Adiós Verano

Último día del verano. El tiempo pasó volando tan rápido. Mi familia llegó hace unas horas. Tuve que poner una sonrisa falsa. Pero mamá me conoce mejor que nadie. Ella me apartó, mientras los demás estaban en la sala de estar hablando.

"Nada de sonrisas falsas, ¿qué pasa?"

Ya no podía contener las lágrimas. "Mamá, hice algo horrible".

Ella me abrazó y me sobo la espalda para calmarme. "¿Qué pasó?"

Le hablé de Damiano. Bueno, no la parte en la que tiene veintiocho años. Le dije que tenía veinte años. Y luego cómo quería atraparlo para que se quedara conmigo para siempre.

"Aurora", suspiró. "¿Por qué hiciste algo así? Solo tienes dieciocho años. Tienes mucho tiempo para enamorarte de nuevo. Damiano podría haber estado en tu vida, pero eso no significa que se quedará para siempre. Algunas personas son solo pasajeras. ¿Qué vas a hacer si quedas embarazada?"

"Damiano lo era todo para mí, mamá. Nunca me había sentido así antes. Pero no te preocupes, no estoy embarazada".

"Por lo que me dijiste, todavía tienes que esperar para saberlo con seguridad". Me pellizcó las mejillas suavemente. "Los niños son preciosos, pero también son mucho trabajo".

No necesitaba agregar eso a mis preocupaciones. "Confía en mí, mamá, sé que será negativo".

"Bueno, hasta que eso suceda, mantengamos esta conversación en secreto. Si Pierre y Miles lo saben, matarán al pobre. Y luego se van a enojar contigo por ser irresponsable".

"Fue irresponsable de mi parte", suspiré. "Solo sostenme y dime que todo va a estar bien, incluso si no lo está".

"Mi dulce niña". Ella me abrazó.

"¡Vamos a nadar!", gritó Alexander.

"Estoy de acuerdo. Vamos, gente", agregó Melody.

Me reí entre dientes. En realidad podría usar la distracción.

"Entonces, ¿qué has pensado sobre tu futuro?", Preguntó papá.

"Quiero ser diseñador de moda. Quiero diseñar ropa para todo tipo de cuerpo. ¿Qué piensas?"

"Me hace enorgullece qué mi hija quiera perseguir su sueño".

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Y como le dije a mamá, la prueba fue negativa. En cuanto a Mia, ella está viviendo aquí en Nueva York y actualmente está en su universidad. Está estudiando para convertirse en veterinaria. Roman dejó el país y dejó una Mia muy desconsolada. No estoy seguro de lo que pasó entre ellos, y no presioné a Mia para que me lo dijera. Ella me dirá cuándo sea el momento adecuado para ella.

"Estoy aquí, sé que me extrañaste". Alan me abrazó.

Me reí entre dientes. "Sólo un poco".

"¿Cómo estás?"

"¿Quién te lo dijo?"

"Melody accidentalmente dejó escapar que tenías un novio".

Puse los ojos en blanco. "Esa chica no puede guardar un secreto. Y nunca fue mi novio. Él no es ese tipo de hombre que busca una relacion seria, pero podría haber jurado que se sentía como una." Suspiré.

"Entonces él no es el indicado. Eres una gran persona. La más amable si puedo decirlo. Conocerás a alguien nuevo". Él sonrió.

"Gracias, Alan. Necesitaba escuchar eso". Le respondí. "¿Cómo te está tratando la escuela secundaria?"

"Increíble, soy capitán del equipo de fútbol y tengo novia".

"Dime que no es la capitána de las animadoras... Esa chica es problematica."

Él se rió. "No, su nombre es Violet. Es tímida y tan hermosa. Me tomó como seis meses para que ella aceptara tener una cita conmigo. Y ahora han pasado cuatro meses desde nuestra cita y estoy muy feliz con ella".

"Trátala bien y no le rompas el corazón... Creeme es horrible ese sentimiento."

"¡Oh, Alan!", gritó Melody. 

"¿Qué pasó?", le pregunté.

"Tomó el último cupcake de la cafetería. ¡Estoy en mis días y quería algo dulce!"

Me reí entre dientes. Como papá y Alexander siempre dicen. Oh, mon dieu. Estos dos siempre están peleando por las cosas más pequeñas.

"Bien, vamos. La pasteleria de la tía Imogen todavía está abierta. Llama a los demás para que vayan." Alan le respondio.

"Eres el mejor". Ella sonrió, mientras sacaba su teléfono. "Eric, Luna, muevan sus culos ahora. Vamos a la pasteleria de mamá".

"¿Vienes?", me preguntó Alan.

"No, vayan ustedes... Pero tráiganme un muffin de chocolate y un cheesecake de oreo, por favor".

"Listo, hermana". Ambos dijeron al mismo tiempo.

Les sonreí. Alexander salió corriendo de la cocina y les dijo que lo esperaran. Me reí. Amo a mi loca familia.

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Estaba en el porche relajándome mientras comía mi cheesecake de Oreo cuando un auto negro estacionó afuera. Sonreí cuando vi quién era.

"¡Bestie!", Dijo mientras venía corriendo hacia mí.

"Mia, ¿cómo estás?" La abracé.

"Estoy mejorando. Estar en la universidad sin duda ayuda mucho. Todavía estoy desconsolada, pero lo superaré con él tiempo".

"Sí, te entiendo completamente.", dije mientras jugaba con mi tenedor.

"Salir con un hombre mayor es agotador", suspiró.

Me reí entre dientes. "No diría eso, más como si estuvieran en esa edad en la que saben lo que quieren. Y lo que nosotras queremos es diferente porque es verdad, todavía tenemos dieciocho años y tenemos muchas cosas que vivir antes de sentar cabeza.".

"Eso es cierto. Pero todavía te quiero para mi hermano. Me aseguraré de que si alguna vez consigue una chica, hare su vida imposible".

Me reí. "Mia, eres loca. Gracias por visitarme. Necesitaba tu compañía".

"Por supuesto. Llámame cuando quieras, y yo vendré. Tú también puedes visitarme", sonrió.

"Lo haré".

Hablamos de todo y nada. Ella todavía no me ha dicho lo que pasó con ella y Roman. ¿Por qué dejó el país? Hay tantas preguntas y cero respuestas.