Quería verte una vez más,
apreciar tus mechones en el viento
pero por más que lo intento,
no puedo,
no puedo verte,
ver esos ojos verdes,
ese oscuro pelo
y esos labios
que hubiera deseado besar
y aun así me ilusionó
con tan solo la idea de verte pasar
otro día por esa puerta
pidiéndome tu café
y deceandome el buen día.
Me imagino
como habrá sido
tener el valor de invitarte
y leer juntos ese libro.