El lobo me miró de pies a cabeza de pronto su mirada se volvió oscura se acercó poco a poco a mi, yo solo baje la mirada esperando a que me atacará pero no lo hizo al devolver la mirada ya no estaba el lobo en su lugar se encontraba un chico de unos 26 años, tenía el cabello negro, sus ojos verdes, eran hermosos y ni hablar de su cuerpo, estaba lleno de tatuajes, se notaban ya que traía una ramera sin mangas y unos jeans negros, no sé cuánto me le quede viendo ya que él hablo egocéntrico.
- ¿Te gusta lo que ves? - riendo
- He visto mejores - alzando los hombros
- Soy Ares - extendiendo la mano
- ¿Como el dios de la guerra? - alcé una ceja mientras tomaba su mano - Fiorella
- Entonces Fiorella - sonriendo - ¿que hacías en mi territorio?
- Recorriendo el lugar - dije con simpleza
- Eso no fue lo que escuché
- ¿Que escuchaste? - fingiendo demencia
- Eres la soulmate de Marcus Russo, de hecho el está buscándote - cuando dijo eso inmediatamente intente correr pero me detuvo - tranquila no te llevaré con él
- ¿Enserio? - asustada
- Soy cruel pero con una chica jamás - sonrisa - mi manada no está lejos, ¿quieres ir?
- N-no
- Tranquila estarás segura conmigo - al decir eso comenzó a caminar hacia la moto, subió y yo junto con él, no sé porque pero confiaba en este chico, condujo por un camino boscoso pensé que no llegaríamos hasta que visualice casas, nos detuvimos en una que era enorme supongo que el es el alfa de la manada o algo así, se detuvo y bajo, yo hice lo mismo abrió la puerta de aquella mansión entre primero.
- Espera aquí tengo que ir con mi hermano - sonrisa
- ¿Tu hermano? - curiosa
- Sí, le pediré que te quedes aquí
Y dicho eso se fue dejándome sola, la verdad no sé que hacia en ese lugar solo actúe por instinto sin detenerme a pensar que tal sea una trampa pero en sus ojos no pude notar ni una pizca de mentira. Pasé un buen rato esperando a que volviera, me senté en un sofá que estaba por ahí escuche pasos así que dirigí mi mirada a las escaleras de ellas bajaba una chica de cabello negro y ojos castaños, estaba embarazada aunque no se le notaba tanto al verme quedó paralizada y en sus ojos pude ver miedo puro.
- ¿Q-quien eres tú? - horrorizada
- Me llamo Fiorella - trate de sonar amable
- ¿Que haces aquí? - aún seguía con miedo
- Ares me trajo aquí - alzando los hombros
- Eres humana - dijo a duras penas estaba por responderle pero Ares y otro hombre aparecieron - ¿Ares tu la trajiste?
- Sí así es - afirmó
- Es humana - murmuró
- No es como los demás Lexi - tratando de calmarla
- ¿Como estás tan seguro? - acuso mientras bajaba poco a poco las escaleras
- Por que es la soulmate de Marcus - respondió, al escuchar eso la morocha abrió los ojos a más no poder ahora se veía aún más asustada
- ¿Sabes lo que te hará si descubre que la estás escondiendo?
- Estoy dispuesto a correr el riesgo - discutían como si yo no estuviera presente lo cual me molestó un poco pero preferí callar - además él no la merece
- ¡Por dios Ares! ¡No puedes cuidar de ella solo por qué se parece a.....- calló al recapacitar lo que había dicho
Ares no dijo nada solo salió lo más rápido que podía fui detrás de él pero al buscarlo con la mirada solo ví a su lobo negro perderse en el bosque, no lo pensé y trate de seguirlo pase un buen rato buscando su paradero hasta que escuche un aullido lastimero se escuchaba cerca así que apresure el paso, ahí estaba él parado enfrente de lo que parecía ser una lápida me acerque más hasta que notó mi presencia y se giró a verme.
- Lamento lo de hace rato - se disculpo mientras bajaba la cabeza
- Deberías disculparte por ir tan lejos - trate de aligerar la tensión - ¿quien es? - curiosa
- Mi mate, Stella - suspiro mientras se ponía de rodillas
- Lo siento mucho - me sentía estúpida por preguntar eso ahora le hice daño
- No lo hagas, no pidas disculpas lo echo, echo está y no puedo hacer nada al respecto
- ¿Era linda? - dije con una pequeña sonrisa
- Era la más linda de toda la manada....
Al hablar con Ares sobre Stella, la manera en la que sus ojos brillan cuando cuenta su historia pude darme cuanta que los lobos a la hora de amar lo dan todo absolutamente, sentí algo de envidia ya que solo podía pensar en como me hacía sentir Marcus y que deseaba que me amará como Ares amo a Stella, no pude evitar sentirme triste por recordar cómo actuó, el porque decidí irme de ahí no fue porque deseara mi libertad si no porque me di cuenta que estaba enamorada de Marcus y el simple hecho de pensar en que nunca podría corresponder a mis sentimientos me dolía. Pasamos un rato más hablando antes de regresar, cuando íbamos en camino el se convirtió en lobo y me dejó montarlo yo moría de risa porque en cualquier momento podría caerme pero a él parecía que le divertía hacerme sufrir, llegamos a casa el se transformó y entramos, todas las miradas se dirigieron a nosotros como si fuéramos algo de otro mundo, pero a la vez sentía que algo andaba mal, Ares se dió cuánta así que preguntó.
- ¿Que pasa? - ceño fruncido
- Cassandra Russo está aquí - al escuchar el nombre de Cassi mi corazón latía a mil por hora no sabía cómo reaccionar no le tenía miedo, me daba vergüenza que me viera y que pensara lo peor de mi, al parecer tarde mucho en reaccionar porque cuando me di cuenta unos brazos me envolvían
- Están bien - dijo con voz triste
- Si lo estoy - tratando de sonreír
- Marcus está furioso - al mirar sus ojos pude ver que estaba demasiado preocupada - ¿Porque estás aquí?
- Ares me ayudó - el mencionado sonrió - ¿y tú? - al preguntar bajo su cabeza, hice lo mismo y pude notar que traía algo en la mano - ¿Que es eso? - volví a preguntar al ver que no respondía le quite rápidamente lo que traía era como una invitación, al leer su contenido mi corazón se partía en mil pedazos - Se casará....