Connor Jones.
Camino de un lado a otro sintiendo mis nervios en todo mi sistema mientras que juego con la caja que hay entre mis manos. Ésta pasa de una mano a otra sin dejar que repose unos minutos en ellas.
Estoy muy inquieto y nervioso.
Tomo una bocanada de aire larga, con pesadez camino hacia mi habitación. Mis pasos son lentos y cortos, como si una fuerza inhumana me retiene en hacer lo que he estado esperado por mucho tiempo.
Una carga grande recae sobre mis hombros al observar a la persona que se encuentra sentada en una silla con sus largas piernas cruzadas leyendo unos papeles.
Mi respiración se detiene en mis pulmones y por la falta de aire siento que me desmayare en cualquier momento cuando sus ojos esmeraldas se percataron de mi presencia en la habitación, se enfocaron intensamente en mí.
Una sonrisa se plasma en sus labios al verme inmóvil en el umbral de la puerta observándola con la misma intensidad en que sus ojos me escudriñan e instintivamente llevo la cajita negra detrás de mi espalda, le sonrío de vuelta.
Ahí está ella, tan hermosa, tan radiante, tan mía.
Ahí está el amor de mi vida.
Ahí está mi hermosa Gemma Stone.
—¿Ocurre algo, amor? —se atreve a indagar ella al verme tan inquieto.
Su pregunta me sacude demasiado, que hice un gesto en que no debe de preocuparse.
Durante estos tres años mi vida cambió demasiado.
Recuerdo claramente aquel día de la pasarela en donde Gemma me rechazó, y para los chicos y yo se nos acabó el contrato.
Después de ello estuvimos un tiempo separados, los chicos siguieron trabajando en mi empresa, mientras que yo me tomé un descanso de ella y ahora sé que les está yendo excelente probando cosas nuevas hasta que vuelva a retomar nuevamente mi regreso a la empresa.
Y fue lo mejor que he hecho, todos están triunfando y haciendo lo que más nos gusta hacer en la vida, además si no hubiera tomado esa decisión yo no estaría en estos momentos con la mujer que se encuentra enfrente de mí.
Sobre mi matrimonio... bueno, fue una travesía, entre guerra y guerra, después de un año obtuve el divorcio que tanto necesite, Dakota estaba indignada por perder el juicio pero le desee que encontrará la felicidad que se merece y que por mis tontas decisiones la prive de conseguirla. Es una mujer que, a pesar de todo, tiene un valor inigualable, solo que yo la lastime.
Espero que llegue a ser feliz con alguien que le de todo el amor y paz que yo no pude ofrecerle. Después de todo, solo llegue a quererla y admirarla, pero nunca llegue amarla. No obstante, cuando se dio el proceso del divorcio fue la última vez que llegamos a vernos, de ahí no supe más de ella, solo sé que también está triunfando con su carrera de modelaje.
Un año y medio después del proceso del divorcio volví a reencontrarme con Gemma. Me permitió disculparme por cada cosa que hice mal, no busque que volviera conmigo, sé que merece estar con alguien que no le mienta como yo lo hice pero necesitaba su perdón para avanzar, para saber que el amor de mi vida no me guarda ningún rencor y que mi corazón pueda latir sin sentir la presión de que el pasado arrastra.
Sin embargo, pasaron los meses, y por casualidades nos encontramos en varias ocasiones, nuestra relación de a poco fue mejorando, tanto así que a veces uno de nosotros se quedaba en el departamento del otro para dormir porque nos quedábamos horas hablando de cualquier tema que se nos venía a la mente. Era una nueva oportunidad que me estaba dando silenciosamente y no la desaproveche.
Siempre con ella hubo un tema de conversación, tenemos opiniones similares con algún que otro detalle mínimo distinto.
Pero llegó el día en donde tome la decisión de dar el paso y volver iniciar aquello, que aunque nunca le dimos un final determinado, quería volver a comenzarlo de un principio.
Realmente desde que había pasado dos años de nuestra separación, nunca deje de amarla. La ame cada día y cada noche con la misma intensidad como cuando comencé a sentir amor hacia ella. Sin contar las veces en que lloraba por ella y sentirme un miserable por haberle hecho todo el daño que ella no se merecía.
Por parte de Gemma, lo estuvo pensando demasiado pero me terminó perdonando por todo el daño que le hice, resaltado que eso queda en el pasado y que ahora estamos en el presente dándole un inicio nuevo a lo nuestro.
Eso me emocionó demasiado.
Ella también me confesó que no ha dejado de amarme a pesar de todo, y que siempre vivía en su mente día y noche. También me llegó a comentar que no estuvo trabajando durante cierto tiempo por el caos que había en su mente y tenía que solucionarlo volviéndose a reencontrar conmigo para aclarar, pero que nunca se imaginó volveríamos a iniciar esta historia que creíamos acabada.
Y así lo hizo, volvimos a vernos.
Y por mi parte, me enfoque diseñando cosas día y noche sacando todo lo que sentía mi corazón, enfocándome en ella para ser mi inspiración en los diseños. Logrando bocetos que los chicos cuando los observaron, quedaron deslumbrados con ellos.
Así estuve todo ese año, hasta que llegó nuestro reencuentro inesperado donde me ayudó a diseñas más colecciones. Obteniendo resultados magníficos e significantes.
—Sé que te lo digo todos los días y noches, pero... —me detengo, y trago el nudo que se ha formado en mi garganta— te amo cada día más, cada día que pasa es inevitable no enamorarme de ti. Me siento tan afortunado en tenerte en mi vida. Eres aquella luz que ilumina mi vida cuando veo oscuridad.
»Tú me haces sentir cosas que jamás llegue a sentir con alguien —me fui acercando a ella, y con una de mis manos libres le hice un ademán para que se levante de la silla y así lo hace—. Eres la mujer más hermosa, honesta, graciosa, con un alma que te hace cambiar y te noquea con sólo dedicar unas palabras de consolación.
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Editado: 18.12.2020