Alma estaba atrapada en un torbellino de emociones. La posibilidad de que Adams y Sarai se enamoraran la aterrorizaba. En su mente, la farsa del matrimonio no era un juego; era una amenaza real.
Observando cómo Adams coqueteaba, su corazón se llenó de rencor.
—No puedo permitir que esto suceda —pensó—. Sarai es solo un bache. Si Adams se enamora de ella, me perderá para siempre.
La ira se transformó en un plan oscuro. Alma sabía que debía actuar.
—Si Sarai y Vicente desaparecen, todo volverá a ser como antes. Adams solo tendrá ojos para mí.
Se levantó abruptamente de la mesa, alegando un malestar estomacal. Se dirigió al baño, cerrando la puerta tras de sí. Mirándose en el espejo, vio a una mujer atormentada.
—No puedo dejar que esto continúe —murmuró—. Sarai debe desaparecer, y Vicente… es solo un obstáculo.
Mientras se lavaba las manos, su mente elaboraba un plan tan oscuro como su corazón. Recordó un veneno: incoloro, insípido y mortal en la dosis adecuada.
—Si logro que Vicente y Sarai consuman algo juntos, no sospecharán nada… confían en mí.
…
Ainhoa
Ainhoa se sentó en la cama, temblando por una pesadilla vívida. Había visto a Alma tramando algo terrible, su sonrisa fría aún persiguiéndola.
—No puede ser... Alma no puede estar pensando en eso —se dijo con el corazón acelerado.
Se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro. Sabía que Alma estaba decidida y sus celos la llevaban a un lugar peligroso.
—Debo hacer algo antes de que sea demasiado tarde —pensó, llena de pánico ante la idea de que Alma pudiera hacerle daño a Vicente y Sarai.
Con el corazón acelerado, Ainhoa se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro en su habitación. Sabía que Alma estaba decidida y que sus celos la habían llevado a un lugar peligroso. La idea de que pudiera hacer daño a Vicente y Sarai la llenaba de pánico.
Ainhoa sintió la presión aumentar al darse cuenta de que no solo estaba luchando por su propia seguridad, sino también por la de Sarai, su otra mitad en ese mundo paralelo. La conexión entre ambas era más fuerte de lo que había imaginado.
**1. Entender su papel:** Ainhoa se dio cuenta de que debía ser astuta. Si Alma pensaba que podía llevar a cabo su plan sin que ella se interpusiera, estaba muy equivocada. Debía encontrar una forma de desactivar la situación sin revelar su conocimiento.
**2. Reflexionar sobre sus sueños:** Recordó cómo en su sueño había visto a Alma, pero también había sentido la presencia de Sarai. Quizás esa conexión le daba a Ainhoa un poder especial para influir en los eventos antes de que se materializaran.
**3. Estrategia para actuar:** Decidió actuar con cautela. Primero, observaría a Alma más de cerca, buscando cualquier indicio de sus planes. Luego, podría intentar crear una situación donde Alma se sintiera cómoda y revelara sus intenciones.
**4. Usar su conexión:** Ainhoa pensó en cómo podría comunicarse con Sarai en el mundo paralelo sin alertar a Alma. Tal vez podría hacer algo simbólico que conectara a ambas en un nivel más profundo, como un gesto o una palabra clave.
Con estas ideas en mente, Ainhoa se sintió un poco más empoderada. Sabía que debía actuar rápido; pero esta vez no estaba sola; tenía a Sarai dentro de ella y juntas podrían enfrentar lo que se venía.
Sabía que necesitaba la ayuda de Alicia, su mejor amiga, quien representaba a Alma en el mundo paralelo. Aunque la situación era complicada, confiaba en que juntas podrían encontrar una solución.
Con manos temblorosas, Ainhoa tomó su teléfono y escribió un mensaje:
**Ainhoa:** ¡Alicia! Necesitamos hablar urgentemente. Hay algo muy importante sobre Alma que debemos discutir. ¿Podemos vernos hoy?
Después de enviar el mensaje, Ainhoa sintió una mezcla de ansiedad y esperanza. Sabía que Alicia era inteligente y siempre había estado a su lado en momentos difíciles. Esperó ansiosamente la respuesta.
Poco después, su teléfono vibró. Era Alicia.
**Alicia:** Claro, Ainhoa. ¿Te parece bien encontrarnos en el café de siempre a las cinco? Es importante.
Ainhoa sonrió al leer la respuesta. El café era un lugar donde solían pasar horas hablando y riendo, pero esta vez la situación era mucho más seria.
**Ainhoa:** Perfecto. Ahí estaré. Gracias.
Con el encuentro fijado, Ainhoa comenzó a prepararse. Sabía que tenían que ser estratégicas y cuidadosas al hablar sobre los planes de Alma. Era crucial que Alicia entendiera la gravedad de la situación sin causar pánico.
Cuando llegó el momento de salir, Ainhoa se sintió decidida. Estaba lista para enfrentar lo que viniera y para trabajar junto a Alicia en un plan para detener a Alma.
Al llegar al café, su corazón latía con fuerza. Las mesas estaban llenas de gente, pero su mente solo podía concentrarse en Alicia y en la conversación que estaban a punto de tener. Cuando vio a su amiga entrar, una oleada de alivio la invadió.
Alicia se sentó frente a ella; su expresión era seria.
—¿Qué está pasando, Ainhoa? Me dijiste que era urgente.
—Gracias por venir tan rápido —comenzó Ainhoa, tomando un sorbo de su café para calmarse—. Es sobre Alma... Creo que está planeando algo malo.
Alicia frunció el ceño.
—¿Algo más que sus típicas travesuras? ¿Qué has descubierto?
—Tuve un sueño extraño —explicó Ainhoa—. En el sueño, Alma estaba tramando algo y me dio la sensación de que iba a actuar pronto... No sé cuándo, pero tenemos que detenerla antes de que sea demasiado tarde.
Las palabras flotaron entre ellas como una nube oscura; el aire del café pareció volverse denso e inquietante mientras ambas comprendían la gravedad del momento compartido.
—A veces los sueños tienen significado. Reflexionó Alicia, sus ojos fijos en la humeante taza de café. —Pero no podemos quedarnos sentadas esperando a que haga algo. Necesitamos un plan.
Ainhoa asintió, su determinación creciendo. —Exactamente. No podemos permitir que Alma nos tome por sorpresa.
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Editado: 20.04.2025