Amor después del matrimonio 2: Volver a ti

Capítulo 13

Capítulo 8: Declaraciones. Parte II

Connor Jones.

Ivy camina de un lado al otro mientras habla por teléfono con alguien. Yo solo me dedico a observarla.

A pesar de que Ivy siempre ha sido un poco más alta que yo, los tacones que carga en este momento les hace lucir una figura muy esbelta, elegante.

Su cabello que a menudo le gusta llevar recogido esta vez lo lleva suelto, haciendo lucir su larga cabellera que le llega un poco más abajo de la cintura.

Realmente es hermosa, muy impresionante.

Sus gestos son de total molestia, y solo puedo preguntarme con quién está hablando y porqué parece que quiere destruir todo a su alrededor.

Me llega un mensaje de Grace que dentro de tres horas partiríamos a donde se llevará acabo la entrevista.

Si admito que me pone un poco nervioso esa entrevista, digo, no recuerdo la última vez que concedí una y hablé abiertamente de mi vida, pues toda entrevista que concedía se reducía a lo que es la empresa, siempre evitaba el tema de lo que resulta ser mi vida, y ahora en cómo marchan las cosas no sé cómo explicarlas.

Tengo en claro que daré mi versión honesta, una que nadie se espera, porque es por lo que he estado trabajando y esperando demasiado, aunque tengo mucho miedo de no saber cómo explicarme.

Los nervios me traicionan ante cualquier situación que sea importante para mí como lo haría mi ansiedad.

Desde hace mucho que no la presento más y solo supongo que he tratado de manejar las situaciones que me suceden a menudo de mejor manera aunque vayan de la mierda.

La última vez que la presenté fue el día de la pasarela de Gemma, donde todo fue muy caótico y presenté mi crisis de emociones porque no sabía cómo sobrellevar cada una de ellas.

Todas vinieron como una inmensa ola decididas a ahogarme, no lo permití. No me permití que llevara.

Observo como Ivy se acerca a la mesa y se sienta al frente de mí, me sonríe enternecida y apenada por hacerme esperar por ella.

—¿Quién era? —pregunto confundido—. Es que te veías molesta, ¿todo se encuentra bien?

Ella parece asustada y eso me desconcierta un poco, sin embargo, termina sonriendo y asiente para tranquilizarme. Le toma unos segundos para responderme.

—Solo era uno de mis empleados —lo dice tranquila—. Lo que pasa es que tenían que enviar una de las colecciones a la empresa que firmé el contrato para que vieran los diseños y no lo hicieron, pero todo está resuelto ya.

Yo asiento comprendiendo todo.

Ella observa mi plato y después a mí.

—No debiste de haber esperado por mí, pudiste haber iniciado en comer, la comida debió enfriarse —dice triste tomando los cubiertos.

Hago la misma acción que ella y comenzamos a comer.

—No importa, prefiero comer contigo a que hacerlo solo —digo después de haber tragado mi comida.

Ivy se pasa un mechón de cabello detrás de la oreja y sonríe.

—Gracias por hacerlo, Connor —con sus mejillas sonrojadas dice eso.

Comenzamos hablar cualquier tema trivial que se nos ocurra y bromeamos el uno con el otro.

Como nos encontramos en mi oficina, todo resulta muy cómodo para ambos, no queremos seguir alimentando los rumores con las fotos que nos han tomado. Sé que ya se llega el momento de preguntarle lo que me tiene tan nervioso.

Cuando vimos que salieron esas imágenes de ambos, fue algo un poco inesperado, a pesar de que era algo que sabíamos que sucedería, no se podía evitar, sin embargo, no queremos dar más especulaciones por los momentos de las que ya hay.

Me dedico a obsérvala nuevamente, detallarla y descubrir cada uno de sus pensamientos, pero como siempre, me resulta en vano, es como una cajita de muchos enigmas que me cuesta descifrar a pesar de que a veces me da indicios de lo que sucede, y no lo capto.

Siempre es tan impredecible que me da miedo descubrir cosas que no quisiera saber, porque siempre que se descubre, llega la decepción, y no quiero llegar a ello, no todavía cuando las cosas marchan de maravilla entre ambos.

Todo va en perfecta forma.

Ojalá haya sido lo mismo con Gemma…

Terminamos de comer, y solo tomamos nuestras bebidas en silencio, yo me atrevo en romper ese ambiente que nos ha rodeado.

—Ivy, necesito pedirte la autorización de algo —le digo nervioso en mi lugar por la respuesta que ella vaya a darme.

Observo como traga de su bebida que estaba tomando y se acomoda en la silla en una postura interesada y con el ceño fruncido totalmente confundida.

—¿Qué será esa autorización? —pregunta ella confundida—. Si es para firmar contratos nuevamente contigo, la respuesta es no.

Yo me río de eso y niego.

—Vaya, después de eso no quieres hacer negocios conmigo eh —digo divertido y ella ríe—. Lamento decepcionarte, pero no es eso…

—¿Y qué es entonces? —arruga su nariz en un gesto confundida.

Suspiro y comienzo a jugar con mi bebida en mis manos. Sin observarla con vergüenza, respondo.

—Solo quiero pedirte permiso para saber si quieres que anuncie en la entrevista que estoy saliendo con alguien.

No dice nada y me desespero, sin siquiera mirarla, sigo hablando.

—Hoy concederé una entrevista y tenía pensado en decir que tengo a alguien… —no dice nada, me desespero más—. Claro, todo es si tú quieres, no hay apuro con ello, solo se puede tomar a consideración en un futuro.

No dice nada y muerdo mi labio inferior.

A veces quisiera que ella sea más expresiva, porque cada vez que creo que descifro sus pensamientos, vuelve a construirme una pared inexistente haciendo que dé un paso atrás de lo que ya había logrado.

La observo y su expresión no presenta nada y es algo que me frustra, en que no sea tan expresiva conmigo.

—Insisto, es solo si tú quieres que lo haga, solo quería tu apro…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.