Al día siguiente me aliste, llevaba un falda tubo negra con una blusa rosa pálida y unos tacones beige, de camino al trabajo revise mi agenda,hoy me tocaba revisar los medicamentos y cambiarlos si era necesario, cuando llegue, entre, saludé a quien me cruzaba por el camino, luego llegué a mi consultorio y puse manos a la obra
Tipo 8:30 AM empecé a llamar a cada paciente, estaban sentados afuera, unos de ellos les iba bien con los medicamentos así que se los deje hasta el próximo mes, a algunos no les había servido así que busque cambiarselos, obviamente tenía un registro de los avances de cada uno, eso hice todo el día, ya me faltaba pocos, de veinte, me quedaban cinco por revisar, entre esos, estaba Antonio Salvatore, de solo nombrarlo se me erizaba la piel, si estaba muy loca, si me llegaba a enamorar, pero que, hay que enamorarse de lo loco y lo distinto a lo que estás acostumbrado, bueno llegó el turno de él.Lo saludé como hice con el resto, y empecé a pregúntarle sobre su medicamento, también si llegaba a escuchar esas voces interiores, el me negó todo, pero con tal le cambié la receta médica y fue copiando en su archivo, para más tarde entregárselo a mi mejor amigo, en un momento hubo contacto de piel, el sabía lo que causaba en mi, aunque, para mí Antonio Salvatore era una persona llena de sorpresas y de las más curiosas, y me atrevería a descubrirlas, sin importar lo que costará.
Luego de que finalice les dije a todos que nos veríamos el viernes, que ese día era de charlas, yo les respondería todo lo que me preguntarán y viceversa, eso era un buen método para lograr sacarles algo de lo que les perturba
Editado: 04.07.2020