Luke y Ainhoa se detuvieron en un pequeño café de París, listos para disfrutar de un almuerzo rápido. Pero, para su sorpresa, una figura familiar apareció: Nelly, la ex novia de Luke. Con una energía desbordante, se acercó a ellos.
—¡Luke! —exclamó, lanzándose hacia él y robándole un beso que hizo que Ainhoa se tensara. —Te he extrañado tanto.
Ainhoa sintió que el aire se volvía denso. —¡Hola, soy Ainhoa!. —dijo, forzando una sonrisa. Su voz sonó más fría de lo que pretendía. —Luke está aquí conmigo.
Nelly se detuvo, su sonrisa desvaneciéndose por un instante. —“Oh, lo siento” —murmuró, pero rápidamente recuperó su chispa. —No sabía que tenías compañía. ¡Qué sorpresa verte en París! ¿Por qué no me avisaste?
La confusión envolvió a Ainhoa como una niebla pesada. La risa de Nelly contrastaba con la tensión en el aire. Se sentía como un intruso en una escena que no le pertenecía.
—Creo que… voy a volver al hotel
—dijo Ainhoa, tratando de mantener la calma. Su voz temblaba ligeramente. —No quiero interrumpir sus recuerdos.
Los ojos de Luke se encontraron con los de ella, buscando apoyo en medio del caos emocional. Pero Nelly ya había vuelto a centrar su atención en él, dejando a Ainhoa sintiéndose invisible.
—¿Recuerdas aquella vez en la Torre Eiffel? —preguntó Nelly, mientras Ainhoa se alejaba lentamente, sintiendo cómo se cerraba un capítulo sin haberlo escrito.
Luke la miró, sorprendido, buscando las palabras que pudieran hacerla quedarse. —“Ainhoa, espera…”
Pero ella ya se alejaba, un nudo en el estómago creciendo en su interior. No quería ser parte de la historia complicada de Luke.
Nelly observó a Ainhoa marcharse y luego se volvió hacia Luke. —¿Qué pasó? ¿Por qué se fue?.
Él suspiró, sintiendo el peso de la confusión. —Es complicado…—murmuró.
La tensión llenaba el aire. ¿Por qué Nelly estaba aquí, tratando de reabrir viejas heridas? Sabía que no podían volver a ser lo que fueron.
—“Luke,” —dijo Nelly con esperanza, —este es el lugar donde todo comenzó. Podríamos tener otra oportunidad.
—Ya no podemos. —respondió él con firmeza, sintiendo un tirón en el corazón. —He seguido adelante.
Nelly frunció el ceño, herida. —¿Me has olvidado tan fácilmente? ¿Vas a cambiarme por ella?
No se trata de eso. —replicó Luke, intentando mantener la calma. —Se trata de lo que fuimos y cómo hemos cambiado.
—¿Así que todo lo que compartimos no significa nada? —preguntó ella, su voz temblando.
—Lo que tuvimos fue especial. —explicó Luke, pero ya no es suficiente para seguir aferrándome a eso.
El silencio se hizo pesado mientras Nelly procesaba sus palabras. Ambos sabían que era doloroso, pero era hora de aceptar la verdad: su historia había llegado a su fin o podría reabrir un nuevo camino hacia el amor.
Comenzó Nelly, su voz quebrada. —No puedo seguir así. Te amo.
Él sintió un dolor punzante en el pecho. —Nelly, esto no puede continuar. Mereces más.
—¿Más que lo que tenemos?. —replicó ella, sus ojos llenos de lágrimas. —No puedo dejarte ir.
La distancia entre ellos se sentía como un abismo. —Tienes que entender… no estoy aquí por completo, dijo Luke, su voz firme pero herida.
—¿Y qué hay de Ainhoa? —Nelly apretó los puños, su rabia surgió. —¿La eliges a ella?.
—No es eso, respondió él rápidamente. —Es sobre mí. No puedo darte lo que necesitas.
—Si te vas. —susurró ella, —No habrá vuelta atrás.—La desesperación la envolvía.
Luke sintió el peso de sus palabras, como si cada sílaba fuera un ladrillo en su corazón. —No quiero perderte, pero esto no es amor.
—¿Qué sabes del amor?— Nelly gritó, la frustración brotando de su ser. —¿Es amor dejarme así?.
El silencio se volvió abrumador. Luke cerró los ojos, tratando de encontrar una salida. —No es justo para ti.
—¡No! ¡No me dejes! Haré cualquier cosa. — dijo, acercándose a la calle llena de coches.
El pánico invadió a Luke. —¡Nelly, no!. —Corrió hacia ella y la tomó del brazo, tirándola hacia atrás justo a tiempo.
—¡Estás loca! —gritó él, su respiración entrecortada.
—¿Lo ves? Esto es lo que me haces sentir. —dijo Nelly, su voz temblorosa pero desafiante.
Luke sintió cómo la rabia se convertía en miedo. —Esto no es amor; es manipulación.
Nelly lo miró con intensidad. —Si realmente me amaras… lucharías por nosotros.
—Estoy luchando. —respondió él con voz tensa. —Pero no puedo hacer esto solo.
El aire vibraba con emociones crudas y sin resolver. Las promesas del pasado parecían desvanecerse mientras ambos se miraban a los ojos.
—Luke…—intentó nuevamente.
Pero él solo pudo murmurar: —Ya no somos los mismos.
Las palabras resonaron entre ellos como un eco doloroso, dejando una herida abierta que ninguno sabía cómo sanar.
—¿Así que esto es lo que llamas amor? —Nelly lo miró con desdén, su voz temblando. —¿Rechazarme y dejarme en la oscuridad?
—Lo llamo sobrevivir, respondió Luke, su mirada dura como el acero. —No puedo perderme de nuevo en este laberinto.
—¿Y si nunca intentas encontrar la salida?— Nelly dio un paso hacia él, su pecho subiendo y bajando con la intensidad de sus emociones. —Te estoy ofreciendo una luz, Luke.
—Una luz que puede quemarme.
—replicó él, su voz cargada de incertidumbre. —No quiero volver a quedarme ciego por el dolor.
—Entonces, ¿prefieres la oscuridad?
—La rabia y la tristeza se mezclaban en sus palabras. —¿Eso es lo que quieres para ti?.
—Es más seguro. —admitió, pero sus ojos traicionaron su deseo de luchar.
—¿Seguro? Ojalá supieras lo que eso significa. —dijo Nelly, la frustración brotando en cada sílaba. —La seguridad es una prisión sin amor.
Un silencio pesado se apoderó del espacio entre ellos. Luke cerró los ojos, recordando risas y promesas perdidas.
—Dame una razón para quedarme.
—murmuró al fin, abriendo los ojos para encontrar los de ella.
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Editado: 20.04.2025