Saint
— Saint ¿que es ese ruido? — pregunta Avery bajando rápidamente las escaleras de la cabaña que separan las habitaciones de la pequeña sala.
— Shhhh — la calló
Hace como 10 minutos que escucho ruidos provenientes de la cabaña vecina, las cabañas no estan muy separadas y puesto que el ruido es realmente fuerte es inevitable que no se oiga hasta nuestra cabaña.
— ¿Crees que estén atacando a alguien? — pregunta Avery
Cuando estoy apunto de responderle escuchó el grito de una mujer.
— Llama a emergencias ¡Ya! — le digo a Avery antes de salir corriendo a la cabaña vecina.
No entiendo que pretendo hacer pero si alguien necesita ayuda no puedo solo quedarme de brazos cruzados.
Al llegar tocó con fuerzas la puerta de la cabaña varias veces pero el ruido continua y puedo escuchar los alaridos de dolor de una mujer. Sigo tocando la puerta y el ruido se detiene, escuchó pasos cautelosos que se aproximan a la puerta.
Justo ahora me acaba de invadir el miedo, no les miento estoy asustado como la mierda, no se que me valla a encontrar detrás de esa puerta, que tal si es un asesino o un ladron y claramente si es uno de esos no estara muy feliz conmigo. Solo espero que Avery si haya llamado a emergencias.
La puerta se abre lentamente.
Okey, esto no es lo que me esperaba ver.
Una mujer, una hermosa mujer con el rostro manchado de lágrimas, el cabello enmarañado y que respira continuamente tratando de controlar ¿el llanto? ¿Los gritos? O... ¿El dolor?
— ¿En que puedo ayudarte? — pregunta con voz ronca por el llanto y los gritos
— Ahhh... — titubeó. Trato de entender que le pudo haber pasado para que tan hermosa mujer - aún en el estado que se encuentra - pueda lucir tan herida. Su cuerpo luce nervioso y su mirada... Su mirada grita auxilio, me pide que la ayude — Soy Saint, soy tu vecino y no pude evitar oír que provenían unos fuertes ruidos de está cabaña ¿te encuentras bien? — preguntó.
— Uh, si estoy bien — dice, pero su mirada me sigue diciendo algo, me dice que no le crea — Lamento si te moleste — intenta cerrar la puerta.
— Espera — pongo mi pie evitando que cierre la puerta — Esto te sonara extraño pero ¿te gustaría cenar conmigo?
— Yo...
— Perdón, no solo conmigo, conmigo y con mi hermana — me retracto — vinimos a pasar las vacaciones de verano y la verdad es que solo llevamos dos días acá y creo que ella esta apuntó de estrangularme por no comprender sus temas femeninos de conversación ¿podrias echarme una mano? — intento fingir que ignoro su aspecto destrozado y que todo esta en orden. Si mi instinto no me falla, ella debe salir un rato de esta cabaña o se volverá loca. — ¿estas sola?
— Si... — su respuesta me genera cierto alivio al saber que no hay nadie que pueda hacerle daño, pero no me tranquiliza el saber que es ella misma la que puede causarse el dolor que refleja.
— ¡Bien! No creo que te guste cenar sola en tanto silencio ¿o si?
— Pues la-la ver-ver-dad... —tartamudea
— ¿Que dices? ¿Me ayudas a que mi hermana no me asfixie mientras duermo?
— Esta bien, vamos — Observa hacia dentro de la cabaña antes de cerrar la puerta.
— Gracias, te debo una.
Al llegar a mi cabaña una nerviosa Avery nos recibe.
— Pasa adelante.
— Gracias — responde temerosa mientras entra
— ¡Saint! ¡Saint! Llame a emergencias pero el idiota del operador con el que hablaba me preguntó la dirección — habla, o mejor dicho, grita Avery mientras no para de mover las manos. Cada vez que se pone nerviosa hace eso. — Yo- yo no se donde demonios estamos asi que le repondi que estaba en la residencia de cabañas de Kiahwa Island y-y-y le dije que-que-que si ellos no rastreaban la dirección y me dijo que por ser una isla era difícil de conseguir la señal de rastreo, osea ¿que mierda? El pueblo esta co-como a dos horas de aquí no es tan difícil saber donde estamos así que le dije que mi súper hermano podría solucionarlo todo y que se fuera a joder a alguien más con las estúpidas direcciones. — Inhala al terminar de hablar.
— Mamá moriría de un infarto de escucharte decir tantas malas palabras — le digo mientras disimuladamente le señalo a la Bonita Chica con la mirada.
Finalmente la mirada de Avery cae en la chica a mi lado y sus ojos se abren con asombro
— Hola... — dice Avery — Eres la chica triste de la playa ¿no? — pregunta
— ¡Avery! — la reprendo — ¡Dios! No seas tan indiscreta.
— Tranquilo no hay problema — me tranquiliza la Bonita Chica
— ¿Estas bien? — Pregunta Avery al ver su aspecto.
— Eh tenido dias mejores — responde.
Después de esa incómoda respuesta se hace un silencio tan incomodo que podría cortarse con un cuchillo