Capítulo 27: Último plan.
Connor Jones.
La desesperación cada vez aumenta en todo mi sistema en no saber el paradero de Gemma, más la temerosa idea de que a ella le pudo pasar algo grave me aterra demasiado.
Dios, en cualquier momento perderé más la cabeza.
Durante estos tres días no he descansado en buscarla. No hay un jodido día que no salga a las calles de New York y regrese a altas horas de la noche al departamento de Joe, todo preocupado. No lo he estado haciendo solo, con ayuda de los chicos la he buscado por todos lados.
También he recurrido hacia Kara, pero ella tampoco sabía dónde anda metida Gemma, y aunque me extrañó un poco que no supiera donde este su amiga no le quise dar muchas vueltas al asunto.
Desde aquel día en que estuve en su departamento y aquella señora me dijo que ahí ya no vive nadie no dudé en ningún momento en iniciar mi búsqueda y buscarla en cada rincón de New York, aún así es lo que he hecho durante todos estos días y no he descansado un poco para tomarme un respiro y decirme a mí mismo que no trate de perder la cordura.
Parezco un maniático en poder conseguirla, pero es lo que más deseo. No hay día que no deje de pensar en ella. Mis sueños se han hecho más amenos, la idea de dormir no me ayuda en lo absoluto ya que mi ansiedad hizo su inesperada visita.
Además que no puedo conciliar el sueño en las noches y me despierto tachando las partes de todos los lugares a donde ya he ido varias veces.
—Connor, ya deberías de descansar, mañana lo intentaras nuevamente hermano. La consiguieras —dijo Joe alentándome, detrás de mis espaldas.
—Solo necesito intentarlo una vez más... —siseo sin mirarlo.
Escucho sus pasos detrás de mí y ubica una de sus manos en mi hombro en forma de apoyo. Alzo un poco mi cabeza y observo su rostro.
—Tienes que dormir. Sé que no has estado durmiendo bien durante todos estos días —comenta disgustado—. Toma un descanso Jones, te vendrá bien, además tenemos mucho que hacer en la empresa, y sin energías no habrá una buena colección.
Asiento dándole la razón. Tenemos que estar en la empresa para seguir diseñando la colección que tengo planeada para Gemma, y la verdad sí que necesito energías para poder hacerlo.
Joe se fue de la habitación, no sin antes asegurarse de que esté en la cama listo para dormir. Me dedica una sonrisa compasiva y se fue de la habitación.
Cuando mi cabeza toca la almohada mis ojos se hacen más pesados. Un bostezo se escapa de mis labios y mis ojos se cierran completamente cayendo en un profundo sueño.
(...)
Camino por las calles de New York con mis manos metidas en mis bolsillos delanteros de mis jeans con la cabeza en alto observando atentamente a las personas que caminan apresuradamente.
El cielo se encuentra nublado dándome a entender que se aproxima una llovizna fuerte, pero es lo menos que me preocupa en esos momentos.
Mi caminar es sin rumbo alguno y mis pasos cada vez se hacen ligeros al pasar del tiempo, es como si algo me impide caminar.
Hoy el día parece ser normal para todos en New York, pero en mi se siente diferente, un aura diferente.
Las personas a mi alrededor empiezan a desaparecer poco a poco, hasta solo dejar a una persona al frente de mi de espaldas, una persona de cabellera rubia que no tardo en reconocer, aunque me dé la espalda estoy seguro de que es ella.
—¿Gemma?
Ella comienza a caminar rápidamente, doblando hacia la derecha de la misma calle y no dudo en perseguirla. Su cabellera rubia se mueve con su caminar y eso me hace apresurar más mis pasos y poder llegar a ella.
Me detengo en seco cuando ella se lanza a los brazos de un chico, empieza a besarlo con pasión y ferviente al frente de mis ojos.
Mis manos se formaron en unos puños, mientras mi corazón se hace añicos. Las lágrimas no tardan en hacer su acto de presencia y mis ojos comienzan a picar.
Hice el intento de ir hacia ellos pero algo me lo impide, es como si mis piernas no responden y no quisieran dar un paso más. La escena delante de mí se va intensificando cuando el chico la toma de la cintura y la pega más a su cuerpo.
Aunque no puedo observar el rostro del chico la sangre me hierve demasiado y sin embargo, no puedo hacer nada al respecto.
—¡Basta! ¡Deja de tocarla! —vocifero, pero mi grito se oye como un eco.
Mi grito fue oído sordo para ellos dos ya que siguen besándose como si nadie más existiera en su alrededor. Gemma se despega un poco de él y me mira. Sus ojos se encuentran vacíos sin ningún sentimiento de culpa en ellos por haber besado aquel chico, es como si disfrutara verme sufrir.
—Ya me perdiste —sonríe con malicia y antes de continuar besando al chico dijo—: Tú nunca fuiste alguien importante en mi vida, Connor.
Y sigue besando al chico ignorando mis gritos. Mis gritos cada vez se hacen más fuertes, cierro mis ojos sin poder creérmelo...
Mis ojos se abren de golpe y con mi respiración entrecortada observo para todos los lados, alarmado.
Un sudor frío está impregnado en todo mi cuerpo, lo único que pienso es que fue una pesadilla.
Una jodida pesadilla que se sintió tan real.
(...)
Tomo el café que compró Logan para todos. Observo nuevamente el papel que yace en mis manos con el título de "Colección para Gemma".
—¿Algún aporte para el diseño? —pregunta Joe escribiendo en una pizarra.
—Las opciones que tengo en mente no son muy buenas —comenta Logan sentándose a mi lado en una de las sillas.
—A ver... di tus opciones, Logan —le propone Joe y lo observa enarcando una ceja.
Logan se remueve a mi lado y sonríe.
—Estaba pensando en muchos colores llamativos, como los payasos…
Lo fulmino con la mirada, le doy un golpe en la cabeza, el cual él se queja de inmediato y se pone la mano en esa zona.
#2052 en Novela romántica
#726 en Chick lit
empresario y modelo, infidelidad desamor, amor romance celos
Editado: 18.12.2020