitos de una vida que tuve hace unos años. Les deseo que nunca se topen con tipos como aquél (algún día lo entenderán)
Los invito a leer mis próximos escritos, la continuación de lo que fue el proceso de ruptura y algunos poemas escritos en esos años.
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Editado: 23.10.2024