Amor después del matrimonio 2: Volver a ti

Capítulo 12

Capítulo 8: Declaraciones. Parte I

Connor Jones.

—¿Confirmaste nuevamente mi asistencia en la entrevista? —le pregunto mientras recojo mis cosas de mi escritorio.

Ella asiente con su teléfono en mano muy entretenida observando algo.

—Sí. Estoy es verificando la hora de nuevo para mayor seguridad —responde sin despegar la vista de su móvil.

Yo asiento a pesar de que no me está viendo.

Ya es lunes, y tenemos mucho trabajo qué hacer en la empresa y fuera de ésta.

Después de esas confesiones que tuvimos Ivy y yo ese viernes en el restaurante, las cosas cambiaron drásticamente para ambos, nos permitimos conocernos más uno del otro, por lo que pasamos fin de semana juntos.

Sin nada comprometedor.

Solo fueron abrazos y una que otra caricia, pero no más. No quiero apresurar las cosas, quiero hacerlas bien.

Y ella entiende mi punto.

De que no podemos apresurar las cosas, en ir tan rápido, sin antes conocernos bien, y si no sale lo nuestro no lo forzaríamos.

No es lo adecuado para ambos.

Además que también respetaría la decisión de Ivy, ella me aclaro que no quiere ir tan rápido y que todo se estropee entre ambos.

Prácticamente ella había salido de algo a lo que le veía mucho futuro, pero las intenciones de la otra persona no eran las mismas de las que ella tenía para su relación.

Grace se acerca mí, y salen unas fotografías de Ivy y mías cenando el viernes.

Los dos estamos charlando, riendo, bromeando, mirándonos con compresión e incluso tomados de la mano encima de la mesa que habitábamos ese día de la cena, también aparece de ella besando mi mejilla tiernamente y nos abrazamos, haciendo que todo se malinterprete.

—Connor, ¿qué es esto? —pregunta con el ceño fruncido hasta no más poder.

—Somos Ivy y yo cenando nada más —comento lo obvio.

Ella rueda los ojos y me observa seriamente irritada.

—Eso lo sé —dice en el mismo tono de voz que yo pero con una pizca de hastiada—, pero… ¿Cenando solos? Creí que sus cenas solo son en conjunto a empresarios…

—Y lo es —asiento—. Solo que está vez quiso que cenara con ella nada más.

Grace lo piensa bien y asiente comprendiendo todo lo que le estoy diciendo.

—Ya sabía yo que ella gusta de ti, siempre fue muy obvio —ríe—. Sigue siendo increíble e inentendible que como no te diste cuenta, siempre estuvo ahí.

Me sorprendo por lo que está diciendo, la observo sin creerlo. Es como si me está arrojando bombas de información.

—¿Cómo sabes eso…? —confundido me rasco la nuca—. Si no te he dicho nada.

Ella se ríe.

—Primero, soy mujer —enumera—. Segundo, lo acabas de confirmar con lo que me dijiste, ya no me queda dudas. Siempre fue predecible aunque ella lo haya negado varias veces.

Soy yo el que rueda los ojos esta vez y camino hacia la ventana grande que hay en mi oficina, para observar como las personas deambulan por New York.

Últimamente las calles han estado muy transitadas.

—Entonces… ¿Si tienen algo o…? —pregunta con mucho interés.

—Algo así —respondo—. Intentaremos tener algo.

Grace no parece convencida con mi respuesta.

—¿Y olvidaste a Gemma? —inquiere.

Me quedo muy pensativo en mi lugar, ¿será que ya la había olvidado o solo son intentos en vanos míos? ¿O es algo que me estoy haciendo creer como autoengaño hacia mí mismo?

No respondo, interpreta mi silencio.

—Connor, no creo que sea bueno que uses a Ivy para tratar de olvidar a Gemma —reprocha ella con determinación y con mucho enojo en su tono de voz.

Me volteo hacia ella para observarla y darme cuenta que está de brazos cruzados, en una postura seria y firme.

—No lo estoy haciendo…

—¿Seguro? —inquiere desconfiada.

Ruedo los ojos hastiado de la situación.

—Si realmente quisiera hacerlo, ni siquiera le hubiese dicho para intentarlo, ¿no crees? —le pregunto arqueando una de mis cejas.

—Pues… hay hombres que realmente ni lo dicen, simplemente lo hacen y ya —bufa asqueada por eso—. Sé porque lo digo.

—Lo sé, te recuerda lo que te hicieron… —recuerdo molesto con lo que le hicieron hace años.

A Grace le mintieron, la engañaron, la utilizaron y le robaron todo el dinero que había reunido una vez trabajando, y todo fue culpa de un idiota de mierda que solo quería eso de ella, no más.

Había reunido el suficiente dinero para poder irse de su casa con Zac por el embarazo de su primer hijo, pero un tipo que ella solía llamar “amigo” le robó todo.

El pretendió estar enamorado de ella, fue uno de sus “amigos” más cercanos que tenía y de confianza, y al contarle que esperaba un bebé de Zac se molestó muchísimo con ella, quitándole así todo su dinero con la novia que él tenía en ese entonces, y creo que sigue teniendo.

Todo fue un plan malvado de ellos dos para hundir a Grace, pero más de él porque estaba sufrido por el rechazo de Grace y por la noticia de su bebé, y eso fue una horrible tortura para ella, en robarle todo el dinero y aprovecharse de su amistad, a pesar de que ella no hizo nada, a todo el mundo le llega su Karma.

Y ese fui yo.

Ese fui yo cuando ella me contó todo.

Le llegó a él pagando años en la cárcel, pues yo ayudé con ello a pesar que Grace dijo que lo dejara estar porque ya era algo que había pasado, aunque para mí no, a pesar de que no me sucedió a mí. Ella lo había intentado, había intentado hacer justicia por lo que le hicieron, pero no lo logró porque no tenía pruebas “contundentes” de ello que afirmaran lo que pasó, a fin de cuentas se hizo justicia, lo logramos.

Grace observa hacia otro lado con los pensamientos aturdidos por dicho recuerdo.

—No hablemos del tema, por favor —es lo que suelta con amargura.




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