Al día siguiente me desperté por unos golpes en la puerta.
- Adelante - dije con voz adormilada
- Buenos días dormilona - entro Lexi muy animada y con algunas cajas en las manos
- ¿Que tienes ahí? - pregunté mientras me ponía de pie
- Tu vestido para el ritual, un vestido para después del ritual, zapatos, bueno todo lo necesario para tí - dijo sonriente
- ¿Porque el vestido es blanco? - reclamé mientras lo miraba - no ve voy a casar Lexi
- Es una tradición Fiorella no hagas esa cara
- Está bien, entonces - decía mientras frotaba mis manos - a trabajar
Y así pasamos casi todo el día arreglándome, repasando una y otra vez lo que debía de hacer, hasta que finalmente llegó el momento de hacer el ritual cuando la luna estaba en su punto más alto, Lexi y yo salimos de la casa, caminamos hacia un sendero y ella se detuvo.
- De aquí en adelante tienes que ir sola
Yo solo asentí, seguí caminando unos minutos, de repente mi vestido color blanco se tornaba negro, no me asusté y seguí caminando más adelante pude visualizar a lo lejos una casita echa de paja entre, dentro había una cama echa de piedra y sobre ella había un frasco con un brebaje extraño, al abrirlo despedía un olor dulce, sin pensarlo mucho lo tomé y me recosté en la cama de piedra; poco tiempo desperté mis ojos se sentían más pesados y poco a poco los fui cerrando. Cuando los volví a abrir no había nada a mi alrededor, la cama de piedra se había ido, así como la casa de paja y todo lo demás todo era blanco a mi alrededor, así que comencé a caminar y a lo lejos pude ver a una chica de cabello blanco.
- Disculpa - le hablé mientras me acercaba y ella volteó a verme
- ¿Sabes en dónde puedo ver a la Diosa Luna? - pregunté
- ¿Quien eres tú? - su voz era dulce y suave, suave como una brisa de verano
- Aún no lo sé, por eso quiero encontrarme con ella, quiero saber cuál será mi nombre
- No - dijo mientras reía levemente - ¿Quien eres? ¿Que eres? - preguntó mientras empezaba a caminar
- La verdad es que yo tampoco lo sé - dije un poco triste, era verdad no sabía quién era, ya no era cazadora, tampoco tenía un hogar ni una familia - solo soy una humana
- No - negó mientras se acercaba a mi - yo veo grandeza en tí - seguía diciendo mientras me acariciaba la cara - eres más de lo que crees y estoy segura que harás muchas cosas, eres valiente, eres tenaz, eres muy inteligente y sobre todo tienes buen corazón, se que ahora te sientes desolada pero ya verás que poco a poco las cosas comenzarán a encajar, habrá muchas complicaciones en el camino pero yo sé que no te rendiras - tomo mis manos y cerro los ojos, yo no podía estar más nerviosa de lo que me encontraba en ese momento - Annika, ese será tu nombre - no dijo más y se separó de mí
- Espera, espera - trate de seguirla pero un destello apareció dejándome completamente deslumbrada, al tratar de abrir los ojos note que está devuelta en la casa de paja - ¿que fue eso? - me puse de pie y camine hacia la salida de la casa, luego camine por el sendero al estar ya afuera todos me estaban esperando
- ¿Cómo te fue? - preguntó Apolo
- Fué extraño - dije mientras pasaba una de mis manos por mi cara - pero ya está echo
- Bueno entonces comencemos con lo demás - dijo Ares entusiasmado, se dió la vuelta y se fué poco tiempo después regreso y traía una daga junto con él
- ¿Para que es éso? - pregunté nerviosa
- Ya lo verás - dijo Apolo mientras recibía la daga - ¿cómo te nombró la Diosa Luna?
- Annika, mi nombre es Annika - decía mientras me ponía de rodillas, ya que detrás de Apolo se encontraba Lexi y ella me indicaba que me arrodillara, él se cortó el pulgar y la sangre la puso en mi frente.