Hoy no estoy apurada para salir, aunque debo estar presente a las 2:00pm para las instrucciones que nos dará Charlie.
Aprovecho la mañana para ejercitarme un poco. Antes hacía diario pero la universidad me mantenía muy ocupada, y actualmente con el trabajo en el restaurante, menos me da tiempo. Aun así, me mantengo en forma y tengo una buena figura por así decirlo.
Coloco la música alta para inspirarme y terminar los ejercicios, a mamá le molestaría el ruido, pero en este momento está en el trabajo, así que me lo puedo permitir.
¿Será que debo estar nerviosa por conocer a ese chico de la película? Ni siquiera sé cómo se llama, solo sé que es muy atractivo, aunque quizás solo sea en televisión, ya que los actores deben lucir perfectos en ese tipo de producciones. Sea como sea, no debo hacerme ilusiones, al fin y al cabo, ni estoy segura de si lo voy a conocer o no. Según tengo entendido, a cada mesero se le asignara una mesa y no sé cuántas son, así que las probabilidades de que me toque justo la suya, son pocas.
La mañana pasa volando y cuando son las 12:00pm, empiezo a arreglarme para ir al trabajo. Hoy me tomo un poco más de tiempo en maquillarme y arreglándome el cabello.
Salgo a esperar el bus que me deja en el trabajo. Al llegar, Liam me saluda y me dice lo linda que estoy. Lo noto algo nervioso, pero con una sonrisa le doy las gracias y le devuelvo el cumplido, ya que él también está muy guapo hoy.
Cuando ya todos estamos con nuestros respectivos uniformes, Charlie, empieza a repartir instrucciones a los de la cocina, bartending y meseros. En una lista, tiene anotada la cantidad de mesas y quien las atenderá.
—Cecilia— empieza a leer la lista—atenderás a la mesa 1. —Ella asiente. Cecilia es una mujer pelirroja de unos 45 años de edad, es una persona con mucha experiencia, seguro es por eso que atenderá la primera mesa, ya que debe ser de los directivos de la película.
—Susan— continua Charlie— mesa 2.
—Mía, te toca la mesa 3.
—Ismael, mesa 4.
—Alfredo, mesa 5.
—Beatriz, mesa 6.
—El siguiente es William con la mesa 7.
—Ricardo, mesa 8.
—Sebas la novena mesa.
"Lo bueno se hace esperar" — pienso
—Por último, Clara atenderás la mesa número 10. —Asiento— comencemos a ordenar para tener todo listo cuando lleguen.
Así que nos ponemos manos a la obra y empezamos a colocar las mesas y a decorarlas.
No debería estar nerviosa, he atendido las mesas muchas veces, pero esta vez es diferente. Desde que vi esa película me he enganchado con el actor principal. Investigué y su nombre es Thomas Cortez, tiene 21 años y al parecer es actor desde joven.
Ya cuando son las 6:20pm, Charlie continúa dando instrucciones. — Cuando todos se hayan sentado, empezaran a servir los aperitivos. —Mira su reloj y voltea a la puerta—Ya deben empezar a llegar, colóquense al lado de sus respectivas mesas y den el mejor servicio posible.
Apenas me coloco en mi posición, Charlie abre la puerta y empiezan a entrar las personas. Aun no reconozco a nadie, imagino que son los directores y productores. Cuando unas 40 personas han entrado, empiezo a reconocer a algunos actores, y para cuando entran los últimos, veo a Thomas, quien es aún más guapo en persona y un poco más alto de lo que imaginé.
Solo queda 1 asiento libre en mi mesa, y aunque quisiera conocerlo, no me gustaría ser quien lo atienda, me daría algo de vergüenza. Noto que murmura algo con otro chico, quien también es su compañero en la película. Se dan la mano, y a continuación, mi corazón empieza a latir muy rápido. Thomas Cortez está caminando con dirección a la mesa número 10, y antes de que pueda procesar lo que está sucediendo, se sienta en ese asiento vacío.
Aún estoy tratando de asimilar lo que acaba de pasar cuando miro que Charlie me hace señas con la cabeza. Puedo leer sus labios y entiendo que me dice "empieza a servir". Asiento y pongo en ello.
No había notado que todos en la mesa eran jóvenes, 7 hombres y 3 mujeres. Me acerco a la mesa y me presento.
—Hola buenas noches, mi nombre es Clara y hoy los atenderé. — Algunos me miran y otros siguen hablando entre ellos. — Con permiso — les coloco un menú a cada uno y cuando coloco el de Thomas el me ve y me da las gracias. — Por nada— le respondo sintiendo mucha vergüenza. Mantengo la compostura y les ofrezco algo de tomar antes de que ordenen.
Me coloco a un lado de la mesa y espero pacientemente cuando escucho el "¡hey, tú!"
—Si, díganme, ¿están listos para ordenar? —pregunto.
Tomo la orden de todos y la llevo a la cocina. Desde allí, detrás de la barra que separa la cocina con el área principal, observo a Thomas discretamente mientras espero las ordenes. Cada vez que sus ojos marrones avellana se encuentran con los míos, siento un cosquilleo en el estómago y una timidez que intento disimular con una sonrisa profesional. Me esfuerzo por mantener la compostura y concentrarme en mis tareas, pero su presencia me distrae y me hace sentir nerviosa.
Veinte minutos después, estoy llevando las órdenes a la mesa, y al llegar, noto que algunos murmuran cosas sobre mí. Oigo como se quejan del servicio y que tardo demasiado en llevar los pedidos. Me hace sentir un poco mal, ya que desde el principio estoy intentando darles el mejor servicio. Quizás estén acostumbrados que los traten como reyes, lo entiendo, pero, ¿Cómo que me tardo demasiado? No soy yo la encargada de la cocina.
Pienso en decirles algo, pero a pesar de sus comentarios hirientes y actitud desagradable, mantengo una sonrisa y hago lo posible por atenderlos mejor. Aunque eso no funciona, ya que cuando me toca recoger los platos uno de ellos hace un comentario sobre darle las sobras a la mesera y todos empiezan a reírse, todos menos uno, Thomas. Quien me mira como tratando de disculparse. Pienso que es un gesto lindo, pero esos pensamientos se esfuman cuando un chico que está a su lado le da en el hombro para que se una a la burla y si, efectivamente, les sigue el rollo.