Amor Dulce

Capítulo 4

Salí de la posada con una sonrisa, era un nuevo día y nadie me iba arruinar nada hoy. Comencé a caminar yendo al centro de la ciudad, quería conocer todo lo que había investigado, hasta el castillo Peles, que es uno de los castillos más hermosos que he visto, desde que lo vi en un "Príncipe para navidad", me enamoré. Solo quería venir y conocer el castillo y su alrededores, obviamente con la esperanza de conseguir un príncipe por allí.

Camine mirando mi alrededor y tomando fotos con mi teléfono, después se las mandaria a tía para que viera también. Además, también la imprimiría para pegarla en mi libro de viaje, que siempre lo llevó a todos lados. Conocí varias tiendas, obviamente me senté a probar unos ricos pasteles y hasta hable con las cocineras para que me dieran consejos.

Al llegar a la última pastelería y disfrutarme un pastel de vainilla mojado en licor relleno de crema de fresa, cuando iba a irme, algo llamó mi atención. Era un papel.

COMPETENCIA

¿Eres bueno en la cocina? ¿Eres bueno haciendo dulces y pasteles? ¿Quieres hacer tu sueño realidad en formarte en una pastelera reconocida? Si es así, ¡Ven, a la competencia Dulce & Avellanas!

Inscribirse en el mercado tradicional, puesto 327.

¡Te esperamos, atrevete!

Iba a tomarle una foto cuando la voz de la cajera y dueña del lugar, me interrumpió.- Llevátelo, cariño.

-¿En serio? -agarre el papel viéndola y despues a la hoja, la mujer asintió y sonreí- Gracias, volveré pronto, estuvo muy bueno todo.

-Adios, nos vemos, cariño -salí colocandome mi abrigo y choque con alguien.

-Lo siento -dije elavando la cabeza y al mirar quien era, me asombre. Era un hombre, uno muy guapo. Lo miro intensamente por un momento, sin evitarlo.

Era rubio, ojos azules y penetrantes, que me hicieron temblar ante su atenta mirada. Tenia rastro de barba y lo hacía ver rústico y más atractivo. Era alto y aunque no se notaba en el traje, se podía notar que tenia un buen físico.

Me quede muda y aseguro que parezco una tonta. Él también me miro y pude notar un pequeña sonrisa aparecer en su labio, una sonrisa burlesca.

Frunci el ceño, ¿Y este que? Sali de mi burbuja y pase por su lado, confundida- Lo siento -dije de nuevo y camine saliendo de la tienda, voltee una última vez para otra vez admirarlo y noto que también me miraba.

Negué levemente despejando mi cabeza y seguí conociendo mi alrededor.

(. . .)

Llegue al mercado con dificultad, pero llegue. Pregunte como pude para saber donde estaba el puesto 327 y cuando llegue, me conseguí con una chica.

Sonreí- Hola, me encantaría inscribirme en la competencia -dije amablemente, la chica me miró de arriba abajo y explotó el chicle de su boca. Agarró una plantilla con una carpeta y me la paso de mala gana, eleve una ceja asombrada ante la actitud.

-Anota todo lo que te diga allí y me lo das después, para darte tu número -dijo mirándome con aburrimiento y volviendo a explotar el chicle.

Sonreí y asentí, no vine a pasarla mal, aunque sea una estúpida y mal educada, no va afectarme. Me senté a una silla y comencé a escribir mi información.

Cuando termine, lo entregue y ella me dio el número 16, lo miré por un momento con una media sonrisa y con melancolía. Mis padres fallecieron un 16 de agosto, los extraño mucho. Suspiro y doy la vuelta en busca de mis cosas.

No debo perder el papel, no debo perderlo, dije mientras salia del lugar, sin ni siquiera despedirme. Baje las escaleras, pero debes de irme directo a mi otro planeado lugar, me quede admirando mi alrededor.

Había muchos puestos con variadas cosas, había venta de ropa, otro de tazas y platos, otro de collares, y así. Camine tranquila, disfrutando la vista hasta que llegue a un puesto donde una libreta me llamó la atención.

Bueno, era un cuaderno pequeño, grueso y con cuero negro, con una pequeña cinta que su función era mantener el cuaderno cerrado.

-Hola, buenas tardes -dije llamando la atención del señor que estaba dandome la espalda, esté se volteo y me sonrió amablemente.

-Buenas tardes, ¿En que la puedo ayudar?

-Me encantaría ver esa agenda -la señale- por favor

El hombre asintió y me la emtrego, la acepte y comencé a verla. Era perfecta para el cuaderno de viajes que queria, aunque tenia el mio que dije con anterioridad, le quedaba muy pocas hojas como para anotar todo. Ademas, tenia que pasar lo que tenia anotado ahora mismo en hojas en mi bolso.

-¿Cuanto? -le dije animada por querer comprarlo, imaginandome que podia escribir allí y que no, lo que me gusto y disgusto del viaje, las fotos, los momentos únicos.

-20 leu -me miró con una sonrisa, me quede congelada, ¿20 Leu? ¿Y este qué? ¿Me vio cara de princesa con plata? Mi sonrisa se borro e hice una mueca, se la devolví de inmediato.

-Gracias -suspire y di la vuelta, tal vez en otra ocasión, suspire y comencé a caminar a la salida pero una voz me detuvo.

-¿Cuanto por la agenda de cuero? -dijo aquella voz que me hizo conocida pero no recuerdo de que, me volteo y miro al chico con el que me choque esta mañana comprando mi agenda, digo, la agenda que yo quería.

Aprete mis dientes y rápidamente me fui, salí de aquel lugar con un humor de perros, asi que comencé a caminar yendo a la posada, mire mi alrededor con una mueca, se que dije que nadie me arruinaría el día pero, en verdad quería esa libreta.

Cruzo cuando el semáforo cambio a verde, pero cuando iba a mitad de camino un auto no freno antes y casi nos da a los peatones.

Ya, mi paciencia se acabo.

-Oiga, tenga más cuidado animal. -dije llamando la atención pero no me importó- Que tenga un auto de último modelo y caro, no significa que puede andar así de loco por la calle -me desquite golpeando su capo y seguí caminando, gruñendo entre dientes.

"Esperemos que este sea el último pésimo día"

 




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