Amor de Supervivencia

Capítulo 1: El comienzo de la Supervivencia

Ecuché una conversación a lo lejos, me asomé hacía la puerta de entrada.

—Sarai está dispuesta a casarse con Adams. —No estoy entendiendo lo que está pasando. —¿Estoy soñando ?. Me pellizco el brazo. —Entonces este matrimonio está más que arreglado. —¡Auch!, me encuentro dormida en este momento. —No me casaré con ella, padre. Decidí interrumpir la conversación entrando en la sala. —Yo tampoco deseo casarme contigo.
—No tienen voto en esta decisión; el matrimonio se llevará a cabo. Ambos cruzamos miradas de odio mutuo.

—Sarai es una jovencita que no entiende el uso de sus razones.

—Adams es un poco terco, pero comprenderá que es sólo por su bien.

—El almuerzo se encuentra en la mesa; pueden tomar asiento. Todos nos disponemos a pasar al comedor.

Nos encontramos en la mesa a punto de la cena, que llevará a mi vida el estar atada para siempre a Adams, algo que no debió pasar y que mis padres se empeñaron en formar este matrimonio.
Mi despertador comienza a sonar; mi sueño se desvanece una vez que abro mis ojos. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Y quién es Adams? No puedo negar que es un chico muy guapo, pero bastante odioso. ¿Por qué los padres de Sarai quieren casarme con él? ¿Sarai soy yo? Es el sueño más raro que he tenido en toda mi vida.

Están tocando la puerta de mi nuevo departamento; más cajas están llegando, espero que mis libros se encuentren ahí.

—Entrega para la señorita Ainhoa Williams. —Recibo mis cajas.—¿Puede firmar aquí? Y aquí, por favor. —Mientras estoy firmando el papel, un chico sale del siguiente apartamento llamando mi atención; su cara me es familiar, tanto que puedo confundirlo con Adams en mi sueño.

—Muchas gracias, señor. Cierro la puerta

La cafetera suena, y sirvo dos tazas de café mientras espero a Alicia.
Veinte minutos después, ella llega y me cuenta lo que sus cartas dicen sobre mi sueño.

—Según mis ancestros, entrar en otra dimensión no es un sueño. —¿Entré en un mundo paralelo?, pregunto confundida. —Tu antepasado Sarai tuvo que casarse con un chico gruñón. —¿Y por qué debo casarme con Adams?

—Tu destino es enamorarte de él. —Es imposible; no creo gustarle. —Es reacio al principio; busca su interior y encontrarás su dulzura. —Dime que no te dijeron eso tus cartas.

—Ve a dormir; quiero ver si mi teoría es cierta. Este lugar podría ser tu portal hacia el mundo de Sarai.

—Estás hablando locuras; acabo de despertar. —¿Tienes pastillas para dormir? —Están en las cajas que dicen "Baño".—Traeré una para ti; así estaré contigo en tu mundo paralelo. Al igual que yo toma una.—Ainhoa, te llevaré a la cama; estás soñolienta. Mis ojos se cierran y quedó dormida.

Me encuentro en una habitación con colores beige; el sol ilumina todo y el viento golpea mi rostro. Intento abrir la puerta, pero está cerrada con llave.

—¿Dónde estoy?. Esa voz me es familiar. —Estás encerrado aquí conmigo. — Maldecir no sirve; estoy con Adams. —¡Tengo un dolor de cabeza terrible!—No sé cómo terminamos juntos en esta habitación. —Recuerdo la cena y que querían nuestra firma en un papel. —Te veo muy calmado. —Resistimos, pero nos sedaron y nos dejaron aquí para nuestra primera noche de bodas. —¿Hemos hecho algo indebido? —¿Te incomoda tener intimidad conmigo? Soy tu esposo ahora. —No es eso. Se acerca más, mi espalda toca la pared. —¿Qué quisiste decir? —Me pones nerviosa. —Tranquila, no te haré daño. Toma mi mentón y nuestras miradas se cruzan.

Alguien toca la puerta; nos acomodamos rápidamente.

—¿Sarai, estás ahí? Buscaré la llave.—Alma, estoy con Adams.

—Por esta vez estás salvada. —Suelta mi mentón y me deja libre.

La puerta se abre gracias a mi hermana.

—¿Cómo fue tu primera noche de bodas, hermanita? —No es gracioso, Alicia. —Me suena ese nombre, pero ¿por qué me llamas así?—Lo siento, me confundí de persona. Mi mamá me mira.

—¿Cómo la pasaron los novios? Espero tener nietos corriendo por la casa. —Adams responde con una sonrisa. —Solo planeamos tener tres, ¿verdad, Sarai? —mi rostro expresa que quiero hablarle en secreto. —¿Qué estás haciendo? —se acerca y mis nervios se activan. —Solo juego a ser un esposo feliz. — Me susurra al oído.

Ahora soy la esposa de Adams, una decisión tomada por mis padres. Tendré que adaptarme a su carácter y obedecer como se espera de mí.

—Esta noche habrá una cena elegante en el patio. Te espero. —me dice, sacándome de mis pensamientos.

—Hablamos en el desayuno, hermana.

—Te alcanzo cuando esté lista.

Tras una charla con mi hermana, recibí una invitación formal para la cena que Adams preparó. Alma deja un vestido sobre mi cama; sabe que "elegante" no es lo mío. Solo necesito retocar el maquillaje y estaré lista.

Al llegar al patio, todo está adornado con rosas rojas y una mesa elegante. Adams, en un traje negro, se ve increíblemente atractivo. ¡¿Qué me está pasando?! ¿Realmente me gusta? Eso es algo que debo descubrir sola.

—Reconozco tu esfuerzo.

—Gracias, Adams.

Aquí comenzó nuestra historia: un amor inesperado entre dos desconocidos unidos por nuestros padres. El odio que compartimos se transformó en amor; su sonrisa podría llenar mis días de felicidad, o al menos eso espero. Estoy segura de que mi mundo girará a su alrededor.

—Estoy sorprendida por cómo dejaste el patio; ¡mis rosas favoritas son las rojas! —Me lo dijo Alma; ella preparó todo. Adams sonríe mientras llena mi copa con un vino exquisito. —Es la que más me conoce en esta casa. —mi mirada recorre la decoración elegante. —Todo es increíblemente hermoso; tiene un gran gusto. —Sí, pero no quiero que pienses que esta cena es porque me gustas. Solo quería quedar bien con tu madre y hacer el papel de buen esposo. —Trataré de ser una buena esposa y no causarte problemas. Mi corazón se siente un poco decepcionado. —Créeme, cuando nos mudemos a nuestro hogar, no me verás mucho. —¿Y eso por qué? —su respuesta suena a que este matrimonio es una farsa. —No responderé a tus preguntas. —Si es así, mejor me voy. —me levanto decidida a regresar a mi habitación. —Espérame un segundo. —¿Qué quieres, Adams? ¿Acaso esto es un juego para ti?. —Sarai, no puedo amarte si eso es lo que esperas de mí.
—Hoy vi algo diferente en ti y pensé que podía haber esperanza para nosotros. —las lágrimas empiezan a asomarse en mis ojos. —No puedes esperar que te dé amor; no sé cómo hacerlo. —Déjame enseñarte que el amor puede ser verdadero. —Lo siento, tendrás que encontrar a otra persona a quien amar. —las palabras caen como un balde de agua fría, y mi mundo se vuelve borroso mientras mis ojos se abren nuevamente, dejándome en la dura realidad…




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