Drystan
Las luces intermitentes de la nave enemiga parpadeaban en los ojos de Drystan mientras avanzaban por los corredores para abandonar la escena del enfrentamiento. El cuerpo de la mujer descansaba en sus brazos, vulnerable e inconsciente, un enigma que le intrigaba cada vez más.
La misteriosa mujer que ahora llevaba consigo era una visión de belleza que desafiaba las expectativas. Su cuerpo, curvilíneo y exquisitamente delineado, resaltaba entre los brazos protectores de Drystan. La melena azabache caía en cascada sobre sus hombros, enmarcando un rostro redondo que poseía una suavidad única.
A medida que avanzaban por la nave enemiga, la luz parpadeante arrojaba destellos sobre la piel de la mujer, resaltando su tez suave y pálida. Drystan no podía dejar de admirar la boca en forma de corazón que confería a su rostro un aire de encanto irresistible.
Cada detalle de la mujer emanaba una belleza que trascendía lo físico. Las largas pestañas que reposaban delicadamente sobre sus mejillas, las curvas suaves que se ajustaban con gracia a la ropa, todo contribuía a la creación de una imagen de femineidad y misterio.
Mientras luchaban contra las fuerzas resmor, Drystan no podía evitar apartar su mirada hacia ella de vez en cuando. La conexión inexplicable que sentía hacia esta mujer se entrelazaba con la admiración por su indiscutible belleza. En medio del caos y la batalla, la mujer se destacaba como un faro de elegancia y vulnerabilidad.
Finalmente, con habilidad y astucia, lograron sofocar la resistencia Resmor. La nave enemiga estaba bajo su control. Drystan, con una mezcla de agotamiento y triunfo, se dirigió al centro de control. Arkyrian y Xaun compartieron informes detallados sobre las tácticas enemigas y las estrategias utilizadas para neutralizarlas.
En ese momento, Tyr entró corriendo, con noticias sobre una transmisión interceptada. Parecía ser una comunicación interna Resmor, revelando planes oscuros que iban más allá de lo que inicialmente habían percibido. Hablaban de una base oculta, de la que se desconocía su ubicación exacta. Drystan, con el ceño fruncido, comprendió que esta misión estaba lejos de llegar a su fin.
Con la nave general en camino para encarcelar a los Resmor capturados, Drystan aprovechó la calma momentánea para dirigirse a Fenrys, el médico del escuadrón para pedirle que comprobará la condición de la mujer.
"Drystan, está en buen estado, pero su inconsciencia es más profunda de lo que parece. Necesitaremos más tiempo para entender completamente lo que le sucedió", informó Fenrys.
Drystan, con una expresión grave, agradeció a Fenrys y se sumergió en sus propios pensamientos. La conexión inexplicable que sentía hacia la mujer solo aumentaba con cada minuto que pasaba.
Llegó la nave general, y Drystan se encaminó hacia la bahía de aterrizaje, donde Fenrys le pidió permiso para revisar a la mujer más a fondo en la nave principal. Drystan asintió, sintiendo que necesitaba estar presente cuando ella despertara.
Fenrys, utilizando equipos más avanzados en la nave principal, realizó un análisis exhaustivo. Los resultados revelaron señales de manipulación mental y rastros de tecnología Resmor en su sistema. Drystan apretó los dientes con rabia al comprender que la mujer había sido objeto de experimentación y control.
Finalmente, Fenrys le indicó que podía dejarla en una sala de recuperación especializada. Drystan la depositó con cuidado en la cama, observándola con una mezcla de preocupación y determinación. Mientras se alejaba, un sentimiento de protección arraigado lo impulsó a permanecer cerca.
Se dirigió al centro de control, donde, junto a Arkyrian, Xaun y Tyr, coordinaron los siguientes pasos. Enviaron mensajes a la Guardia Galáctica, alertándolos sobre la situación y solicitando refuerzos para abordar la base oculta Resmor.
Drystan, aún inmerso en la incertidumbre, observaba la imagen de la mujer en el monitor de la sala de recuperación. La travesía apenas comenzaba, y las sombras que se cernían sobre Ethea y su equipo se intensificaban con cada revelación.
Amelia
Amelia se encontraba corriendo por un pasillo largo, su respiración entrecortada y el corazón galopando en su pecho. La urgencia de escapar de algo desconocido la impulsaba a seguir adelante, pero no podía identificar la amenaza que la perseguía. Cada paso resonaba en el pasillo, y sus pies la llevaban hacia un destino incierto.
Finalmente, llegó al extremo del pasillo y se topó con una puerta que parecía ser su única vía de escape. Sin dudarlo, giró el picaporte y cruzó el umbral, solo para encontrarse con una oscuridad total que la envolvía como un manto. La puerta se cerró tras ella, sumiéndola en un abismo sin luz ni sonido.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras la negrura absorbía su entorno. A medida que sus ojos intentaban acostumbrarse a la oscuridad, una presencia ominosa se hizo sentir. Amelia podía sentir una presión en el aire, como si algo invisible la rodeara. Fue entonces cuando, de la nada, tentáculos invisibles comenzaron a envolverla, apresándola con una fuerza inhumana.
El pánico se apoderó de ella, y sus movimientos frenéticos eran inútiles contra los tentáculos que la sujetaban con firmeza. Lágrimas caían de sus ojos, mezclándose con la oscuridad que la rodeaba. Sus intentos desesperados por liberarse solo parecían fortalecer la presión de los tentáculos, como si supieran que estaban destinados a retenerla.
Los susurros oscuros resonaban en la oscuridad, envolviendo su mente con inquietantes promesas y temores insondables. Mientras Amelia se debatía en la penumbra, los hoyuelos en la habitación parecían cobrar vida, emitiendo una extraña resonancia. Parecía que la habitación misma estaba viva, alimentándose de su miedo y desesperación.
A medida que los tentáculos la arrastraban más profundamente en la oscuridad, la realidad se desdibujaba, y Amelia se encontraba inmersa en un abismo de incertidumbre. ¿Qué fuerza oscura la había atrapado en este lugar siniestro? ¿Cómo podría escapar de esta pesadilla que se desenvolvía ante ella? Las respuestas parecían tan distantes como las estrellas en el cielo alienígena, y Amelia estaba atrapada en una lucha desesperada por recuperar la luz en medio de la oscuridad intergaláctica.