Amor después del matrimonio 2: Volver a ti

Capítulo 15

Capítulo 8.

Capítulo 8: Declaraciones. Parte IV

Connor Jones.

—Connor, si algo te disgusta recuerda que no estás obligado a responder —me recuerda Grace caminando de un lado a otro.

El que debe de estar nervioso tendría que ser yo, pero Grace está totalmente inquita por lo que puedan preguntarme. Se me hace un gesto de su parte muy tierno que se llegue a preocupar de esa manera por mí.

Por su parte, me dedico a observarla a través del espejo de la habitación que estamos.

La entrevista es de manera íntima, siendo un espacio de manera reservada, porque de esa forma es la entrevista, así lo decidieron los empleados y claramente habían consultado conmigo de manera precipitada para dar mi opinión al respeto de ello.

No me molestó, claro está, la idea me pareció perfecta.

Mientras más íntimo mejor.

La estilista asignada para mí no deja de acomodar mi cabello perfectamente, mientras que otra se encarga de arreglar el saco que usaré, no me salvo de usar ropa formal.

Vuelvo a enfocarme en Grace que se nota impaciente, como si algo la perturbara y hace que me inquiete un poco en mi lugar, cuando yo estaba llevando toda la situación de lo mejor posible.

—Grace, cálmate un poco, por favor —le digo sin dejar de observarla a través del espejo.

Ella se detiene unos segundos para calmarse y caer desplomada en el sofá que se encuentra en la habitación que estamos.

—Me pone nerviosa lo que lleguen a preguntarte, lo digo más por tu salud mental —habla preocupada, observando hacia otro punto que no sea yo.

Es comprensible que se preocupe por mí, no la culpa ni me molesta, pues eso me deja mucho que pensar sobre el impacto que tengo en su vida.

Grace siempre me ha dejado saber lo importante que soy para ella, y además decirlo, lo ha hasta demostrado con acciones.

Cuando la estilista termina de acomodar mi cabello a la perfección, me levanto de la silla y voy decidido a donde se encuentra Grace con sus manos cubriendo su rostro en forma de frustración, porque sé que se está preocupando mucho por mí y eso me hace quererla más.

Me siento a su lado y la envuelvo en mis brazos para tranquilizarla y asegurarle que todo irá bien, que no debe de preocuparse.

Ella envuelve sus brazos en mi cintura y se pone como una niña pequeña ocultándose en mi pecho.

—Quiero que sepas que todo irá bien y que no debes preocuparte de nada —le dije en medio del abrazo.

Grace me aprieta levemente como si quisiera asegurarse que todas las piezas que he mantenido rotas permanezcan en su lugar, que fueron ocultas con una versión mía que no es honesta, que no se sigan destrozando más de lo que ya lo están.

—A veces quisiera poder cuidarte de todo —dice en un hilo de voz, dando indicios de que en cualquier momento puede que llore.

—Pero sabes muy bien que no puedes —le rebato frustrado por lo que dijo—. No siempre podrás protegerme de todo.

»Hay cosas por los que yo tengo que pasar para aprender, crecer —continuo en medio de nuestro abrazo—. Así como tú también, porque no solo yo pasaré por este tipo de cosas.

»Aunque me cueste aceptarlo es así, yo tampoco puedo protegerte de todo, por más que quiera hacerlo siempre.

»No podemos pretender que vivimos en una bola de cristal en donde todo sea perfecto, hasta lo que creemos inquebrantable, llega a agrietarse terminando haciéndose en añicos.

»Aprecio mucho que quieras cuidarme, pero es algo que tú y yo no podemos evitar. El dolor no podemos evitarlo.

Hago una pausa.

En medio de ella, Grace se aleja de mí, al observarla, noto que sus ojos están cristalizados, sin derramar ninguna lágrima se disponía hablar pero fui más rápido que ella.

—El dolor es una de las cosas que nos hace sentir vivos, y como es inevitable nos da a relucir lo que realmente somos.

Asiente comprendiendo mi punto y estando de acuerdo conmigo.

Seguimos abrazados y en silencio, todo siendo tan cómodo para ambos, disfrutando cada momento que tenemos juntos, tampoco es que quería soltarla ella estando hace unos minutos de una manera tan vulnerable, prefiero que primero se estabilice.

Estuvimos así por unos segundos, hasta que vino una empleada para avisarme que comenzamos en unos minutos.

Grace y yo nos separamos completamente, y la observo para asegurarme que ya está bien, lo está.

Si supiera que ella se encuentra mal, mando todo a la mierda.

La estilista encargada en mi atuendo me ayuda a colocarme el saco, procurando que no se arrugue en el intento.

Lo fue acomodando cuando ya lo tengo puesto y fue inevitable no observarme a través del espejo que se encuentra al frente de mí.

No puedo dejar de imaginarme que una vez estuve así el día de mi boda, un matrimonio que realmente no me trajo nada bueno y solo fue para decepciones y dolores de cabeza.

¿Qué hubiese pasado si en vez de haberme casado con Dakota fuese sido Gemma?

¿Sería infeliz como lo fui con Dakota o todo sería diferente?

La respuesta ya la tengo muy clara, ya sabía que si las cosas no hubieran sido como fueron, estaría con Gemma en un matrimonio feliz, estable, desbordando mucho amor, sin nada que ocultar, o simplemente viviendo la vida como una persona normal, sin tener que dar explicaciones.

Si hubiese tenido una vida normal… es un pensamiento tan irreal y tan lejano, porque cuando entras a la vida de la fama, ya no tienes escapatoria de ella, siempre te van a recordar.

Te van a recordar por una cosa buena o mala, pero lo harán, teniendo siempre esa etiqueta de recordatorio, y a mí siempre me recordaran como el empresario millonario de New York.

Y lo detesto.

Siempre me deshago de mi dinero lo mejor posible, lo dono a caridades que lo necesitan o compro cosas para mi hogar, porque es algo que normalmente no me importa, lo que me importa realmente no está conmigo.




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