Amor después del matrimonio

Capítulo 14

Capítulo 14: Mentiras.

Connor Jones.

—¿Qué haces aquí? —pregunto con el semblante serio. Me alivia saber que no titubeo en mi voz y que sale más firme de lo que creo.

No me fijo en la hora que es, pero sé que ya es demasiado tarde, o tal vez puede que sea la madrugada. El caso es que no me importa la hora, o si no que hace ella aquí.

Miro al piso, observando atentamente el vaso hecho a añicos y como el agua se ha mezclado con los cristales rotos. Pienso que haber hecho de que el vaso cayera al piso haya sido tan dramático, me doy cuenta de que no fue así, sino que fue algo involuntario y que no vi venir la presencia de Dakota nuevamente en el departamento.

Sé que ella estaría de viaje por algunos meses, tal vez, hasta navidad, pero lo que me desconcierta es que haya vuelto tan pronto y que no me haya avisado me descoloca de mi lugar un poco.

Y yo pensé que todo estaba bien sin su presencia.

—Oh, sí, hola Dakota, me alegro de verte, te he extrañado mucho —ironiza cruzándose de brazos.

Haberme hablado con sarcasmo hizo que mi enojo aumente más, me enoja el hecho de que ella no me haya avisado y más que esté de improvisto aquí, como si nada, y también por su ironía en sus palabras.

—Dakota... no estoy para tus juegos de niña malcriada. Estoy realmente agotado —dije al borde de estar más que molesto, y trato de nivelarlo con un deje de desinterés, de cual no tengo ninguno. Me apresuro a preguntar nuevamente, pero lentamente—. ¿Qué haces aquí? Solo respóndeme eso.

Me retracto por unos minutos y me apresuro en preguntar nuevamente.

—¿Por qué mierdas no me avisaste que vendrías?

Ella parece asombrada e indignada por mi repentina voz y actitud. Pero no lo tomo en cuenta, ya que realmente estoy agotado, y es por lo tanto, psicológicamente como físicamente.

Es la primera vez que le hablo de una manera un tanto brusca. Usualmente la trato bien, de una manera gentil y empalagosa, pero cuando se trata de mi estado emocional puedo hasta ser la peor persona.

Por su rostro cruza varias emociones que no me aventuro en descifrar, así que solo se limita a responder mi pregunta, ya que nota de que voy en serio a lo que le dije en estar agotado.

—Solo quería sorprendente —vaya manera de sorprenderme y más en este día tan especial para mí.

Se encoge de hombros y continúa a decir:

—Tuvimos algunos problemas en el viaje, y por lo tanto se terminó, aunque sinceramente ya la habíamos terminado, solo faltaba una reunión con algunas academias de modelaje, pero ya se pospuso la fecha para el evento—responde, haciendo el amago de acercarse a mí, con las intenciones de abrazarme pero yo me alejo saliendo de la cocina en ir en busca de la escoba y barrer mi desastre.

Solo asiento, cuando agarro la escoba ella se encuentra detrás de mí observándome atentamente. Quiero alejarla, pero no me lo permite haciendo que no pase de desapercibido.

Pienso que preguntaría por qué la rechazo en el abrazo, pero como supuse que recordó que estoy agotado, se ahorra su pregunta obvia.

—¿Por qué andas tan... elegante? —pregunta acercando su rostro al mío y observando mis ojos fijamente. Sus ojos azules me intimidan un poco. Solo un poco—. ¿A dónde andabas?

Había olvidado por completo mi vestimenta. Solo el vago recuerdo de que una chica hermosa y yo tuvimos una cita se hizo tan vigente para mí que no es una respuesta adecuada y común para Dakota.

Trago saliva poco a poco y dije:

—Estaba en una cena importante con los chicos, nuevos contratos y modelos para la marca nueva que lanzaremos.

Vaya mentira, Connor...

Dakota parece vacilante y no tan convencida con mi respuesta, solo sonríe coqueta. Ignora por completo mi respuesta y eso me alivia mucho.

—Me encantas más en traje negro, Connor... —dijo despacio y un leve escalofrío recorre en todo mi cuerpo.

No me gusta como eso suena desde sus labios.

—Dakota, déjame. Estoy cansado, tanto trabajo me tiene estresado —le hablo hastiado alzando mis manos en que pare de hacer lo que está o trata de hacer.

Se aleja de mí, un poco dolida por mis palabras tan bruscas dejándome todo el camino libre para dirigirme a la cocina y limpiar el desastre. Escucho como traga sonoramente y refunfuña molesta e herida.

Ella piensa "Vaya manera de recibir a su esposa, después de un largo tiempo sin verla", bueno yo también lo pienso, pero no me importa.

Cuando ya he recogido todo y lo he echado en la basura, me dirijo hacia nuestra habitación para empacar más ropa. Sé que Dakota me sigue, ya que sus pasos detrás de mí resuenan en todo el departamento y también porque su presencia me da escalofríos.

Comienzo a empacar poco a poco, voy de aquí para allá, desde la cama hacia el armario y meter toda la ropa en la maleta mientras ella solo me observa curiosa y confundida.

—¿Qué estás haciendo, Connor? —pregunta desconcertada con un desdén de angustia.

Me volteo con el semblante totalmente serio y me cruzo de brazos, tomando una postura firme y no desinteresada.

—Me estoy alojando en el departamento de Joe.

—¿Por qué? —inquiere desesperada acercándose rápidamente a mí y tomándome de sorpresa, por poner sus brazos alrededor de mi cuello.

Tomo sus muñecas alejándola de mí, la miro serio sin soltarla diciendo:

—El departamento será fumigado mañana y es preferible de que no este, y porque también me siento solo en el.

En cierto punto todo es verdad, pero no dije que realmente no quiero estar en el departamento porque todo me recuerda a ella, y porque tampoco quiero tenerla cerca.

—Pero ya no estarás solo... ya estoy aquí —y sin previo aviso me besa.

Y... no siento nada. Nada de nada. No me inmuto en seguirle el beso, solo me quedo ahí pasmado mientras ella no se da cuenta de que no quiero besarla, pero sin embargo no se detiene. No obstante, algo dentro de mí se remueve, aturdiéndome, como una especie de inquietud y remordimiento que me dice que pare todo esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.