-Eh lo siento, no sabía que estabas aquí. Tengo mucha calor y vine a darme un baño…- dice Fernando un poco nervioso. -Pero tú tampoco me mires, ya sale rápido- vuelve a decir y corre muy rápido a la ducha para ocultarse. Ángela sale del baño y cierra la puerta. Se ríe y dice en voz baja -Este chico está muy deseable-.
Fernando desde la regadera la escuchó y sonrió. Sabía que Ángela también lo deseaba. Abre la ducha y el agua empieza a caer. Se remoja todo el cuerpo y se tocaba el pecho. Estaba muy excitado al ver a la chica toda sexy. La erección no se hizo esperar y Fernando no aguantaba las ganas y empieza a manipular su miembro para auto satisfacerse sexualmente. Nunca había estado tan excitado como en ese momento. Sus ojos se vuelven rojos y los colmillos aparecen. Al eyacular se movía muy rápido de un lado a otro dañando las paredes de la regadera. Ve a su alrededor todo roto, empieza llorar, se sienta en el suelo y llora como un niño. No deseaba ser como era. Al parecer lo que tanto había querido, tener poderes, no era lo que él esperaba. Después de tanto llorar, Fernando se pone de pie y deduce que si Bend pudo hacer magia, él también podría. Sale del baño y trata de recordar las palabras mágicas que decían en la pelea. Extiende su mano hacia un pedazo de pared caída. -Mothus- dice sin obtener resultado alguno. Vuelve a intentarlo pero no lo logra. En ese momento escucha que le dicen -¿Qué intentas hacer?-. Se voltea y ve a Denise parado en la puerta.
-Denise, sólo estoy comprobando si es que tengo magia igual que Bend- dice Fernando.
-Pero tú no eras brujo antes de ser vampiro y aunque lo hubieses sido jamás podrías ser las dos cosas- responde Denise.
-Pero, Bend lo es. Pudo hacer magia y todos lo vimos- Fernando.
-Lo sé, aún no estoy seguro de cómo pero lo averiguaré- Denise.
-¿Qué le diré a mi madre? ¡No debí regresarme de Europa! Siento todo más intenso, me excito demasiado es como que todos mis sentimientos se expandieran- Dice Fernando y se pone a llorar.
-¡Ya tranquilo, todo va a estar bien, ya ya!- dice Denise abrazado a Fernando quien aún estaba desnudo. Se van calmando las lagrimas del muchacho.
-Debo irme a vestir- dice Fernando.
-Sí anda, puede que llegue alguien y vaya a pensar mal- responde Denise.
-Está bien, hasta mañana- Fernando.
-¡Hey Fernando! Si te hace sentir mejor, tú también lo tienes grande. Le dice Denise guiñando el ojo al joven desnudo. Éste se ríe y se va al cuarto a vestir.