Amor después del matrimonio

Capítulo 25

Capítulo 25: Ayuda de amigos.

Connor Jones.

Me fui del departamento de Gemma con el corazón hecho añicos. Me duele pensar que la posibilidad de perderla cada vez se hace más grande al pasar los minutos.

Las lágrimas no cesan en ningún momento, las tomo como mis más grandes amigas en aquella noche tan fría y solitaria.

Sé perfectamente que debe de ser demasiado tarde, debe de ser de madrugada. No sé la hora exacta, pero lo que tengo en claro es que esa noche se siente tan distinta a las demás. Se siente tan desolada y aflictiva.

No puedo comparar una noche más desgarradora y luctuosa que esta.

Las calles de New York están tan lúgubres y desoladas, que es raro ver a uno que otro auto transitando a esta hora. Además que los únicos que son testigos de mi dolor y lágrimas son la luna y las estrellas.

Mis mejillas están tan húmedas que ni me molesto en limpiarlas porque sé que volveré a mojarlas nuevamente por el fuerte dolor que estoy sintiendo en mi pecho, justamente en mi corazón.

Siento como todos los pedazos de mi corazón están hechos añicos, están hechos trizas por no haber tenido una respuesta de su parte. Como todo mi mundo se destroza lentamente a la basura.

Jamás pensé que alguien me pudiera destrozar el corazón y que la sensación fuera tan desgarradora.

Y no sé que es peor, ¿si haber perdido a un ser querido o haber perdido al amor de tu vida sin haberle dicho un adiós antes?

A veces sentir el dolor no es malo, nos hace darnos cuenta que estamos vivos y dispuestos a sentir cada sensación, pero siento que es muy desgarradora.

Y así llega a ser la vida.

El amor puede ser muy jodido o puede ser muy lindo, pero es ahí donde te das cuenta que si no luchas y no hay dolor, entonces eso no es amor.

Además que es algo inevitable que ya no puede controlar el ser humano al lastimar los demás, por más que ames a esa persona con toda tu vida, es inevitable no lastimarla inconscientemente.

Tenemos a esos amores que duran una eternidad. Los que duran unos meses, y esos que simplemente duran un segundo.

Y mi amor, sin embargo, fue el que duró unos segundos.

(...)

—Ya deja de llorar, Connor —me dijo Joe, mientras pasa un abrazo por mis hombros.

Sé que parezco una chica dramática, pero mierda, estoy hablando del amor de mi vida que estoy perdiendo.

Han pasado tres días, tres jodidos días que me han parecido un infierno. Esos tres días me la he pasado deprimido y sin ganas de trabajar, pero los chicos me insisten en que fuera a la empresa a despejar un poco mi mente.

Lo que habían dicho es que a un corazón roto no le sana la herida quedándose en casa y deprimiéndose, lo que cura un corazón roto es salir y distraerse.

Y la verdad es que ellos sí tienen razón, que la distracción es un método en el puedes superar a esa persona que marcó mucho tu vida a sabiendas que todo lo que llegues hacer te recuerde a ella.

Es muy jodido, lo sé.

Pero pensar mucho no le hace bien a nadie, y menos a alguien con el corazón roto.

—Es algo inevitable, Davies—sollozo y lo miro a través de mis ojos cristalizados.

—Vamos Connor, hay más mujeres —comenta Logan en un intento de animarme.

Lo fulmino con la mirada y él se encoge de hombros.

—Querido Logan, la cuestión no es que hayan más mujeres, cuando yo solo la quiero a ella —dije, pero me corrijo rápidamente—. Cuando yo solo la amo a ella.

—¿Sabes de lo que me estoy dando cuenta? —pregunta Logan frunciendo el ceño hacia mi dirección.

Niego sin saber.

—No, ¿Qué cosa?

—Que estás tan jodidamente enamorado, que estás muy dispuesto hacer cualquier cosa para poder recuperarla nuevamente.

—No te equivocas, amigo.

Logan tiene razón, yo por Gemma haría lo que fuera por volver a tenerla en mi vida nuevamente. No me importa si haría el ridículo, como había dicho que por el amor se hacen muchas locuras, y con ella yo estaría más que dispuesto en hacerlas.

Además, que no me quiero dar por vencido, por más que la idea de recuperarla cada vez se hace más escasa.

—Puedes diseñar una nueva colección hacia ella—propuso Leon como una sugerencia.

Su sugerencia no me parece mal, al contrario, nunca lo había pensando.

—Sí puedes hacerlo —apoya Harvey—. Normalmente cuando diseñamos una ropa plasmamos nuestras emociones en ellas. Además, es algo que ya llevamos haciendo por mucho tiempo, hemos plasmados nuestros sentimientos en cada una de nuestras colecciones, y el hecho de que esta vez el sentimiento sea de una sola persona puede ser algo que nunca habíamos intentado probar.

—Debemos probar cosas nuevas, y hacer esta me gusta, rompemos las expectativas, pero necesito que me ayuden con ello —dije en una postura firme.  

Es algo que nunca habíamos intentado hacer por el contrato que tenemos con la empresa en cual no nos permite hacer nuestras propias prendas.

Sí, sé que es algo molesto ya que cada quién tiene sentimientos diferentes para expresar, pero es algo que no podemos hacer, sin embargo, la idea de hacer mi propia colección no está nada mal.

—Lo haremos —aseguro sonriendo—. Pero primero necesito verla otra vez.

—¿Un intento más? —pregunta Joe frunciendo el ceño.

—Un intento más.

(...)

Mi corazón comienza a latir rápidamente cuando me adentro al edificio donde vive Gemma.

Para un corazón roto no puede dejar de latir de lo enamorado que está.

Lo sé, algo ilógico.

Me adentro en el elevador y presiono el botón del piso donde ella vive. Los nervios hacen su acto de presencia en todo mi cuerpo, y no puedo evitar en sonreír al pensar que estoy actuando como un adolescente de primaria.

No sé cuál será su reacción esta vez cuando me vea. Quiero imaginarme que sea una positiva y no negativa, en donde ella me mire diferente y no como una bestia que ha cometido un gran crimen.




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