Salimos del hotel con unas sonrisas que no nos caben en el rostro.
Zerox Baltine aceptó la "invitación" de Darian para "cenar", sin saber que eso no es más que una invitación a que entre al infierno.
Miro la hora en mi reloj y noto que casi serán las 12:00 a.m. Y hace unos días que no hago lo que me gusta a esa hora.
—Debo ir a hacer algunas cosas—asiento, sabiendo a donde va.
—Nos vemos mañana.
Nos despedimos y cada uno toma un rumbo distinto.
Él va camino al cementerio y yo voy en busca a mi víctima de la noche.
Observo a lo lejos a una pareja que no encontró motel donde hacerlo y sonrío aún mas grande porque las parejas amorosas son mis víctimas favoritas.
Camino entre las sombras, tumbando algunas cosas a mi paso, logrando que la pareja deje de compartir saliva y miren a su alrededor alarmados.
—¿Q-quién anda ahí?—el chico es el valiente al preguntar, por lo que decido que al ser el primero en hablar será el primero en morir.
Cuando me encuentro detrás de él ni siquiera nota mi presencia, lo que me da oportunidad de golpear la parte baja de su cabeza fuertemente, haciéndolo caer de la banca y viendo como su brazo se dobla al ser recibido por el suelo.
La chica suelta un grito aterrada, que hace que me impulse hacia ella con mi daga en manos, y se la clave en la pierna. Nuevamente grita, impulsando más a acercarla a su fin de vida.
Hago un corte profundo en su brazo rápidamente y luego, me separo de ella para irme contra el chico en el piso. Lo volteo boca arriba y sin más le clavo la daga en su pecho, manchando mis manos de sangre.
El grito que la chica emite me saca de mis casillas totalmente, y nuevamente vuelvo a ella, cortándole la garganta.
Cuando observo la sangre regada en el piso, soy consciente de que quiero más y sigo acuchillando a los cuerpos aún cuando ya no tienen vida.
Al menos ahora podrán estar juntos por siempre y nadie los podrá separar. Que su relación triunfe aún después de la muerte.
Editado: 28.05.2019